La Cámara de Representantes de Estados Unidos canceló su sesión del jueves por la advertencia de un nuevo asalto al Capitolio
La Policía reforzó la seguridad y aseguró que está “preparada ante cualquier amenaza potencial contra miembros del Congreso o contra el complejo” legislativo
La Cámara de Representantes de los Estados Unidos debió cancelar una sesión prevista para el jueves luego de que las fuerzas advirtieran este miércoles por un posible nuevo asalto al Capitolio, de acuerdo a un reporte de la prensa norteamericana.
De esta manera parte de la votación programada para el jueves será realizada este miércoles por la noche para evitar una posible jornada de violencia como la ocurrida el 6 de enero, cuando seguidores del entonces presidente Donald Trump asaltaron el Capitolio, dejando un saldo de 5 muertos.
El Senado, sin embargo, aún mantiene sus planes de sesionar el jueves.
Horas antes las agencias de inteligencia de Estados Unidos habían detectado un posible complot para tomar de nuevo por asalto el Capitolio en Washington, según informó este miércoles el cuerpo policial a cargo de proteger la sede legislativa.
La nueva amenaza fue revelada casi dos meses después de que miles de fanáticos del ex presidente Donald Trump asaltaron el Congreso el pasado 6 de enero en momentos en que los parlamentarios se disponían a ratificar la victoria electoral del demócrata Joe Biden. Hasta ahora, unas 300 personas han sido acusadas de participar en esa revuelta. Cinco personas, incluso un agente de la Policía del Capitolio, fallecieron.
El aviso, en un comunicado de la Policía del Capitolio, surgió al mismo tiempo en que el director interino de ese cuerpo de seguridad estaba testificando ante una subcomisión legislativa.
La Policía del Capitolio “está enterada y preparada ante cualquier amenaza potencial contra miembros del Congreso o contra el complejo del Capitolio”, dice el comunicado. “Hemos obtenido información de un posible complot por parte de una milicia identificada para asaltar el Capitolio el jueves 4 de marzo”.
El jefe de los servicios de protocolo y seguridad en el Congreso, Timothy Blodgett (el Sargento de Armas interino), envió un mensaje a los congresistas el lunes informándoles que estaba trabajando de cerca con la policía para monitorear la información “relacionada con el 4 de marzo y las posibles manifestaciones en torno a lo que algunos llaman ‘el verdadero día de la investidura’”.
La Policía del Capitolio dice que ha reforzado la seguridad en el perímetro del recinto, erigiendo barreras coronadas con alambre de cuchillas y manteniendo la presencia de efectivos de la Guardia Nacional. El comunicado aseguró que la guardia legislativa “se está tomando en serio la amenaza” pero no dio más detalles.
“Ya hemos hecho actualizaciones de seguridad significativas que incluyen el establecimiento de una estructura física y un aumento del personal para garantizar la protección del Congreso, el público y de nuestros agentes de policía”, dice la nota.
La amenaza parece estar vinculada con una campaña fantasiosa de grupos de extrema derecha, particularmente de seguidores del QAnon, de que Trump ascenderá de nuevo a la presidencia el 4 de marzo, la fecha en la que Estados Unidos solía celebrar su transición presidencial hasta 1933, cuando fue cambiada al 20 de enero.
Miles de cuentas de redes sociales que fomentaban la revuelta del 6 de enero han sido suspendidas por las compañías Facebook y Twitter, lo que le dificulta a esos grupos extremistas organizar otra toma del Capitolio.
Precisamente, cientos de seguidores de QAnon, miembros de grupos de ultraderecha y partidarios de Trump asaltaron el pasado 6 de enero el Capitolio, cuando se celebraba una sesión conjunta de las dos Cámaras del Congreso para ratificar la victoria de Biden.
Debido a ese ataque, Trump fue sometido a su segundo juicio político en el Senado, del que fue absuelto el pasado 13 de febrero, después de haber abandonado la Casa Blanca.
En los últimos días, el Congreso ha acogido una serie de sesiones en las que responsables de seguridad han ofrecido su versión de los hechos ocurridos el 6 de enero, en los que murieron cinco personas.
La semana pasada, la jefa en funciones de la Policía del Capitolio, Yogananda Pittman, advirtió en una de esas audiencias de un posible plan de extremistas para volar la sede del Congreso cuando Biden pronuncie su primer discurso ante las dos Cámaras legislativas.
“Sabemos que miembros de milicias que estuvieron presentes el 6 de enero han manifestado sus deseos de que quieren volar el Capitolio y matar al máximo de miembros (del Congreso) que sea posible, con un nexo con el (discurso del) Estado de la Unión, sobre el que sabemos que aún no se ha fijado una fecha”, dijo Pittman.
De acuerdo a medios estadounidenses, se espera que Biden pronuncie su discurso, similar al del Estado de la Unión (como todavía no ha cumplido un año en el poder será más para explicar sus planes de Gobierno y sus logros de sus primeras semanas), en una sesión conjunta del Congreso, después de que el Legislativo apruebe un tercer rescate económico por la pandemia.