La mitad de votantes del PSOE rechazan la amnistía de Sánchez y quieren elecciones
El 49,2% prefiere una nueva llamada a las urnas antes que ceder a la exigencia de Puigdemont mientras que el 32,8% es partidario de hacer desaparecer la responsabilidad de los líderes del procés, según la encuesta de Hamalgama Metrica
El 49,2% de los votantes del PSOE prefiere una repetición de las elecciones antes que ceder a la amnistía que exige el expresidente catalán Carles Puigdemont para investir a Pedro Sánchez, presidente del Gobierno. Mientras que el 32,8% es partidario de hacer desaparecer la responsabilidad de los líderes del procés, según la encuesta de Hamalgama Métrica para Vozpópuli. Lo cierto es que la mayoría de electores (70,6%) de las cuatro principales fuerzas políticas -PP, PSOE, Vox y Sumar- prefiere una nueva llamada a las urnas. Solo el 19,2% está a favor de la palabra que el presidente en funciones elude pronunciar.
Entre quienes más aceptación tiene la amnistía es entre los votantes de Sumar (62,5%). Por el contrario, la totalidad de los electores de Vox (100%) y del PP (98,5%) la rechazan. No deja de ser llamativo que sea la generación del baby boom -los nacidos entre 1957 y 1977- quienes descarten mayoritariamente la aplicación de la amnistía, que solo apoya el 13,2% frente al 79,9% que opta por volver a votar. Entre quienes tienen entre 18 y 29 años, el 32,5% opta por satisfacer las demandas secesionistas y el 47,5% por elegir diputados y senadores de nuevo.
En verdad, el Gobierno prevé que las manifestaciones contra la amnistía de los próximos días serán masivas, según admiten en privado fuentes del núcleo duro de Moncloa. Estas mismas fuentes vaticinan que tanto el PP como Sociedad Civil están movilizando autocares para abarrotar sendas concentraciones en Madrid y Barcelona. Moncloa intentará despejar el ataque de la oposición con el mantra de la ‘foto de Colón’. Mientras, parte del Ejecutivo asume el desgaste de las exigencias del secesionismo, porque se han impuesto en la conversación pública a la investidura del líder del PP.
El acto de Madrid se celebra este domingo, dos días antes de que arranque el pleno de investidura de Alberto Núñez Feijóo en la Carera de San Jerónimo para someterse a la confianza de los diputados tras el encargo que le hizo el Rey de acudir a la investidura. El plan de Génova es presionar a Pedro Sánchez hasta el punto de que ceder al independentismo y amnistiar a los dirigentes del procés pendientes de juicio le suponga un trago imposible.
Aunque el Ejecutivo transmite tranquilidad, en cierta forma. Poco parece haberle importado la brutal paliza que las dos figuras más relevantes de la historia reciente del PSOE –Felipe González y Alfonso Guerra– propinaron este miércoles a Sánchez por la amnistía de marras. Ferraz no va a abrir expedientes disciplinarios y tampoco les ha contactado para que bajen el tono. No quieren seguir dando bombo a una polémica que quieren dar por superada.
En el PSOE, además, dan por hecho que terminará habiendo gobierno gracias a los votos de Junts. El presidente, el pasado domingo, se mostró convencido de que encontrará los votos debajo de las piedras para que España tenga de nuevo una coalición progresista. Y el estreno este martes de los pinganillos en el Congreso, otra concesión al independentismo para que sus diputados puedan dirigirse en las Cortes de manera íntegra en sus respectivos idiomas, ha terminado por convencer a los sectores del PSOE más escépticos sobre las posibilidades de éxito en la negociación.
Pese a que este martes se produjera una mejora de las expectativas de investidura, en el PSOE sigue habiendo vértigo. La cúpula de Ferraz es consciente de la marejada interna que se ha originado en la organización por la amnistía. Y, por eso, el partido ha enviado diferentes mensajes a los suyos recordando que el pacto con el expresidente catalán no solo «no está hecho», según fuentes de la formación, sino que tendrá que encajar en el marco constitucional sí o sí. Y todo para aplacar a la parroquia.
A diferencia de otras polémicas, la amnistía no solo tiene el rechazo frontal de líderes de la vieja guardia como Felipe González y Alfonso Guerra. Sánchez se ha encontrado ahora con críticas similares de dirigentes muy destacados del zapaterismo como Ramón Jáuregui y Jordi Sevilla y la renuncia de la cabeza de lista del PSC por Barcelona -Meritxell Batet- que arrasó el 23-J en Cataluña. Muchos socialistas interpretan la salida de Batet como un gesto claro de desacuerdo con esta medida. Pero Sánchez busca votos debajo de las piedras. Y solo él sabe qué significa. Casi nadie dentro del PSOE tiene claro hasta dónde llegará esta vez.
Mientras, Sánchez tiene a tres personas de Moncloa -políticos y juristas- negociando con Puigdemont y son las que le transmiten los avances en las conversaciones con el expresidente catalán. Según ha sabido este diario, el presidente del Gobierno en funciones está avanzando con los secesionistas. Y en ese marco hay que leer los guiños que Puigdemont y Sánchez se han hecho el uno al otro los últimos días. Primero se están despachando los puntos de acuerdo y se están dejando para el final los asuntos más difíciles, como la amnistía que, por el momento, el líder socialista se niega a mencionar.
Ficha técnica de la encuesta de Hamalgama
Universo: Españoles de 18 y más años.
Tamaño de la muestra: 1.000 entrevistas.
Error muestral: 3,16% para el conjunto de la muestra y un grado de confianza del 95,5%.
Metodología de trabajo: CATI (Entrevista telefónica administrada por ordenador). Teléfonos móviles y fijos cuyos titulares son particulares.
Procedimiento de muestreo: Polietápico, estratificado por conglomerados, con selección de las unidades primarias de muestreo (municipios) y de forma aleatoria proporcional las unidades últimas (individuos) por edad y género.
Estratificación: Cruce de la provincia con el tamaño de hábitat, dividido en 4 categorías.
1. Menos de 2.000 habitantes.
2. De 2.001 a 10.000 habitantes.
3. De 10.001 a 50.000 habitantes.
4. Más de 50.000 habitantes.
Trabajo de campo: 15 al 21 de septiembre de 2023.