La tensión por la deuda y la oposición propia
Es crucial para el Gobierno tener éxito en la negociación por la deuda.
Algunas ideas peregrinas y peligrosas runrunean entre los que dicen tener la gran bola de cristal del futuro. Una de ellas sostiene si al presidente Fernández le va mal, le irá bien a Cristina Kirchner. Se puede estar a favor o en contra de uno de ellos o de los dos simultáneamente, pero tal automatismo muestra una lectura extremadamente primaria de la realidad política. No está el país para esas fantasías porque la crisis lo puede engullir todo. Nadie está a salvo y mucho menos las cabezas de este singular experimento.
Un escalofrío recorrió el espinel de los que se preocupan por lo político y lo económico cuando los bonistas se levantaron de la mesa de negociación y el riesgo país se aupó a los máximos históricos. Ese escalofrío alimenta las adivinaciones de catástrofe porque el gobierno tiene toda su apuesta en patear el pago de la deuda.
Las negociaciones tienen estas etapas de mayor o menor dureza en la que el final, que se espera para mayo, si hay acuerdo, significará el arranque del gobierno de Alberto Fernández. El fracaso, por el contrario, terminará de tallar otro escenario. Es crucial, entonces, para el Presidente tener éxito en la renegociación. La mayor parte de sus energías debieran estar puestas en ese objetivo. Pero el equilibrio de la coalición absorbe una buena parte de sus preocupaciones. Si hay piedras, hasta ahora no las pone mayormente la oposición, sino que salen del interior del oficialismo.
¿Qué es , si no, la propuesta del senador Snopek de intervenir al Poder Judicial jujeño para lograr la libertad de Milagro Sala? Se sabe que el Presidente está muy molesto con el proyecto, al igual que su aliado Sergio Massa. Pero se sabe también que Snopek no es un librepensador y que esta movida le cae como anillo al dedo al kirchnerismo más duro. Y paradójicamente ayuda a levantar el perfil de Gerardo Morales, el radical que gobierna Jujuy.
Alberto Fernández se opone a intervenir al Poder Judicial de Jujuy: ¿Los senadores del oficialismo opinan lo mismo?
Si prevalece la opinión de la Rosada, la iniciativa de Snopek quedará suspendida en formol. Si progresa habrá que ver cuánto pesa la opinión contraria del Presidente sobre los senadores oficialistas que responden a Cristina.
Con el campo, tema que merece un debate serio y no infantilismos, el gobierno inauguró una nueva bronca para pasar señales a los acreedores de que está dispuesto a obtener recursos para hacer “consistente” su plan sobre la deuda.
Aun cuando esta nueva escaramuza con el campo tenga riesgos y requiera de una habilidad de manejo que algunos dicen que el ministro Basterra carece. El FMI y los bonistas pueden apreciar esos esfuerzos impositivos, como el de los jubilados pero también quieren ver el plan que no aparece.
Ocurre que aun con el arreglo por la deuda, que será celebrado por Alberto Fernández como el éxito mayor de su apuesta política y el comienzo real de su acumulación, precisará extremar sus recursos de equilibrista porque a muchos de la tropa del Frente de Todos no le gustará esta clase de arreglos, como ya lo están manifestando.
Pero eso es historia del futuro, lejana e inasible, en un país en aguda pendiente.