La extrema derecha se queda a sólo dos décimas de ganar las elecciones en Finlandia
Los socialdemócratas vencen por menos de siete mil votos en pleno debate por el futuro del Estado de bienestar
La agenda de austeridad ha pasado factura al Gobierno de coalición de centroderecha en Finlandia. Tal como pronosticaron las encuestas, y escrutado el 100% de los votos, los socialdemócratas del SDP se impusieron con un 17,7% de los votos tras veinte años sin ganar. El segundo puesto en los comicios de este país nórdico miembro de la UE y de la zona del euro, lo logró la formación ultraderechista de Verdaderos Finlandeses, a solo dos décimas, con un 17,5%, al lograr 6.812 votos menos (545.543 frente a 538.731). En tercer lugar quedaron los conservadores de Coalición Nacional (17%), que dirige el actual ministro de Finanzas, Patteri Orpo, y en cuarto los liberales de Centro (13,8%), el partido del actual primer ministro, el empresario Juha Sipilä, que dimitió el pasado 8 de marzo. El quinto y sexto lugar es para Los Verdes (11,5%) y la Izquierda (8,2%).
Más de 4.255.000 votantes fueron llamados ayer a las urnas -un millón y medio emitió su voto adelantado por correo-, después de que Sipilä dimitiera en bloque con su gabinete de centroderecha -una coalición formada por Centro, Verdaderos Finlandeses y Coalición Nacional- tras fracasar en su reforma sanitaria, que buscaba una mayor privatización. Según el primer ministro liberal, su gobierno trabajaba según el principio de «resultados o dimisión». Y así fue, aunque la renuncia buscaba también detener la caída libre del apoyo a su partido.
Difíciles negociaciones
Esta república báltica de 5,5 millones de habitantes, vecina de Rusia y Escandinavia, tiene una de las tasas de envejecimiento más altas de Europa, lo que amenaza la sostenibilidad de las finanzas públicas, uno de los temas clave en las campañas, como también lo fue el cambio climático.
Eduskunta es el nombre en finés del parlamento unicameral del país nórdico que con 200 escaños debe esperar ahora un baile de negociaciones que puede durar largas semanas, incluso meses. En 2011 los conservadores necesitaron dos meses para formar gobierno.
El presidente de Finlandia, Sauli Niinistö -el primer conservador desde 1956 en ostentar el puesto de jefe de Estado- llamará al exministro de Finanzas, exsindicalista y líder del SDP, Antti Rinne, a formar gobierno, cuyos aliados naturales serán los verdes y la izquierda, con quienes sin embargo no alcanza a obtener los 201 diputados necesarios para controlar la cámara.
Si bien la gran mayoría de los políticos finlandeses coincide en la necesidad de una reforma del sistema social y sanitario y llevan catorce años debatiendo este asunto, discrepan en cómo debería ser el nuevo modelo. Tras varios intentos, Sipilä presentó una propuesta que fue rechazada por el comité de asuntos constitucionales de la Eduskunta, ya que no respetaba la igualdad de derechos. Ahora es el turno del nuevo gobierno. Según Rinne, debe «encontrar los medios justos para convertir en sostenible la sociedad finlandesa (…) la política fiscal no puede conseguirlo sola».