La dama del arroz
El papel de la doctora Nguyen Thi Tram en la transformación agrícola de Vietnam, evoca el trabajo de Antoine Parmentier en las postrimerías de la monarquía francesa, porque el impacto de sus híbridos en los cultivos del arroz ha producido efectos tan mayúsculos como los esfuerzos del agrónomo y sanitarista que convenció a Luis XVI de sembrar la papa masivamente en sus dominios.
Aquel edicto real permitiría a la vuelta de un tiempo brevísimo erradicar las hambrunas que diezmaban a las clases más pobres, provocando la inquina de los revolucionarios que le cobraron al científico su amistad con el monarca, sin llegar al extremo, por fortuna, de aplicarle la misma guillotina con que sacrificaron al sabio Lavoisier.
Así le permitieron servir después a Napoleón con medidas de higiene que salvaron a miles de sus compatriotas.
Y en el caso de la señora Tram, ésta regresó a Vietnam en 2008, después de cursar estudios en el Centro de Investigaciones de Híbridos de Arroz en Hunan, China, con el renombrado profesor Yuan Long Ping, cuando su país iba reemplazando el voluntarismo de los primeros tiempos revolucionarios con medidas más pragmáticas que reactivaron su economía.
En efecto, el intento de igualar el régimen del Norte comunista con el Sur, tras la expulsión de los estadounidenses y la reunificación, tropezó con dificultades enormes, cuando los campesinos rechazaron la colectivización a rajatablas y hubo que acudir al insólito recurso de importar el arroz que había sido el alimento básico de la dieta nacional a lo largo de los siglos.
1986 fue un año clave en la transición con la apertura limitada a una economía de mercado y la aplicación de incentivos que revirtieron el cuadro hasta hacer de Vietnam, actualmente, el segundo mayor exportador global después de la India, con mercados en ochenta países y una producción de 44 millones de toneladas aunque se redujese el área en explotación.
La explicación, muy simple: una mayor productividad que permite al país cambiar de piel tres veces cada año según el ciclo de las cosechas, y debe bastante al empeño de la doctora Tram y sus colaboradores, que según la revista VIETNAM PICTORIAL, se propusieron cotejar cientos de variedades de arroz endógenas e importadas hasta conseguir el grado idóneo de termosensibilidad genética que permite cultivos a temperaturas superiores a los 24 grados existentes en el delta del Río Rojo.
La variedad TH3-3 ofrecía numerosos rasgos competitivos, como la brevedad de cultivo, alta productividad por hectárea y facilidad de adaptación a todas las zonas, a un precio sumamente asequible por tratarse de un cultivo doméstico que es, además, altamente resistente a las plagas y enfermedades que azotan el campo vietnamita; por lo que fue lógico que en un plazo muy corto llegase a representar el 60 por ciento de la producción nacional, abriendo fuentes de trabajo e incrementando el ingreso de miles de trabajadores rurales.
En tanto, la doctora Tram continuaba experimentando hasta lanzar cuatro variedades de extraordinaria pureza, sintetizadas de genes aromáticos importados que rinden cosechas más copiosas de arroces de una fragancia que aumenta su valor en los mercados más sofisticados.
Por todo esto la doctora Tram ha recibido el premio de Héroe del Trabajo y otros reconocimientos internacionales mientras acompaña su dedicación al arroz con el desarrollo de una variedad de Sacha inchi (maní inca o maní jíbaro), oleaginosa originaria de la Amazonía, de sorprendentes propiedades medicinales.
Varsovia, abril 2022