La extrema derecha en Alemania cae en las encuestas y los populistas prorrusos de izquierda se benefician
El Tribunal Administrativo de Berlín asegura que entre el 30% y el 40% de todos los miembros del partido son potencialmente peligrosos para la democracia
Las multitudinarias manifestaciones contra la extrema derecha a lo largo y ancho de Alemania se repiten cada fin de semana. Este pasado sábado están convocadas en Schwerin y en Hanau. El domingo en Heidenheim. Y comienzan a tener un efecto en la intención de voto. Si hoy hubiera elecciones en Alemania, el 30% de los votantes optarían por la conservadora Unión Cristianodemócrata (CDU/CSU). Eso no cambia, pero el partido antieuropeo y populista contra la inmigración, Alternativa para Alemania (AfD), obtendría sólo el 18%. Con este porcentaje seguiría siendo el segundo partido más votado, todavía tres puntos porcentuales por delante del Partido Socialdemócrata de Olaf Scholz, pero ha perdido en las últimas cuatro semanas un 4%. El partido populista prorruso de izquierda Alianza Sahra Wagenknecht (BSW ) parece ser el principal beneficiario de esa pérdida y obtiene el 8% de los votos.
Robert Grimm, jefe de investigación política y social de Ipsos, considera que «la pérdida de votos de AfD puede explicarse por factores de atracción y expulsión. Por un lado, la reunión secreta entre la extrema derecha y los representantes de AfD para resolver el problema migratorio despertó a la gente al peligro de la extrema derecha y desde hace semanas, la democracia defensiva sale a las calles en una abrumadora manifestación a favor de la tolerancia y contra la misantropía. A los votantes moderados que protestan les resulta difícil seguir simpatizando con el AfD. Y por otro lado, el BSW de Wagenknecht ofrece ahora una alternativa nacional de izquierda y atrae al menos a algunos votantes potenciales del AfD porque representa una política exterior que difiere claramente de la de los partidos de clase media y proporciona un hogar político a una clientela amiga de Rusia», explica.
Y esta no es la única vía de presión que está perjudicando los resultados de AfD. En público, se dan numerosas manifestaciones de disconformidad con este partido que también influyen en la percepción general. Por poner un ejemplo, el Festival Internacional de Cine de Berlín, la Berlinale, que acaba de presentar su programa, ha retirado la invitación a la gala de inauguración a cinco miembros de AfD que ya tenían el tarjetón en casa y que habían comunicado su asistencia. «El discurso actual ha dejado una vez más muy claro hasta qué punto el compromiso con una sociedad libre y tolerante y contra el extremismo de derecha forma parte del ADN de la Berlinale«, ha justificado la dirección del festival en un comunicado. Y desde las instituciones del Estado se ejerce además una presión más efectiva.
La Oficina Federal para la Protección de la Constitución, los servicios alemanes de inteligencia interior, ha denunciado que alrededor de 10.000 miembros de AfD tienen potencial extremista en su último informe de situación. El Tribunal Administrativo de Berlín ha dictaminado por su parte que hay pruebas suficientes de ello y ha rechazado una demanda urgente de AfD contra la publicación de este informe, que ratifica que entre el 30% y el 40% de todos los miembros de la AfD son potencialmente peligrosos para la democracia. El partido había solicitado que se borrase este párrafo, pero el tribunal ha conluído que el Ministerio de Interior tiene derecho a informar al público sobre los esfuerzos contra el orden básico libre y democrático, si existen indicios suficientemente significativos para ello. La formación juvenil del partido, Alternativa Junge (JA), ha sido clasificada como extremista. AfD está recurriendo estas decisiones ante el Tribunal Superior Administrativo de Berlín-Brandenburgo, pero sin muchas posibilidades.
Este clima político hace más reticentes a los donantes de AfD, por la posibilidad de boicots por parte de los consumidores, aunque algunos empresarios afines al partido mantienen públicamente su apoyo, como el referente del sector lácteo Theo Müller. Müller ha sido recientemente criticado por haberse reunido con la líder del AfD Alice Weidel varias veces, pero el hombre de 84 años no sólo confirma esas reuniones sino que deja claro que seguirá manteniéndose en contacto con ella y se ha mostrado «increíblemente sorprendido» por su eco mediático y político después de que Bild publicase fotos de él y de Weidel juntos en un restaurante en Cannes. La respuesta de Alice Weidel a esta situación, que podría terminar siendo un punto de inflexión en el hasta ahora imparable ascenso de su partido, es de despreocupación. En Tiktok ha vuelto a publicar un vídeo en el que aparece sentada en el coche con su pareja, Sarah Bossard, ambas con gafas de sol y ambas bailando a todo trapo ‘In My Arms’ de Kylie Minogue. Alice Weidel ríe feliz: «#cardancing con Alice Weidel».