La Disonancia Cognitiva
La Disonancia Cognitiva es la tensión, malestar o incomodidad que percibimos y sentimos cuando se tienen a la vez dos ideas contradictorias o incompatibles, o cuando nuestras creencias no están en armonía con nuestra conducta.
Esa tensión interna o disonancia nos hace ser conscientes de la necesidad de resolver ese conflicto para vivir con mayor integridad y así pues, lograr reducir la disonancia que experimentamos. Para ello, la persona tiene varias alternativas:
1)Cambiar la conducta
2)Alterar el ambiente, pensamientos o creencias previas
3)Añadir nuevas informaciones, ideas, argumentos o conocimientos al respecto de dicha conducta.
La «Disonancia Cognitiva» es un término psicológico muy utilizado desde que se conoció por primera vez en el año 1957, cuando el psicólogo Leon Festinger, lo planteó en su libro “Teoría de la disonancia cognitiva”, en el cual explica que las personas tenemos una fuerte necesidad de asegurar que nuestras creencias internas, actitudes y conductas son coherentes entre sí.
Aquí dos ejemplos de la Disonancia Cognitiva:
Situación/conducta: Una persona que una noche es infiel a su pareja, aunque para esa persona es fundamental la fidelidad y siempre había pensado y expresado que no caería en la infidelidad, ni perdonaría un hecho así.
Resultado: Disonancia Cognitiva.
Consecuencia: en este caso no es posible cambiar la conducta, ya que el hecho en sí ya ha ocurrido, es parte del pasado y no se puede modificar; tampoco es posible alterar el ambiente, por lo tanto, nuestro individuo tratará de cambiar sus creencias o la valoración de lo que ha hecho, añadiendo nuevas informaciones: “mi pareja ya no me trataba igual”, “últimamente pasaba más tiempo con sus amigos que conmigo”; de esta manera la persona intentará justificar el acto, en vez de afrontarlo e intentar reducir la ansiedad que le provoca la Disonancia Cognitiva.
Situación/conducta: persona fumadora que está intentando dejar de fumar y aun sabiendo perfectamente que es muy dañino para su salud, ha vuelto a caer fumando un par de cigarrillos.
Resultado: Disonancia Cognitiva.
Consecuencia: en este caso (igual que en el caso anterior) en vez de cambiar la conducta y dejar el tabaco, la persona intentará justificar el acto y así reducir la ansiedad que provoca la disonancia, cambiando sus ideas y buscando autojustificaciones del tipo: “total, de algo hay que morir”, “de qué sirve vivir mucho si no se puede disfrutar de la vida”, “mira a Fulanito, toda la vida fumando y está muy bien».
Es muy importante destacar que la Disonancia Cognitiva solo se produce cuando los sujetos tienen libertad de elección al realizar la conducta. Nunca se producirá Disonancia Cognitiva si la persona se siente obligada o forzada a hacer algo en contra de su voluntad.
Basado en el articulo «DISONANCIA COGNITIVA», de la autoría de la Psicóloga Sonia Castro, 18 febrero, 2020. Licenciada en Psicología en la UAM, Especialidad Clinica y de la Salud, centrada en el campo de las relaciones personales.
Tahiri Ramos Lovera, Lic. en Psicología UCAB
Maestría en Dinámica de Grupos. UCV
Maestría en Desarrollo Organizacional UCAB