La batalla de diez familias por no dejar morir sus periódicos impresos
Su poder, tanto nacional como regional, se lo deben a los medios que han manejado durante dos o tres generaciones. Un activo que no piensan dilapidar
La última gran transacción de la familia del exministro Juan Gómez Martínez para quedarse con el control de El Colombiano mostró que la apuesta por la supervivencia de los medios impresos sigue viva. Las dos familias propietarias, herederas de Julio C. Hernández y Fernando Gómez Martínez, pusieron sobre la mesa un valor cercano a los $12.000 millones de pesos por el control del periódico antioqueño.
Son varios los diarios de propiedad de familias que siguen circulando y con gran influencia especialmente en las regiones. La mayoría de sus dueños pertenecen a las élites regionales y nacionales, para quienes la propiedad de un medio de comunicación significa una influencia en el poder que resulta importante mantener. Sobre todo, porque la mayoría de estos tienen intereses en otros negocios. Son ocho familias las que, a pesar de las dificultades del negocio de los impresos, siguen dando la batalla por seguir circulando.
Los Santo Domingo y El Espectador
Nació hace más de un siglo, en 1887, como una trinchera de resistencia liberal al poder conservador de la época. Su fundador, Fidel Cano Gutiérrez, enfrentó la censura hasta de la Iglesia Católica. En los años 20 trasladó sus instalaciones de Medellín a Bogotá. La pelea entonces fue, tiempo después, contra la dictadura militar de Rojas Pinilla. Este talante lo heredaron sus hijos Gabriel y Guillermo Cano, quienes enfilaron su lucha en los 80 contra la penetración del narcotráfico en la sociedad colombiana. Un combate que le costó la vida a Guillermo Cano el 17 de diciembre de 1987 y que se remató dos años después, el 2 de septiembre de 1989, con un carro bomba que destruyó las instalaciones del rotativo.
Diez años más adelante, los herederos de Guillermo Cano decidieron venderle El Espectador a la familia Santo Domingo, quien lo controla a través de su empresa familiar Valorem. Con este impreso completaron su paquete de medios, ya que a su vez son propietarios del Canal Caracol y, últimamente, de Blu Radio. A través de Valorem, la familia maneja también un vario portafolio de intereses económicos.
Los Galvis y Vanguardia Liberal en Santander y otros dos periódicos regionales
En 1919, Alejandro Galvis Galvis, influyente político liberal con presencia en Bogotá y la diplomacia colombiana, fundó Vanguardia Liberal, que con el tiempo se convertiría en el periódico más influyente en Santander. Su hijo, Alejandro Galvis Ramírez, le dio un impulso empresarial y lo llevó a ser un entramado de medios regionales con la adquisición del Nuevo Día de Ibagué, La Tarde de Pereira (que luego venderían) y El Universal de Cartagena, cuya propiedad comparte con la familia Araujo, influyentes conservadores que pasaron a las filas del Centro Democrático.
En 2001, Galvis Ramírez, aun propietario, dejaría la gerencia del diario en manos de su hijo Alejandro Galvis Blanco, después de haber estado desde 1996 con Sebastián Hiller Galvis, hijo de su hermana Silvia, como director. Hace un año largo tomaron la decisión de dejar la dirección editorial en un periodista externo a la familia y fue nombrada directora Diana Saray Giraldo.
Los Restrepo y La Patria de Manizales
En la década de los 20, un puñado de hombres decidió fundar un periódico en defensa de los valores del Partido Conservador en la ciudad de Manizales. El grupo era encabezado por Francisco José Ocampo, quien estaba decidido en difundir las ideas de Pedro Nel Ospina. Años después, en 1940, José Restrepo Restrepo y el ecuatoriano José Larrea Córdova adquirieron la publicación. El último, por leyes del momento que impedían a extranjeros ser propietarios de medios de comunicación, vendió su participación accionaria a Restrepo que, así, se convertiría en el único dueño de La Patria.
Estaría al frente del rotativo hasta 1973 cuando traspasó las riendas a su hijo Luis José Restrepo Restrepo. El segundo Restrepo director de La Patria, abogado de la Universidad Javeriana, se desempeñó como diplomático en París y Roma, además de ser gerente de la Caja de Crédito Agrario y la Industria Licorera de Caldas.
Por último, llegaría a liderar el periódico Nicolás Restrepo Escobar, hijo de Luis José y nieto de José, quien permanece hasta la actualidad. De esta forma, con tres generaciones de una misma familia, La Patria se ha sostenido alrededor de un siglo.
Los Gómez y El Colombiano de Medellín
Francisco de Paula Pérez, ferviente conservador, fundó El Colombiano en 1912 con el ánimo de que este sirviera a las causas del partido de Ospina y Caro. Diecisiete años después, el periódico sería adquirido por Julio C. Hernández y Fernando Gómez Martínez, quienes le imprimieron otra cara y lo encaminaron a convertirse en el referente periodístico de Antioquia
Entre 1947 a 1963, la dirección de El Colombiano fue alternada entre su propietario Fernando Gómez Martínez y el abogado y parlamentario Juan Zuleta Ferrer. Finalmente, este último sería director hasta 1984, año en el que murió. Los cargos altos serían heredados por las siguientes generaciones de los Hernández y los Gómez. Juan Gómez Martínez y Luis Miguel De Bedout Hernández entrarían a la dirección y a la gerencia, respectivamente.
Más adelante, en 1991, Luis Miguel De Bedout mantendría su posición, pero Ana Mercedes Gómez Martínez sería la nueva directora. Ya en 2013, De Bedout Hernández ascendería a la presidencia y Martha Ortiz Gómez arribaría a la dirección.
Un equilibrio que lo rompió la repentina muerte de Jorge Hernández, que llevó a que cinco años después afloraran las diferencias entre las dos familias. Este agosto, los descendientes de Fernando Gómez Martínez se quedaron con el periódico tras pagar la suma de $12.000 millones de pesos, con lo que comienza una nueva etapa de El Colombiano.
Los Lloreda y El País de Cali
Álvaro Lloreda Caicedo, político conservador del Valle del Cauca, fundó el periódico El País en una casona del centro de Cali tras su renuncia a la alcaldía de la ciudad en 1950. Dos de sus hijos, Rodrigo y Álvaro José, crecerían viéndolo desenvolverse en la redacción y por eso, en la década de los setentas, ambos lo relevaron en la dirección del diario.
Tras la muerte de Lloreda Caicedo en 1985, su hijo Rodrigo lo sucedió hasta 1998, con un par de interrupciones, por su actividad pública que lo llevaron a desempeñarse como senador, ministro de Defensa e incluso aspiró a la presidencia de Colombia en 1990. Murió prematuramente en febrero del 2000.
Poco tiempo antes su hijo Francisco José, tomó las riendas del periódico cuando Rodrigo Lloreda aceptó el Ministerio de defensa en el gobierno de Andrés Pastrana. Siguiendo la tradición familiar, ha estado ligado a la política y ha intentado ser alcalde de Cali en más de una oportunidad.
En la actualidad, su prima, María Elvira Domínguez Lloreda es la gerente y directora de la publicación.
Los Salleg y El Meridiano de Córdoba
En 1995, William Salleg Safón, miembro de la segunda generación de la colonia sirio-libanesa que arribó a la costa atlántica, fundó El Meridiano de Córdoba. Ya era un ganadero y agricultor promisorio con negocios en el sector salud, como su labor de promotor de la Clínica Montería.
Fundo el periódico junto a sus cuatro hijos. Desde su muerte en 2011, su hijo William Enrique Salleg Taboada, tomó la dirección del diario, pero hace un tiempo asumió el rol de presidente y le entregó la responsabilidad editorial a Luis Germán Rubiano.
Los Colmenares y La Opinión de Cúcuta
El expresidente Virgilio Barco, junto a un grupo de amigos liberales, fundó en Cúcuta el semanario La Opinión. Una opción informativa que llegó con el fin de la dictadura de Rojas Pinilla y el nacimiento del Frente Nacional.
Fue acompañando por el odontólogo Eustorgio Colmenares, que tomó la dirección de la publicación en 1960 hasta su asesinato por la guerrilla del ELN en 1993. Lideró su transformación a diario y su modernización en los 70 y el periódico, del que terminó siendo propietario, le sirvió de palanca política para proyectarse en la actividad pública. Fue concejal y alcalde de Cúcuta, senador, presidente de la junta directiva de Colprensa y fundó la constructora Viviendas y Valores S.A, una de las más grandes e importantes de la ciudad.
Su hijo, José Eustorgio Colmenares, medico de formación, lo sucedió en la dirección del rotativo y desde allí apoya a políticos liberales como el exministro Juan Fernando Cristo y el representante a la Cámara Alejandro Carlos Chacón.
Pese a la figuración del segundo de los Colmenares, quien realmente ha manejado editorialmente el periódico durante todos los años de existencia es el veterano periodista Cicerón Flores.
Los Manotas, Pumarejo y Fernández y El Heraldo
Un grupo de prósperos barranquilleros liberales, Ramón Santo Domingo, Antonio Luis Carbonell Enrique De la Rosa, Luis Eduardo Manotas, Alberto Pumarejo y Juan B. Fernández Ortega, se juntaron en 1933 para fundar El Heraldo en una vieja casona ubicada en el céntrico Paseo Bolívar.
Dificultades económicas decantaron el grupo de socios que terminó entre solo tres familias fundadoras: Manotas, Fernández y Pumarejo. Juan B. Fernández Ortega fue su director durante muchos años y fue quien más aprovechamiento de la influencia del periódico cosechó, llegando a ser ministro y a ocupar cargos diplomáticos en distintos gobiernos. Su hijo, Juan B. Fernández Renowitzky, fue su sucesor en la dirección, pero, por decisión de los socios, desde hace años la dirección la asumió un periodista externo. A partir del 2013, el director es Marco Schwartz.
Los Uribe Vegalara y el Nuevo Siglo
En febrero de 1936, Laureano Gómez publicaba la primera editorial de El Siglo, un periódico de talante conservador que, con el paso del tiempo, se convirtió en el medio a través del cual defendió las ideas que exponía en la arena política. Su hijo, Álvaro Gómez Hurtado, otro prominente dirigente conservador, lo relevaría en la dirección del diario y alternaría su tiempo entre el periodismo y el activismo político hasta 1990, año en el que la rotativa se transformaría.
Financiado ahora por la familia Uribe Vegalara, compuesta por el matrimonio entre Juan Pablo Uribe y Elisa Vegalara, el nombre de la publicación se modificó a El Nuevo Siglo. Uribe asumió la dirección y nombró editor general a su hijo, Juan Gabriel Uribe Vegalara, en dos oportunidades. Este último tomaría de lleno, desde 2004 hasta la fecha, las riendas del periódico. La familia tiene negocios en la industria automotor y financiera.