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La mediación internacional no es suficiente para un cambio en Venezuela, advierten analistas

La estrategia de mediación diplomática, que es lenta, 'podría terminar ayudando al chavismo a ganar tiempo', señalan en 'Los Puntos a las Íes' José Natanson y Rafael Uzcátegui.

 

 

La mediación internacional, y en particular la de países cuyos gobiernos han sido aliados del de Nicolás Maduro, resulta positiva, pero esa sola variable no tendría el peso suficiente para lograr un cambio en Venezuela, advirtieron dos estudiosos de la dinámica política venezolana en Los Puntos a las Íes, el programa semanal de DIARIO DE CUBA.

El periodista y politólogo argentino José Natanson, y el activista y sociólogo venezolano Rafael Uzcátegui, analizaron el papel de América Latina en la crisis postelectoral de Venezuela. Coincidieron en señalar, con pesimismo, que no hay señales de que el Gobierno de Nicolás Maduro desista de su decisión de permanecer en el poder a través de un fraude electoral, y opinaron que la variable internacional, por sí sola, no sería suficiente para abrir el camino a una transición democrática en el país sudamericano.

Autor del libro Venezuela. Ensayo sobre la descomposición, publicado pocas semanas antes de las elecciones, Natanson reconoció que esperaba un triunfo opositor en los comicios del 28 de julio, y que nunca imaginó «que la reacción del Gobierno de Nicolás Maduro iba a ser de una torpeza semejante».

A juicio del periodista y politólogo argentino, quien ha venido estudiando el proceso político venezolano, si bien «el chavismo había cometido un montón de barrabasadas institucionales», para él resultó una verdadera sorpresa lo ocurrido con el fraude del 28J: «robarse una elección presidencial así, no lo había hecho, no de esta magnitud».

Tras el giro que tomó la dinámica política en Venezuela, con un Maduro atrincherado en el poder con el aval de instituciones que ya tenía cooptado el chavismo, pero sin tener los votos de la mayoría; Natanson dijo que «me produjo bastante tranquilidad la posición constructiva que desde antes de elecciones vienen adoptando gobiernos de Gustavo Petro (Colombia) y Luiz Inácio Lula da Silva (Brasil)«.

A su juicio, tanto Petro como Lula da Silva temen que Venezuela se desestabilice con una crisis similar a las que ya vivió en años recientes y que impulsó un éxodo masivo de venezolanos. «La migración venezolana es un problema para muchos países de América Latina», dijo.

Los gobiernos de Colombia y Brasil, y en menor medida México, «están tratando de abrir un reencauce democrático y de paz a la situación venezolana«, señaló Natanson, quien sin embargo consideró que «no lo están logrando». Desde su punto de vista, «son positivas estas gestiones, pero no son garantía de que se termine de consolidar un desenlace favorable».

Por su parte, el activista e intelectual Rafael Uzcátegui, quien durante muchos años fue el coordinador de la más antigua ONG de derechos humanos de Venezuela, Provea, sostuvo que, cuando se mira el caso actual del país, «tenemos lamentablemente el mal ejemplo de Nicaragua, donde ha sido muy bajo el costo político de mantenerse en el poder» tras lo que fueron unas elecciones totalmente ilegítimas, como las que sucedieron en 2021 en el país centroamericano.

«En Nicaragua se cerró absolutamente el espacio cívico, se persiguió, torturó, encarceló (…) ese precedente está allí», apuntó Uzcátegui, para quien bajo un esquema similar represivo «Maduro podría aguantar en el poder«.

Desde la perspectiva de Uzcátegui, autor del libro La rebeldía más allá de la izquierda, «la estrategia de mediación diplomática, que es lenta, podría terminar ayudando al chavismo a ganar tiempo, a desviar la atención de la comunidad internacional sobre lo que está pasando en Venezuela».

Uzcátegui apuntó un elemento que ayuda a entender la ola represiva desatada después del fraude electoral del 28 de julio. «Solo el lunes 29 de julio hubo 210 protestas, esta cifra es un hito para la movilización ciudadana en Venezuela. Las manifestaciones las protagonizaron fundamentalmente sectores populares que otrora habían estado identificados con el proyecto político del chavismo».

«Ha ocurrido una ruptura política y emocional» de esos sectores «con el proyecto con el que se habían identificado en el pasado. Eso explica el icónico derrumbe de seis estatuas de Hugo Chávez«, precisó el sociólogo.

Uzcátegui y Natanson coincidieron en que factores como la capacidad de movilización, resistencia y protesta serán determinantes en el devenir de Venezuela, donde se ha establecido un régimen amplio de represión y persecución política por parte de Maduro, con apoyo de uniformados y agentes del Estado, así como civiles armados, los llamados «colectivos».

Con «sectores populares que han sido las principales víctimas de la represión post electoral«, como apunta Uzcátegui, y una presión internacional que por sí sola no es suficiente, señalada por Natanson, es posible que el status quo del Gobierno de Maduro se pueda mantener en Venezuela, al menos en el corto plazo.

 

 

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