La lectura de Alsina tras la reacción de Page y Lambán a los mensajes entre Sánchez y Ábalos: «No adivináis…?
Crisis en el PSOE: Tanto el presidente de Castilla- La Mancha como el de Aragón han expresado en "Más de uno" sus contundentes reacciones a los mensajes entre el presidente del Gobierno y el exministro de Transportes. Alsina tiene una teoría.

La mañana de radio en Onda Cero ha estado marcada por los mensajes que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, envió en 2020 y 2021 al entonces secretario de Organización del PSOE José Luis Ábalos, que reflejan su guerra contra los baronesdíscolos del partido como Emiliano García- Page y Javier Lambán.
Unos mensajes que publicó este domingo El Mundo y que han provocado un verdadero revuelo en el seno del partido socialista, donde hay «preocupación» por la difusión de estas conversaciones que consideran que «pueden hacer mucho daño».
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Este lunes este diario ha publicado una nueva entrega de mensajes entre ambos dirigentes. Éstos muestran cómo Sánchez retoma la relación con Ábalos en noviembre de 2021, cuatro meses después de su destitución como ministro de Transportes, para trasladarle su apoyo tras las primeras informaciones que le implicaban en prácticas delictivas. «Te escribo para trasladarte mi solidaridad ante los infundios que estamos viendo en los medios», decía Sánchez.
También revela el mundo cómo Sánchez le confiesa a Ábalos en 2023 que ha «echado de menos muchas veces trabajar con él» y que siempre ha «valorado mucho tu criterio político, también tu amistad».
La contundente reacción de Lambán y Page
Pero lo que ha provocado un verdadero terremoto es la reacción que han tenido el presidente de Castilla- La Mancha, Emiliano García.- Page, y el expresidente de Aragón Javier Lambán en las entrevistas que han concedido en Más de uno a raíz de estas revelaciones.
Page, aludido directo en los mensajes (Sánchez se refiere a los barones críticos como hipócritas o petardos y le pide a Ábalos que les dé un toque) ha dicho que no ha percibido sensación de amenaza, aunque sí mucha tensión que se ha ido agravando. Y que si algo demuestran los whatsapps es la estrecha relación entre Sánchez y Ábalos, «eran uña y carne», ha asegurado.
El presidente castellanomanchego ha hecho hincapié en que con estas revelaciones «queda claro que aquí no hubo ningún teatrillo» y que durante el tiempo al que se refieren «hubo una tensión que se refleja en mensajes y actitudes».

Por su parte, el expresidente de Aragón Javier Lambán le ha confesado a Alsina que le ha sorprendido la obsesión enfermiza del presidente con marcarlos a todos y que tuvo varias broncas con él por teléfono en las que Sánchez perdió el control. «Las reacciones del presidente eran iracundas», ha relatado Lambán, quien ha añadido que le sorprendía porque le «parecían fuera de lugar más fruto de una obsesión que de la reacción normal ante uno de su partido que discrepa de él».
El exdirigente aragonés señala que en otros tiempo en el PSOE esa discrepancia se admitía con naturalidad y que las discrepancias con Sánchez vienen desde finales de 2015 cuando unos cuantos advirtieron que Sánchez era capaz de cualquier tipo de pacto por llegar al poder.
La teoría de Alsina
Después de ambas entrevistas y del análisis en tertulia de lo que está removiendo todo esto en las filas socialistas, Carlos Alsina ha lanzado una pregunta a sus tertulianos con lo que él barrunta que quieren dejar claro ambos barones.
«¿No adivináis en Page y en Lambán un cierto empeño en empezar a hacer la historia de los últimos diez años del partido socialista en previsión de que Sánchez deje de estar ahí?», se pregunta Alsina.
El director de Más de uno recapitula y señala que la historia empieza en el año 2015, cuando hubo un comité ejecutivo federal en el que ya se veía lo que quería Sánchez hacer con el partido con la premisa de ‘el poder a cualquier precio’. Señala que en ese momento los barones díscolos le dijeron se opusieron, pero aún así «ganó las primarias y acabó pactando con todos los que habían acordado que no se podía pactar, empezando por Podemos, siguiendo con los independentistas, Bildu». Diez años después, concluye, Alsina su argumento, «no hay disidencia en el PSOE porque se había convertido en un páramo».