La estrategia cubana para influir en la política interna de los países de América Latina
Con gritos y golpes sobre las mesas, diplomáticos cubanos intentaron silenciar un discurso del secretario general de la Organización de Estados Americanos, Luis Almagro. Sus palabras apenas podían oírse en la sede de la Organización de las Naciones Unidas en Nueva York, cuando el 16 de octubre asistió a una actividad organizada por Estados Unidos para denunciar la situación de los presos políticos en Cuba. En medio del bullicio, apenas se escuchó cuando dijo:
“Contamos con el testimonio jurado de un estudiante víctima de la represión del gobierno de Daniel Ortega, que fue brutalmente torturado por el régimen, con fuertes golpizas, asfixia simulada y violación con un objeto contundente… Él identificó concretamente como cubano al dirigente del centro en el cual fue torturado”, Almagro ilustró así la crisis sociopolítica que comenzó en abril en Nicaragua que se mide con más de 300 muertos y centenares de detenidos.
La propia Asamblea Nacional de Nicaragua (el Congreso) autorizó a principios de noviembre el ingreso de militares de Cuba y Venezuela en el primer semestre de 2019, “con fines de ejercicios humanitarios, de adiestramiento, e intercambio de experiencias”. Cada seis meses la Asamblea autoriza la entrada de tropas extranjeras.
Más al sur, en Colombia, pocos días antes de la primera vuelta de los comicios presidenciales fue denunciada la existencia de 7.000 diplomáticos cubanos en ese país; y el pasado 6 de noviembre, el Ministerio de Relaciones Exteriores colombiano emitió una nota verbal solicitando al gobierno cubano información sobre la permanencia en su territorio de algunos miembros del ELN. Mientras, en Venezuela, el 7 de marzo de 2018, el presidente Nicolás Maduro condecoró con la Estrella de los Libertadores y la réplica de la espada del general Ezequiel Zamora al jefe de las misiones sociales de Cuba en esa nación, Víctor Gaute. A partir de ese evento se hizo público que desde la llegada del chavismo al poder, en 1999, se contabilizan más de 200.000 colaboradores cubanos que prestaron servicio en ese país,según la agencia oficial venezolana de información.
En Chile, un reportaje de El Líbero da cuenta de la presencia de agentes de inteligencia en la Embajada de Cuba, según han denunciado ex funcionarios de la División de Inteligencia y del Ministerio de Relaciones Exteriores de la isla.
“Cuba nunca ha logrado tener una economía que funcione. Siempre ha dependido, como si fuera un vampiro, de los subsidios de la Unión Soviética, de Chávez y ahora de Maduro, a pesar del hambre que está pasando el pueblo venezolano. Ellos venden información de inteligencia a otros países, como Irán, como Corea del Norte, etc. que obtienen porque se mueven más en América Latina y los EE.UU,”, asegura Juan Antonio Blanco, historiador, filósofo y ex diplomático del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, quien además se desempeñó como analista principal de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos en el Departamento América del Partido Comunista Cubano, y actualmente dirige la Fundación para los Derechos Humanos en Cuba, que tiene sede en EE.UU.
Sabemos que las Fuerzas Aéreas cubana y venezolana ingresan a Bolivia constantemente llevando cargas misteriosas. Es una trama maquiavélica que se teje, cambiando inclusive las constituciones latinoamericanas, para empoderar a los dictadores del socialismo del siglo XXI, llámese Ortega, Morales, Chávez, Maduro, Lula, Dilma y todo ese grupo irregular que también agrupa Unasur”.
Las alianzas de Cuba con la Unión Soviética, primero, y luego con Venezuela le han permitido mantenerse, pese a ser una especie de outsider latinoamericano. Fidel Castro sobrevivió a 11 presidentes en la Casa Blanca y aunque Venezuela enfrenta una crisis sin precedentes y una caída en su producción petrolera, un reporte de la agencia Reuters reveló que desde enero hasta septiembre la petrolera estatal PDVSA suministró a Cuba 11,74 millones de barriles (unos 49.000 barriles por día). Esto, en el marco de un convenido bilateral firmado entre Venezuela y Cuba en el año 2000, según el cual la isla recibía el crudo a cambio del envío de médicos y entrenadores deportivos.
Jaime Aparicio Otero, abogado y ex embajador boliviano, resume: “Cuba, apoyada por el presidente Lula en Brasil y los Kirchner en Argentina, creó el llamado Foro de Sao Paulo, cuyo objetivo era juntar a todos los movimientos populistas, de izquierda y crear un frente ideológico; financiar a quien necesitaba ayuda y apoyarse mutuamente. Crearon un canal de televisión, Telesur, y una organización como Unasur. Estaban muy bien organizados y con fuerza. Controlaban muchos organismos y, además, Cuba se beneficiaba enormemente del petróleo venezolano”.
Yo utilicé la fachada diplomática, estuve como vicecónsul en Bolivia; y en Ecuador como representante de comercio exterior de Cuba. Para hacer esto uno tenía que pasar un entrenamiento de 3 meses y aprender la actividad de fachada que se iba a realizar”.
Agrega el diplomático: “Yo, desde Washington, puedo ver que uno de los problemas que hay en nuestros países, sobre todo en aquellos que están en manos del populismo, como Venezuela, Nicaragua, Bolivia, es que cada uno ve su propio proceso y no ve que detrás de eso hay una estrategia ideológica y política que, aunque se ha ido debilitando con la salida de Brasil y Argentina, continúa. Estoy convencido de que, si no hubiera sido por el apoyo cubano en temas de inteligencia, de control político y la enorme experiencia que ellos tienen en reprimir a los opositores, en vigilar a los militares, sin todo ese aparato difícilmente personas como Maduro u Ortega seguirían en el poder”.
Influencia en América Latina
Un reportaje de El Líbero dio a conocer que en menos de un mes el embajador cubano en Chile, Jorge Lamadrid Mascaró, visitó La Araucanía en dos oportunidades y sostuvo reuniones con dirigentes de la comunidad mapuche. Enrique García, un ex alto oficial de la División de Inteligencia de Ministerio de Interior de Cuba, asegura que Lamadrid Mascaró pertenece a la Dirección de Inteligencia Militar cubana, y que uno de sus ministros consejeros, Warnel Lores Mora, también tiene el perfil de un agente de inteligencia.
La diputada boliviana Norma Piérola explica que en su país la influencia cubana comenzó a verse más abiertamente a partir de la fundación del ALBA (Alianza Bolivariana para los Pueblos de América) en 2004; en ese entonces se empezó a hablar de llevar médicos cubanos a Bolivia, a cambio de becar a bolivianos en Cuba “para que supuestamente se especialicen en Medicina, pero en los hechos sabemos que solamente son auxiliares de enfermería”.
Otro ejemplo es la Escuela del Alba, de altos estudios militares, “este grupo va minando las Fuerzas Armadas y son llevados muchos comandantes en jefe por el entrenamiento que supuestamente reciben. Hoy la Escuela del Alba no está funcionando como tal, fue refundada como Escuela Militar Juan José Torres, en la que supuestamente vienen a entrenarse militares venezolanos, cubanos y de toda Latinoamérica; pero nos llama la atención porque nunca nos han querido dar un presupuesto”, y agrega la diputada: “Inclusive Evo Morales tiene una clínica privada de alto nivel a cargo de puros cubanos”.
El ex embajador Aparicio Otero señala “están en las Fuerzas Armadas porque ellos se han dado cuenta que históricamente allí están quienes más problemas le podían causar a los gobiernos. La estrategia que han utilizado, controlada por Cuba, es la de favorecer al Ejército. Se les dan también temas de contrabando, de tráfico de drogas. Hay una política muy clara de que pueden violar las reglas de la democracia y quedarse mientras tengan el apoyo del Ejército y de las Fuerzas Armadas y, como hemos visto en Nicaragua, la resistencia civil tiene sus límites, porque es una resistencia pacífica y si el ejército y la policía reprimen no hay forma de lograr un cambio”.
Especialmente estuvieron en Relaciones Exteriores y los sectores estratégicos de la economía: electricidad, petróleo, puertos. Todo lo energético”.
Esta afirmación la sustenta Piérola: “Sabemos que las Fuerzas Aéreas cubana y venezolana ingresan a Bolivia constantemente llevando cargas misteriosas. Es una trama maquiavélica que se teje, cambiando inclusive las Constituciones latinoamericanas, para empoderar a los dictadores del socialismo del siglo XXI, llámese Ortega, Morales, Chávez, Maduro, Lula, Dilma y todo ese grupo irregular que también agrupa Unasur”.
Acusa Aparicio Otero “que en Bolivia, y esto lo sabe todo el mundo, hay una presencia muy fuerte en temas de inteligencia. Manejan el sistema de identificación, el otorgamiento de cédulas de identidad y de pasaportes”.
Una función similar tienen en Venezuela, en donde desde el año 2011 se sabe que Albet, la empresa del Gobierno cubano que elaboraba una nueva identificación para Venezuela, tenía acceso libre a la base de datos de los ciudadanos, y se encargaba también de la expedición de los documentos, según dio a conocer una investigación del diario El Nacional. La transferencia tecnológica tarda 10 años en completarse, por tanto, aunque Venezuela pagó 783,5 millones de dólares, los venezolanos aún no tienen acceso a esa cédula electrónica. La compañía, en cambio, sí accedió a registros comerciales y públicos, el centro de tratamiento y análisis de la información, a programas de imágenes médicas, software educativo, a un proyecto para el control de pozos petroleros de Pdvsa, las comunicaciones del Despacho de la Presidencia, el sistema de control penitenciario, el de gestión policial, y al sistema de registro del censo nacional.
Y así como en Bolivia también han tenido acceso a las Fuerzas Armadas; Fernando Ochoa Antich, ex ministro de Defensa en Venezuela, afirma que la intervención cubana se fortaleció después del fallido golpe de Estado del 11 de abril de 2002, cuando Hugo Chávez fue derrocado y a las 24 horas regresó al poder. “Después del año 2002 empezaron lo que se conoció como las Misiones, de salud, deportiva, construcciones de apartamentos, que no solamente fueron diseñadas en Cuba sino que fueron impulsadas fundamentalmente por personal cubano que estaba llegando a Venezuela. A partir de ese momento empezó el apoyo de petróleo venezolano a Cuba; así como una importante purga en las FF.AA.”.
Ochoa Antich denuncia que, influidos por el pensamiento cubano, se crearon las Milicias Bolivarianas y se reestructuró la estructura de mando en las Fuerzas Armadas; y las “FF.AA. se hicieron parte del régimen”. Dice que allí ha habido personal cubano en las instancias de planificación y de educación: “Hay oficiales cubanos que están en ciertos cargos, por ejemplo: los órganos de inteligencia tienen una fuerte presencia de personal cubano. Este régimen tiene 20 años y las FF.AA. han pasado por un proceso largo de ideologización. Ahora en cualquier estructura de las FANB hay frases de líderes cubanos. A ese nivel llega la influencia ideológica de la Revolución Cubana en estos 20 años”.
Andrés Páez, sociólogo y ex asambleísta nacional de Ecuador, dice que durante el gobierno de Rafael Correa hubo una fuerte presencia de asesores venezolanos y cubanos en Ecuador. “Todavía quedan algunos de ellos, pero no sé si la incidencia sea tan fuerte como durante el gobierno de Correa. Me da la impresión de que ahora es considerablemente más reducida”. A partir de mayo de 2017, Ecuador es gobernada por Lenín Moreno quien, si bien llegó a la Presidencia con el apoyo oficial, ha desmarcado su mandato del de Correa.
Contamos con el testimonio jurado de un estudiante víctima de la represión del gobierno de Daniel Ortega, que fue brutalmente torturado por el régimen, con fuertes golpizas, asfixia simulada y violación con un objeto contundente… Él identificó concretamente como cubano al dirigente del centro en el cual fue torturado”.
Sin embargo, entre 2007 y 2017, la presencia de los asesores cubanos en ese país fue muy abierta. “Especialmente estuvieron en Relaciones Exteriores y los sectores estratégicos de la economía: electricidad, petróleo, puertos. Todo lo energético”, subraya Páez.
El asambleísta ecuatoriano Fabricio Villamar ratifica que “es evidente que hemos tenido una alta llegada de migrantes cubanos desde la aprobación de la Constitución en 2008, lo mismo pasó con los venezolanos posteriormente”; e indica que estos asesores se encontraban “en áreas sensibles de vigilancia a los ciudadanos”.
Cuba y su largo historial de espionaje
Enrique García fue reclutado por la Dirección de Inteligencia del Ministerio de Interior de Cuba y fue entrenado por la KGB en Moscú.“Pasé por un proceso de selección de seis meses, en el que hacen investigaciones de toda tu vida, test psicológico, entre otras cosas. Después pasé a la escuela de inteligencia cubana y después ingresé al servicio, donde fui seleccionado para pasar la academia en Moscú, un curso de un año donde participamos 28 oficiales. El servicio de inteligencia cubano en mis tiempos –la década de los ochenta– era pequeño, no llegaba a los 1.500 oficiales de los cuales operativos éramos alrededor de 600. Era pequeño, pero muy poderoso”. En esa pasantía eran formados en asignaturas técnicas, como escritura secreta, micropunto, técnicas del espionaje, teoría de inteligencia, reclutamiento, psicología operativa, entre otras.
Explica que la inteligencia cubana se dividía en inteligencia política, por áreas geográficas: América Latina y Caribe; Estados Unidos y Canadá, Eurasia; y África. Había además un área de contrainteligencia que trabajaba con los servicios especiales enemigos, como por ejemplo la CIA o el FBI. Otro departamento trabajaba contra el exilio cubano, y otra se ocupaba de difusión ideológica.
Hay oficiales cubanos que están en ciertos cargos, por ejemplo: los órganos de inteligencia tienen una fuerte presencia de personal cubano. Este régimen tiene 20 años y las FF.AA. han pasado por un proceso largo de ideologización. Ahora en cualquier estructura de las FANB hay frases de líderes cubanos”.
“Yo utilicé la fachada diplomática, estuve como vicecónsul en Bolivia, y en Ecuador como representante de comercio exterior de Cuba. Para hacer esto uno tenía que pasar un entrenamiento de 3 meses y aprender la actividad de fachada que se iba a realizar”, explica García. Agrega que el gobierno del país que los recibe no tiene manera de verificar si son diplomáticos reales pues deben fiarse de las credenciales que entrega Cuba.
En los ochenta, al no haber embajada cubana en Chile, el país “se atendía” a través de terceros países. “El agente más importante que teníamos en Chile, ‘U141’, vivía en Santiago y recibía nuestras instrucciones a través de radiofonía. Nos enviaba los informes a nosotros en micropuntos incrustados dentro del lomo de un libro a un agente buzón que teníamos en Perú, así nos comunicábamos. Una vez al año lo veíamos fuera de Chile. Este señor era funcionario de alto rango de la Cepal”, recuerda García.
“Trabajamos penetrando las Fuerzas Armadas chilenas, los servicios de seguridad, el Ministerio de Relaciones Exteriores, los partidos políticos, queríamos predecir la política de Chile. En este caso era el gobierno militar en la época, pero si hubiera sido otro gobierno se había hecho lo mismo, obtener información secreta, predecir los acontecimientos e influir sobre ellos antes de que sucedan, para que ocurriera lo que le conviniera a la dictadura cubana”.
García declara que además de la Dirección de Inteligencia del Ministerio del Interior, existía el Departamento América del Comité Central del Partido Comunista Cubano, creado en 1973 y que en los 90 cambia de nombre a Área América, una organización del aparato subversivo cubano.
Estas personas pasaban por cursos de adoctrinamiento político en Cuba en los que se les impartía e imparte marxismo, comunismo científico, necesidad de la lucha de clases, etc. y luego esos líderes regresan a sus países a realizar agitación política”.
“El Departamento América, al igual que luego el Área América, se ocupaba de atender a todos los partidos comunistas, organizaciones indígenas, organizaciones sindicales y a cuanto grupo político de extrema izquierda existiera en la región. Con apoyo económico, de adoctrinamiento político e incluso con atención medica en Cuba para sus líderes y familiares. Estas personas pasaban por cursos de adoctrinamiento político en Cuba en los que se les impartía e imparte marxismo, comunismo científico, necesidad de la lucha de clases, etc. y luego esos líderes regresan a sus países a realizar agitación política”.
Afirma García: “En mi opinión, grupos de extrema izquierda manejados por Cuba a través de su servicio de inteligencia tratan de seguir desestabilizando a determinados gobiernos democráticos chilenos, que no sirven a sus intereses”.