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La líder del cambio

EFE/ Miguel Gutiérrez

María Corina Machado ha culminado su extraordinaria campaña electoral con un triunfo rotundo y apabullante en la elección de la primaria opositora en Venezuela. Tal como lo indicaban las encuestas de preferencias políticas, la coordinadora nacional y candidata de Vente Venezuela se ha impuesto con holgura para regalar en todo el país y en los centros de votación dispuestos en 77 ciudades de 28 países. La oposición democrática venezolana ya tiene su candidata para las elecciones presidenciales que deben realizarse en el segundo semestre de 2024, según lo firmado en el Acuerdo de Barbados.

Hija del empresario Henrique Machado Zuloaga, fallecido en enero de este año, cabeza visible de un grupo de empresas de la industria del hierro y el acero, y de la psicóloga Corina Parisca Pérez, junto a quien creó en 1992 la Fundación Atenea para promover los derechos de las personas en riesgo grave de exclusión, María Corina Machado Parisca (Caracas, 1967) es graduada en ingeniería industrial en la Universidad Católica Andrés Bello, cuenta con una especialización en Finanzas en el Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA) y es también graduada del Programa de Líderes Mundiales en Políticas Públicas de la Universidad de Yale. Profesora, divorciada y madre de tres hijos.

Aunque  ha lamentado su entrada tardía en la política directa, tiene una trayectoria relevante que consolidó este domingo 22 con un triunfo sin nada que rechistar y mucho que reconocer.

Machado comenzó inició su andadura por la movediza arena política con la creación de la organización civil Súmate, que desempeñó una destacada tarea en la promoción y organización del referéndum revocatorio del mandato de Hugo Chávez en 2004. En las elecciones parlamentarias de 2010 fue la diputada más votada, fue candidata en la primera elección primaria de la oposición en 2012 en la que resultó ganador Henrique Capriles y ese mismo año creó Vente Venezuela, una organización política que se define como el partido de la libertad.

Frontal opositora del régimen instaurado en Venezuela por Hugo Chávez en 1999 y continuado por Nicolás Maduro desde 2013, un largo período que ha colocado al país en una situación calamitosa y expulsado de hecho a cerca de 8 millones de personas, en una de las mayores migraciones de que se tenga memoria, Machado ha criticado con dureza lo que llama «cohabitación» de sectores de la oposición con el poder instalado en el país. De esa convicción surge su lema de ir «hasta el final» que ha reiterado en cada uno de sus muchos recorridos por Venezuela durante la campaña electoral de la primaria opositora que culminó el domingo 22 de octubre.

Sobre Machado pesa una inhabilitación de la Contraloría General de la República, un acto administrativo que carece de sustento legal, sin sentencia penal ni derecho a la defensa, que contraviene disposiciones constitucionales y dictámenes de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

La Comisión Nacional de Primaria, responsable de la primaria de la oposición, que condujo con certeza y serenidad, estableció desde su instalación el derecho a la postulación y participación de quienes han sido arbitrariamente inhabilitados por el régimen. Una decisión legitimada ahora por la avalancha de votos de la elección que designa a María Corina Machado como la candidata presidencial para 2024. No es Maduro quien puede nombrar la candidatura que se le oponga y lo derrote.

La primaria opositora es un hito en la lucha por el cambio político en Venezuela. Expresa el deseo mayoritario de recuperación y transformación del país. Y se constituye en el primer paso para la construcción de una amplia y sólida fuerza política que pueda desalojar del poder por la vía democrática al actual régimen, que solo ha significado penuria, miseria y atraso en la vida venezolana.

La candidatura unitaria de la oposición –que se eligió este domingo y que representa María Corina Machado- es la única opción de cambio en 2024. Punto de encuentro de todos los venezolanos que quieren rescatar a su país, que vuelvan sus hijos y que se construya una sociedad de prosperidad. Hay mucho trabajo por hacer. El domingo 22 es una inyección de energía y vitalidad, que conmueve hasta las vísceras, y le dice a todo el país y al mundo que Venezuela ansía la libertad y la democracia. El derecho a vivir en paz de verdad.

 

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