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La economía china se ralentiza hasta el 6,1%, el crecimiento más bajo desde 1990

Aunque el Producto Interior Bruto (PIB) sufrió los efectos de la guerra comercial con Estados Unidos, con quien acaba de firmar un primer acuerdo, cumple la previsión oficial

Justo un día después de firmar con Estados Unidos la fase 1 de su acuerdo sobre la guerra comercial, China ha anunciado este viernes que su economía creció el año pasado un 6,1%. Aunque se encuentra dentro de las previsiones de las autoridades, que habían calculado una amplia horquilla de entre el 6 y el 6,5%, se trata de la cifra más baja desde el impacto que tuvo la matanza de Tiananmen en el Producto Interior Bruto (PIB) de 1990, cuando el país sufrió el aislamiento de la comunidad internacional.

En total, el PIB de 2019 ascendió a 99,08 billones de yuanes (13 billones de euros), con un índice per cápita que superó por primera vez los 10.000 dólares (8.982 euros), según informa la agencia Xinhua. A pesar de este logro, la economía china fue víctima durante todo el año de los efectos de la guerra comercial lanzada por el presidente Trump, quien gravó con aranceles multimillonarios las importaciones estadounidenses procedentes de la “fábrica global”.

A tenor de los datos publicados por el Buró Nacional de Estadísticas, la producción industrial en manufacturas, minería y servicios públicos se ralentizó hasta el 5,7%, medio punto por debajo de 2018. Otro factor decisivo para comprobar el estado de una economía, como es el consumo, también se vio afectado por unas ventas al por menor que subieron un 8%, un punto menos que el año anterior. Por su parte, la inversión en activos fijos sí mejoró al elevarse un 5,4%. La buena noticia es relativa porque solo son dos décimas más que el mínimo histórico alcanzado en noviembre.

Tal y como recoge el periódico «South China Morning Post», la producción industrial rebotó en diciembre gracias al anuncio de la primera fase del acuerdo sobre la guerra comercial. Registrando su mayor subida desde marzo, se elevó hasta el 6,9% ese mes, impulsada por un crecimiento de las exportaciones del 7,6% y del 16,3% en las importaciones. En noviembre, las malas perspectivas con la Casa Blanca habían hecho caer las exportaciones un 1,3% y las importaciones solo habían subido un pírrico 0,3%.

Aunque el trato suscrito con Washington y la promesa de más importaciones reducirán este año las tensiones comerciales, la economía china se enfrentará a más retos porque todavía queda por negociar la segunda fase, que será más difícil por abordar sus disputas industriales y tecnológicas. A la dificultad de las relaciones entre EE.UU. y China, las dos mayores economías del mundo, se suma que es año electoral para Trump, quien en 2016 basó su campaña en el discurso contra Pekín.

 

 

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