La cita cinematográfica de la semana (4): «The Man Who Shot Liberty Valance»
La cita cinematográfica de la semana le corresponde justicieramente no solo a un gran western, quizá la última gran película de John Ford, sino a un filme excelente más allá de su género: «The Man Who shot Liberty Valance» («El hombre que mató a Liberty Valance», 1962). Como se dice en el poster de arriba, era la primera vez que filmaban juntos James Stewart y John Wayne, y vaya si la sacaron del estadio. Es una de esas películas que, a pesar de que la primera vez que la vemos descubrimos todas las claves, trampas y trucos que usa John Ford para seducirnos, siempre será un placer volver a verla. Yo he perdido la cuenta de las veces que lo he hecho.
La cita textual es: «“This is the West, Sir. When the legend becomes fact, print the legend.”
Este es el Oeste, señor. Cuando la leyenda se convierte en hecho, se publica la leyenda».
James Stewart, interpretando a un político de exitosa y respetada carrera (Ransom «Ranse» Stoddard), acaba de concluir el relato ante unos periodistas de cómo sucedieron los hechos que llevaron a la muerte de un terrible criminal, Liberty Valance (interpretado por Lee Marvin), y que lo catapultaron en su carrera hacia el poder, hace 25 años. La película comienza con la llegada del senador y de su esposa (Vera Miles) al pequeño pueblo de Shinbone, al funeral de un viejo y querido amigo. La prensa se pregunta: ¿por qué un político tan importante va a ese pueblo, al entierro de un «don nadie»?. Lo que sigue es la respuesta a la pregunta «¿coinciden siempre la verdad y la leyenda?».
En el Western son válidas sin ambages la ambición, la búsqueda de justicia o la reparación de un agravio, con la infinita persecución del enemigo porque cometió un crimen imperdonable. Una tarea titánica y admirable, con todo en su contra. Héroes humanamente imperfectos, pero precisamente por ello soberbios, como el Gary Cooper sheriff de un pueblo que lo traiciona y lo deja solo frente a los bandidos, en la extraordinaria «High Noon» (Solo ante el peligro, con Grace Kelly y Katy Jurado, 1952).
El director John Ford y los guionistas, James Warner Bellah y Willis Goldbeck, se las arreglan para ofrecernos el que según el director italiano Sergio Leone no solo es «uno de los más grandes Westerns de la historia», sino «la mejor película de John Ford». Y caramba, ese es un comentario muy valiente sobre el director que nos dio obras maestras como «Stagecoach» (La diligencia, 1939), «The Searchers» (Centauros del desierto», 1956) «The Grapes of Wrath» (Las uvas de la ira, 1940), «How Green was my Valley» (Cuán verde era mi valle, 1941), «The Informer» (El Delator, 1936), o «The Quiet Man» (El hombre tranquilo, 1952), y que entre muchos premios ganara nada menos que 4 Oscars por Mejor Dirección; de hecho, Ford es el director más galardonado por el Oscar en su historia, superando a dos de los más grandes, ganadores de 3 Oscars: Frank Capra y William Wyler.
Para Javier Marías nuestra película de hoy «contiene un breve tratado de política, una disertación shakespeareana sobre la libertad de expresión y de elección y un dilema ético explícito.»
Mejor a una estufa que tirarlos al suelo.