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La Gran Muralla se remoza

 

 

Con algas e inteligencia artificial está en marcha una campaña de restauración de la legendaria Gran Muralla, refiere la agencia oficial de noticias china Xinhua.

Patrimonio de la Humanidad, según la UNESCO, la  estructura comenzó a construirse bajo la dinastía Ming entre los siglos 15 y 16 como freno a las invasiones de los pueblos vecinos, hasta alcanzar la fabulosa cifra de 21 mil kilómetros que se extienden por una quincena de provincias. Y,como es lógico, acusa ya el peso de muchas guerras e intemperies que obligan a una costosa labor de mantenimiento, a fin de preservar la imponente barrera de la invasión del turismo, la barbarie moderna.

Bárbaros modernos, los turistas.

La Muralla se construyó con muros de piedra y ladrillo conectados mediante una serie de torres distanciadas con espacio razonable para que sus reducidas guarniciones pudiesen avistar al enemigo y frenarlos mientras acudía el refuerzo necesario para repeler el ataque.

El robot en plena labor de inspección. Foto Xinxhua.

Ahora un extraño robot equipado con sensores inteligentes, cámaras de alta definición y lidar, zanquea con agilidad el curso de la estructura y se descuelga sin temor por sus paredes para detectar fisuras o ladrillos sustraídos por los visitantes y reporta los daños a una oficina central, con mayor minuciosidad y más rápido de lo que hubiese sido capaz cualquier inspector humano. Y, por supuesto, sin los riesgos físicos aparejados.

Es el resultado de un programa de cooperación suscrito en 2018 con el gigante estadounidense INTEL, y estos nuevos desarrollos reflejan los obstáculos por la tirantez política y la guerra comercial reinante entre Washington y Beijing, porque la responsabilidad ha sido asumida poco a poco por instituciones chinas y ahora es ciento por ciento chino el tratamiento de restauración concebido en laboratorios locales a partir del hallazgo providencial de una cianobacteria filamentosa en segmentos que se revelaron particularmente resistentes a la erosión.

El profesor Liu Liang esparce el fluido con microorganismos para crear una capa protectora, Foto Xinxhua.

Un alga, sencillamente,estimulada por las lluvias, para convertirse en una capa de suelo biológica, severa protectora de la estructura, tras cultivarse en un laboratorio y aplicarse como un emplasto sellador.

Con la virtud adicional, señala la agencia, de estimular el interés del público por la conservación, mediante una plataforma online en que puede disfrutar de una vista panorámica del monumento.

Y para captar con mayor profundidad la importancia del trabajo científico comandado por el profesor Liu Liang, en la Oficina de Geología y Exploración de Recursos Minerales de Hebei, están previstos cursos especiales dirigidos a los niños, que integran herramientas de IA como DeepSeek, para despertar en las nuevas generaciones la pasión por la Gran Muralla y el compromiso con su protección futura.

 

Varsovia, agosto de 2025.

 

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