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La mayor sanción de la historia del deporte: Rusia no podrá participar ni en Juegos ni en Mundiales durante cuatro años

La Agencia Mundial Antidopaje excluye a Rusia de las competiciones internacionales durante cuatro años. Los deportistas inocentes podrán participar bajo bandera "neutral"

El escándalo era de tal magnitud que sólo una sanción ejemplar y contundente como la anunciada este lunes podía suponer la primera piedra del intento de acabar con la lacra del dopaje sistemático en un país de la envergadura y la influencia deportiva de Rusia. No le tembló el pulso a la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), que borró del mapa, al menos durante los próximos cuatro años, cualquier atisbo del gigante ruso.

 

 

El castigo no deja lugar a la duda. Si todos los escándalos pasados -que además del propio dopaje de Estado incluían sobornos, amenazas, tráfico de influencias y falsificación de datos…- querían tener redención futura, Rusia debía ponerse manos a la obra en su propia limpieza. Por eso, en enero de 2019, se le exigió a la RUSADA (Agencia Antidopaje Rusa) la entrega de miles de datos brutos de controles almacenados en sus servidores y que estaban bajo la vigilancia del Comité de Investigación de Rusia. Al llegar el CRC (Comité de Revisión de Cumplimiento) a la conclusión de que esas muestras recogidas personalmente por la AMA estaban manipuladas, vino el varapalo sin precedentes: Rusia estará fuera del mapa durante los próximos cuatro años; ni su bandera ni su himno estarán presentes, por ejemplo, en los Juegos de Tokio (2020), ni en Pekín (invierno, 2022) ni en el Mundial de fútbol de Qatar. Pero tampoco en los Juegos Olímpicos de la Juventud o en cualquier otra competición multideportiva (Juegos Europeos, Universiada…) o Campeonato Mundial bajo los auspicios del Código Mundial Antidopaje, que incluye las federaciones Olímpicas Internacionales. Por supuesto, también está excluida Rusia de los torneos paralímpicos. El castigo, sin embargo, no afecta a la Eurocopa del próximo verano, en la que San Petersburgo es una de las sedes. La razón es que se trata de un torneo continental que es organizado por la UEFA.

NINGÚN TORNEO EN RUSIA

El anuncio sacudió al mundo del deporte tras el comité ejecutivo de la entidad celebrado en Lausana (Suiza) y la decisión fue tomada por «unanimidad» de sus 12 miembros, según declaró el portavoz James Fitzgerald. Tampoco se podrá disputar ningún evento deportivo en Rusia en ese periodo. En el caso de que ya se haya otorgado la organización, debe cederlo a otro país, «a menos que sea imposible hacerlo desde un punto de vista legal o práctico». Será el caso, por ejemplo, del Mundial de voleibol masculino de 2022 o la Universiada de 2023, ambas en Ekaterimburgo.

La paciencia de la AMA ha llegado a su fin, principalmente porque la rehabilitación de la RUSADA estaba a expensas de la última revisión. En el informe de 26 páginas llega a la conclusión de que «se eliminaron unas y se alteraron otras muestras» para «obstaculizar el trabajo de los investigadores», según expone la organización en un comunicado.

Entonces hay que acudir al origen del escándalo, cuando en 2016 Grigory Rodchenko, quien fuera responsable del laboratorio antidopaje de Sochi durante los Juegos de invierno de 2014, huyera a EEUU tras destapar el dopaje de estado de su país (influencia directa del Ministerio de Deportes) a través del informe McLaren, «una trama institucionalizada entre 2011 y 2015». El jurista Richard McLaren estimó que más de 500 controles positivos fueron blanqueados. En el documental Ícaro (Netflix) también se destapó cómo en Sochi hasta el KGB intervenía, en un sistema para limpiar los frascos de orina almacenados.

COMPETIR BAJO BANDERA «NEUTRAL»

Todas las denuncias de Rodchenko y McLaren se han visto culminadas con el mayor castigo de la historia del deporte.Porque aunque cabe recurso al Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) en un plazo de 21 días, la AMA advirtió que si Rusia intenta retrasar la aplicación de la sentencia «para que no afecte a los Juegos de Tokio», puede perderse los de 2024.

Si ya Rusia desapareció en los Juegos de Río, en los de invierno de Pyeongchang 2018 y en los dos últimos mundiales de atletismo, tampoco sus deportistas estarán presentes en las próximas grandes citas. A no ser que puedan «demostrar que no están implicados en los programas de dopaje descritos en el informe McLaren o que sus muestras no han sido falsificadas». En ese caso lo harían bajo bandera «neutral». «Durante demasiado tiempo, el dopaje ruso ha restado valor al deporte limpio. Rusia tuvo todas las oportunidades para poner su casa en orden y volver a unirse a la comunidad global antidopaje por el bien de sus atletas y por la integridad del deporte, pero eligió continuar con su postura de engaño y negación», concluyó Craig Reedie, presidente en funciones de AMA.

MEDVEDED: «UNA CRÓNICA HISTERIA CONTRA RUSIA»

Desde el gobierno ruso, se criticó duramente la sanción de la AMA, al mismo tiempo que se reconocían «problemas serios de dopaje», en palabras del primer ministro, Dmitri Medveded. «Todas estas decisiones se repiten contra deportistas que ya han sido castigados, lo que hace pensar en que una histeria contra Rusia se ha convertido en crónica», denunció el dirigente. El presidente del Comité Olímpico ruso, Stanislav Pozniakov, confesó que la sanción era previsible, pero la valoró como «inadecuada y excesiva».

 

 

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