La torpeza de Pedro Carreño llegó hasta Azerbaiyán
El post que mostró en sus redes el diputado Carreño, donde aparece trotando frente al mar Caspio con su compañero de bancada Jesús Faría, no sólo llama la atención sobre su intención al mostrarse tan feliz y relajado sino que obliga a investigar cuánto gastaron ambos en hacer las mismas diligencias que ya hicieron Bancoex y Nicolás Maduro hace un año.
No fue un espía opositor malintencionado quien coló el video de los diputados del PSUV, Pedro Carreño y Jesús Faría, trotando de lo más sabroso en un parque de Azerbaiyán frente al mar Caspio: fue el propio Carreño desde su Instagram (Pcarrenoe) quien nuevamente posteó imágenes controversiales de lo bien que le va en la vida. Y como siempre, este nuevo video que se hizo tendencia en Venezuela fue recibido con casi 100 comentarios, la mayoría de ellos insultantes o sarcásticos: “Qué bonito, mientras ustedes están haciendo ejercicio por el mundo nuestro país cayendo en ruinas… ponte a trabajar y no a turistear con el dinero de los venezolanos… qué vida se dan ustedes y el pueblo con 130 bolívares al mes… eso son los beneficios de la revolución… hazlo en Caracas sin escoltas…”. Y así sucesivamente, salvo algún comentario a favor, generalmente cargado de adulancia.
Ya Carreño -nada menos que Vicepresidente de Ética Revolucionaria en el PSUV- había enviado imágenes de él y Faría en Azerbaiyán visitando la Universidad para reunirse con sus autoridades, luego Carreño y Faria de lo más elegantes en una reunión bilateral con presidentes de comisiones del Parlamento de Azerbaiyán, y un tercer post en una sesión especial del Parlamento de Azerbaiyán, donde repitió casi el mismo discurso en todas las otras visitas mencionando demasiadas veces las palabras dignidad y hermandad para cumplir con lo que supuestamente era la responsabilidad de los dos en semejante viaje: “impulsar las relaciones entre ambos países”, como señaló la nota de prensa de la Asamblea Nacional para explicar a qué fueron hasta allá.
“Se pudo conocer que el tema económico formó parte de las conversaciones de los diputados durante una reunión con el presidente del Comité de Economía, Industria y Emprendimientos del Milli Majlis, diputado Tahir Mirkishili”, también decía la nota de prensa.
Pero lo que no mencionó ni Carreño ni la prensa oficialista, es que en junio del año pasado, Venezuela y el Banco de Comercio Exterior (Bancoex), realizaron una reunión de trabajo con la Cámara de Comercio e Industria de Azerbaiyán, “a fin de concretar nuevas alianzas estratégicas y ampliar las relaciones comerciales para el beneficio mutuo de ambas naciones”, según decía el comunicado de Bancoex. Un encuentro virtual como también lo fue luego el del mismísimo Nicolás Maduro, quien en junio del año pasado realizó una gira por Eurasia y África del Norte para reunirse con su homólogo, Ilham Heydar Oglu Aliyev, y tratar ese mismo asunto. Encuentro que debió hacerse vía Zoom “porque hubo resultados sospechosos en las pruebas de COVID-19 realizadas a integrantes de la delegación venezolana”, según señalaba la nota oficial.
Es decir, que el año pasado se produjeron dos reuniones distintas entre los gobiernos de Venezuela y Azerbaiyán para conversar sobre lo mismo que ahora trataron los diputados Carreño y Faría, asunto que también pudieron despachar de manera virtual, por cierto. De allí que el viaje, y gracias al video que publicó Carreño en sus redes trotando frente al mar, haya desatado ahora demasiadas preguntas. Por ejemplo, ¿fueron inútiles las anteriores reuniones?, ¿qué consiguieron esta vez los diputados que no habían logrado antes Bancoex y Maduro?, ¿viajaron solamente a Azerbaiyán? Y, por supuesto, ¿cuánto costó el viaje?
Porque solamente el pasaje en Turkish Airlines -clase Business, como debe ser-, implica el pago de 16.981 dólares por pareja, a lo que se le debe sumar otros 14.400 dólares semanales por persona en gastos de hotel, como lo revelan las tarifas del cinco estrellas Fairmont Baku, ubicado frente al mar Caspio. Mientras que sentarse a cenar en cualquiera de sus buenos restaurante que están en la zona, como el Sahil y similares, podría significar el desembolso de otros 600 dólares por persona por comida, si los diputados quisieran degustar su famoso costillar de cordero acompañado de un Chablis Grand Cru o de un Mouton Cadet Gran Reserva. Es decir, que el gasto para cenar ambos, pudo haber significado el pago de otros 7.200 dólares. Y más o menos lo mismo en el almuerzo, cabe suponer.
De modo que un total aproximado de lo gastado por ambos en menos de una semana podría ascender a más de 50 mil dólares, sin incluir en esta cifra el gasto de sus acompañantes, que no sabemos cuántos fueron ni qué hicieron, pero algunos se encargaron de tomarles y subirles los videos y las fotos en sus visitas, traducirles lo que decían sus pares y, quizás, cargarles las bolsas de las compras nerviosas, que nunca faltan.
Pero, como han sugerido algunos de sus seguidores en las redes, si los diputados y acompañantes también quisieran aprovechar el viaje para asistir al Gran Premio de Azerbaiyán de Fórmula 1, que comienza dentro de poco, habría que añadir a todos estos derroches otros 560 dólares por cabeza, que es el precio de cada entrada en tribuna. Cualquiera podría señalar que el gasto de los dos diputados en una semana en Azerbaiyán es insignificante en el presupuesto nacional. Que gastarse 80 o 100 mil dólares en pocos días no es nada para su investidura, que se trata de un promedio de 8 mil dólares al mes, si lo desglosamos de ese modo. O una cifra similar al pago de 3.120 salarios mínimos para un maestro o una enfermera, si lo traducimos a lenguaje revolucionario.
Ya hay memes de ambos trotando frente al mar Caspio mientras en off se escucha la voz de Jesús Faría decir: “Es obvio que los salarios no son suficientes para la población. Pero limitarse a decir que es culpa del Gobierno, es una chapucería espantosa…”. Y la de Pedro Carreño trotando con sus zapatos de marca, mientras asegura: “Se pretende hacer ver que hay una desidia en Venezuela… cuando en realidad es que no hay recursos, no hay medios, para resolver las necesidades”.
Sí Luis.