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La caída de Matteo Renzi descoloca el ‘puzzle’ europeísta de Albert Rivera

Albert Rivera y Matteo Renzi

El líder de Cs cree que los resultados de las elecciones italianas son fruto de que los cambios están llegando a Europa: «En España tenemos que decidir si queremos que esos cambios lleguen por la vía del populismo del M5S o por la del liberalismo vía Macron»

Las aspiraciones de Albert Rivera para tejer una red partidos europeos con un proyecto común contando con el PD de Renzi se han visto tocadas cuatro meses después de su visita al ex primer ministro en Roma. Rivera veía en el político italiano un «aliado» para el futuro de Europa y para contener el auge de los «nacionalismos y populismos», pero la victoria del Movimiento 5 Stelle y la dimisión de Renzi como líder del Partido Democrático han trastocado la idea de liderar los cambios del continente a cuatro bandas -junto con Francia y Alemania- y no solo participar del eje Macron-Merkel.

La dimisión de Renzi como líder del PD trastoca la idea de Rivera de liderar los cambios en Europa a cuatro bandas junto con Francia y Alemania

Pero en el estudio de la ciencia política cualquier situación que incite al caos o a la ingobernabilidad se le atribuye un modo de hacer «a la italiana», por lo que la caída de Renzi en favor de Luigi Di Maio -la cara moderada el M5S, aunque detrás siga dirigiendo la función el cómico Beppe Grillo-, podría considerarse como otro ejemplo más del particular escenario político de Italia.

Al menos así lo considera Óscar G. Luengo, profesor titular de Ciencia Política de la Universidad de Granada, que cree que la caída de Renzi no tiene por qué tener un impacto en la hoja de ruta de Ciudadanos con respecto a los nuevos líderes europeos. «La lacra de Ciudadanos es que había sido un partido de corte autonómico y, de repente, se ve desbordado por las previsiones, por lo que quizá se quiere acercar más a esa hornada de nuevos líderes europeos con un perfil bastante diferente al tradicional», opina. Y añade que, desde los buenos resultados de Cataluña, en la formación naranja existe la percepción de que pueden llegar a tocar Gobierno y la «visibilización en el exterior» es parte de su estrategia.

Fin de ciclo

De hecho, tras el batacazo de Renzi, el dirigente de Cs retomará su ‘gira europea’ este miércoles para mantener reuniones con altos funcionarios españoles en las instituciones europeas y encontrarse con el primer ministro de Luxemburgo, Xavier Bettel. «No hay ninguna compatibilidad posible con el M5S y los postulados que ha defendido. Recordemos que en la campaña electoral junto a la Liga han defendido posiciones anti-euro, así que no veo posibilidad de acuerdo político», adelanta Rivera, que ha reconocido su «preocupación» por el auge del M5S y la Liga en Italia.

Buscar opciones moderadas de centro reformista en Europa está bien pensado, pero cada país tiene sus retos»

La lectura que el líder de Cs sobre los comicios italianos apunta a «un fin de ciclo» en países muy parecidos «en términos de población y económicos». «Los cambios en Europa están llegando, pero en España tenemos que tomar la decisión de si queremos que esos cambios lleguen por la vía del populismo, como ha ocurrido en Italia, o si llegan por el liberalismo vía Macron. El bipartidismo que conocimos en el siglo XX tiene los días contados en peso y votos en el siglo XXI», considera Rivera.

Salvador Llaudes, investigador del Real Instituto Elcano, considera que la lógica estratégica de Cs está clara: «Buscar opciones moderadas de centro reformista, ya tiendan más a la izquierda o ala derecha, para poder construir un espacio común a nivel europeo». «Está bien pensado, pero cada país tiene unos retos distintos y la ciudadanía de esos países apoya a unas u otras opciones», advierte. No obstante, añade, la alianza de Macron, Rivera y Renzi es «novedosa» porque no responden a las lógicas clásicas de las familias políticas tradicionales. «Los líderes españoles, no solo Cs, deben tejer lazos en Europa para enfrentarse a los problemas comunes a los que se enfrentan muchos países».

El «colacao» 5 Stelle

Pero la caída de Renzi deja un escenario en el que será difícil encontrar «socios». Más allá de compartir origen en el descontento ante la política tradicional, el M5S nada tiene que ver con los partidos «emergentes» españoles. Según Llaunes, estos crecieron «al calor de la crisis y de la desconfianza que esta había provocado en el electorado español», pero ni sus respuestas ante los problemas de la ciudadanía ni su retórica se asemejarían. 

«Es un partido sui géneris, no se puede catalogar con etiquetas clásicas donde van aunando respuestas nada dogmáticas condicionadas por lo que creen que es mejor para la opinión pública. Es la definición de manual de populismo». Así, de acuerdo al investigador solo comparte el origen y una fuerte apuesta por las nuevas tecnologías: «Y, en el caso de Podemos, una cierta protesta antisistema».
 

Esta situación recuerda al final de la Primera República, cuando Berlusconi resultó presidente del Consiglio. La única alternativa era un populista»

Antonio Díaz, periodista español afincado en Italia cree que el M5S es un «colacao» difícil de comparar con la nueva política de los países vecinos, pero sí cree que se asemeja a Cs en un aspecto: «Juegan a que no tienen ideología y están al margen de esquemas ideológicos». Sin embargo, señala que no son «tan liberales» como la formación naranja ni se han declarado de «izquierdas» como Podemos. Para el periodista los resultados de las elecciones italianas del domingo reflejan el «absoluto descrédito» de los partidos más representativos como son Forza Italia o el Partido Democrático, «reductos de otras formaciones históricas».

«La representación de la izquierda es ridícula, el avance de la Liga [que le ha quitado el Norte al nombre del partido para aparentar que ya no carga contra contra los habitantes del sur, solo contra los inmigrantes] es preocupante y la derrota de Renzi supone la ‘pasokización‘ de la socialdemocracia italiana, resultado de un onda europea común», explica Díaz. «Esta situación recuerda al final de la Primera República, cuando Berlusconi resultó presidente del Consiglio. La única alternativa era un populista«, advierte. Populismo, sí, aunque por ahora, sin salir del euro.

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