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‘La ventana indiscreta’, de Hitchcock, una obra maestra del cine basada en un relato sencillo

CINE CLUB LITERARIO Recordamos los setenta años de un clásico basado en el relato 'It Had to Be Murder', de Cornell Woolrich. Analizamos cómo adaptó Hitchcock el libro y reproducimos su comienzo

El suspense, la cotidianidad, la mirada, el encierro, el miedo, la muerte al acecho, los límites de la privacidad y el glamour conviven de manera natural en La ventana indiscreta, una de las obras maestras de Alfred Hitchcock. Se estreno en 1954 y su vigencia en todos los aspectos, cinematográficos y temáticos, no solo siguen de actualidad, sino que ganan con el tiempo. James Stewart y Grace Kelly conforman la pareja protagonista con una química muy especial.

Hitchcock se basó en el relato de It Had to Be Murder, de Cornell Woolrich, de 1942. La historia original es una trama sencilla sobre un presunto asesinato que ve uno de los vecinos. Pero el director crea una atmósfera de suspense que enriquece el relato a través de los matices de los personajes. Sin contar los recursos cinematográficos de fotografía, edición, ambiente y sonido con unas actuaciones formidables y un aire que solo Hitchcock era capaz de impregnar a sus películas.

 

Sobre el mundo del misterio que recuerda la delgada línea que separa la vida de la muerte, hoy nuestro Cine club literario WMagazín, que este verano dedicamos a buenas películas basadas en libros que en 2024 celebran una efeméride importante.

Bienvenidos a nuestro Cine club literario WMagazín con La ventana indiscreta:

 

La película: ‘La ventana indiscreta’, de Alfred HItchcock

La ventana indiscreta es otra obra maestra de Hitchcock, como lo son Vértigo, Psicosis, Los pájaros, e incluso La soga. Esta historia con muy pocos elementos, un apartamento y el patio interior del edificio, relata cómo L.B. Jefferies (James Stewart), un fotógrafo profesional debe guardar reposo tras sufrir un accidente. Sentado en una silla de ruedas pasa las horas espiando a sus vecinos desde la ventana, hasta que un día empieza a sospechar que un hombre del bloque de enfrente asesinó a su esposa. A partir de ahí involucra a su novia Lisa (Grace Kelly). La rutina se altera con el misterio y el acecho de la muerte a través del presunto asesino (Raymond Burr). Hitchcock añade una atmósfera claustrofóbica a la que suma, poco a poco, el suspense y la sensación de peligro constante que van revelando mundos interiores de los personajes y su relación con el entorno y con su concepción de la propia vida.

La ventana indiscreta obtuvo cuatro nominaciones a los premios Oscar, entre ellos Mejor director y Mejor guion.

 

 

 

 

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LIBRO

Cornell Woolrich fue uno de los autores de novelas policíacas y de misterio más adaptados al cine y la televisión de Estados Unidos a mediados del siglo XX. Pero con un punto diferenciador: los crímenes y casos a resolver estaban insertados en la cotidianidad y no había un inspector o un detective, sino que todo salía a la luz de manera más orgánica dentro de la propia vida de los personajes.

Eso es lo que sucede en It Had to Be Murder, que primero publicó en una revista y después en formato de libro. Su narración es sencilla y va directo a los hechos sin detenerse mucho en la psicología de los personajes.

 

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FRAGMENTO

No sabía sus nombres. Nunca había oído sus voces. Ni siquiera los conocía de vista, estrictamente hablando, porque sus caras eran demasiado pequeñas para rellenarlas con rasgos identificables a esa distancia. Sin embargo, podría haber construido un horario de sus idas y venidas, sus hábitos y actividades diarias. Eran los habitantes de la ventana trasera que me rodeaban.

Claro, supongo que era un poco como curiosear, incluso podría haber sido confundido con la concentración febril de un mirón. No fue mi culpa, esa no era la idea. La idea era que mis movimientos estaban estrictamente limitados solo en ese momento. Podía ir de la ventana a la cama, y ​​de la cama a la ventana, y eso era todo. El ventanal era lo mejor que tenía mi dormitorio trasero cuando hacía calor. No tenía mosquiteros, así que tenía que sentarme con la luz apagada o habría tenido a todos los insectos de los alrededores persiguiéndome. No podía dormir, porque estaba acostumbrado a hacer mucho ejercicio. Nunca había adquirido el hábito de leer libros para evitar el aburrimiento, así que no tenía a qué recurrir. Bueno, ¿qué debía hacer, sentarme allí con los ojos bien cerrados?

Solo para elegir algunos al azar: Justo al otro lado, y con las ventanas cuadradas, había una pareja de jóvenes nerviosos, adolescentes, recién casados. Les hubiera matado quedarse en casa una noche. Siempre tenían tanta prisa por ir, donde quiera que fueran, nunca se acordaban de apagar las luces….

 

 

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