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La vida cultural de Iván Acosta en Nueva York

 

La cultura iberoamericana en las grandes urbes de los Estados Unidos se ha desarrollado en los últimos 50 años gracias a la contribución desinteresada de escritores, actores, dramaturgos, productores, técnicos, comentaristas de la prensa hablada y escrita y el público que con su interés, amor y energía mantienen vivas las diferentes manifestaciones del arte.

Iván Acosta ha sido uno de los impulsores y guardianes claves de esa cultura en Nueva York, no solo con sus talentos como escritor, productor y director de cine y de teatro, sino por su habilidad de galvanizar a toda una comunidad alrededor del teatro y de la música.

Lo conocí en un gran momento, cuando Iván dirigía el Centro Cultural Cubano en Nueva York. Tuve la fortuna de verlo trabajar cuando participé en los festivales de poesía y en sus producciones teatrales. La grata experiencia me contagió del amor y entusiasmo, tan tradicional en los cubanos, por las artes. Iván era el maestro ideal. Un ser humano sencillo, encantador, de nobleza extraordinaria, que podía crear y sabía escuchar.

Iván Acosta nació en Santiago de Cuba. de padres trabajadores y amantes de la música. Lleva los genes de una abuela francesa y un abuelo catalán. Comenzaba su adolescencia cuando llegó la revolución. La vida de la isla y sus habitantes cambió en un instante: de la alegría y la música a la tragedia y el dolor.

El destino de Iván y su familia también se tornó incierto. Durante la invasión a Bahía de Cochinos (1961) más de 150.000 personas fueron arrestadas por decreto de Fidel, el Che y los comandantes, para evitar que se unieran a la lucha por la libertad. Iván tenía 15 años cuando entraron al restaurante donde trabajaba como cajero y se llevaron a todos los empleados presos, incluyéndolo a él. Junto con 6.000 hombres, el adolescente fue a dar a las mazmorras de El Morro.

Poco después y ya de regreso a su casa, la vigilante del Comité de Defensa de la Revolución de la cuadra acusó a su madre, (quien acababa de recibir una herencia de su abuelo), de “malversación de fondos de la revolución” por lo que también estuvo presa varios meses.

Iván se había unido a una célula clandestina (Agrupación Juvenil Anticomunista) cuando su familia decidió irse de Cuba. Tras una huida que incluyó el secuestro de un barco del INRA (Instituto Nacional de Reforma Agraria) en el que viajaban otras personas, y varios meses de incertidumbre en Kingston, Jamaica, por fin llegaron a los Estados Unidos.

Ya en Nueva York, y durante la crisis de octubre de 1962 cuando los rusos instalaban cohetes nucleares en Cuba, Iván ingresó en el ejército donde formó parte de las Unidades Cubanas y se entrenó como paracaidista. 6 años después del servicio militar pudo comenzar a estudiar en New York University.

Teresa Serrano Berdeal conoció a Iván Acosta en 1976 recién llegada de Venezuela donde su familia cubana se había exiliado y ella había cursado sus estudios. Se casaron en Memorial Day en 1982. Sus dos hijos también tienen la vena artística. Yaritza es directora creativa y diseñadora, Amaury es percusionista, compositor y arreglista, experto en jazz, música electrónica y música cubana. Sus nietos Penélope y Phoenix son estadounidenses de segunda generación. Iván describe a la suya como “una familia bicultural y bilingüe”.

Un centro para la cultura

En 1972, las universidades y centros educativos de los Estados Unidos eran objeto de una agresiva campaña de propaganda cultural procastrista. La comunidad cubana en el exilio necesitaba tener una institución que la representara y a su vez preservara su cultura. Iván se reunió con un grupo de amigos, entre ellos el escritor Omar Torres, el pintor Luis Cruz Azaceta, el fotógrafo Rafael Llerena, Paul Echaniz, Carlos Fernández Freire y Aida de Cárdenas. Apoyados por un centenar de amigos, profesionales y artistas que respondieron al llamado, surgió el Centro Cultural Cubano de Nueva York.

Iván se desempeñaba como consejero social en Harlem, durante el día, y en las noches laboraba en organizar el Centro, en un edificio al oeste de Manhattan. Ahí se estrenó la primera obra teatral, Los Gusanos, dirigida por Eduardo Corbé. Entre 1975 y 1980, se presentaron 18 obras teatrales, 15 recitales de canciones, 14 encuentros de La Fiesta de los Poetas, 12 exhibiciones de Artes Plásticas, además de los Festivales de Artes Cubanas y otros eventos. En el CCCNY se dieron fenómenos como el surgimiento de Charanga 76, creación de Felipe Martínez, una orquesta al estilo de la Orquesta Aragón y de la que se desprende el dúo de Hansel y Raúl. Allí se formaron actores de la talla de Elizabeth Peña que hizo meritoria carrera en Hollywood y Zully Montero de fama en el continente por sus papeles protagónicos en telenovelas internacionales.

Han transcurrido más de 50 años y el CCC continúa activo, como decano de la cultura hispanoamericana en Nueva York. Junto al Repertorio español, el Teatro Rodante Puertorriqueño y otros teatros como Intar y Thalia, el Centro Cultural Cubano ha llevado las obras de decenas de autores iberoamericanos a miles de espectadores en sus salas y en las de centros educativos y universidades de los Estados Unidos.

Sueños hechos realidad

En total, Iván ha escrito 16 obras teatrales, tres de ellas llevadas al cine: El Súper, Amigos, y Rosa y el ajusticiador del Canalla. Su obra más exitosa, El Súper (1976) la escribió inspirado en las conversaciones callejeras de los encargados de los edificios de Washington Heights, casi todos cubanos y puertorriqueños.

En 2016 publica Con una canción cubana en el corazón un libro de lujo con fotografías de 282 carátulas de los discos de su colección, de la época de oro de la música cubana y 80 de sus cuentos. El libro contiene dos LD de vinilo, con 26 canciones cubanas.

Es autor además del ensayo Las cuatro estaciones del Centro Cultural Cubano de New York, sobre la historia del CCCNY que aparece en el blog de la Academia de la Historia de Cuba en el Exilio.

En 2021, y para conmemorar el 20 aniversario del 9/11 Iván estrenó Detrás de mis ojos el documental sobre el ataque terrorista a las torres gemelas filmado desde su balcón en el piso 42 del Manhattan Plaza. A la presentación, simultánea en Nueva York y Miami siguió la de su participación en festivales de cine en Estados Unidos, Suecia, Noruega, Australia y Canadá donde tuvo gran acogida.

Los conciertos

Iván Acosta produjo y dirigió Cándido «Manos de Fuego» estrenado en el Festival de Cine del Lincoln Center. En el documental, el percusionista Cándido Camero, de 99 años, narra la historia de su vida y se despide de Miami en un último concierto (2019). El documental establece el vínculo musical entre la rumba de Cuba y el jazz en Estados Unidos. El cantante Tony Bennett, afirma en el documental que “cuando Cándido llegó a New York, en 1946, la música del jazz cambió para siempre”.

Es un hecho que, en el fenómeno migratorio, hay inmigrantes que absorben la cultura del país anfitrión para perder sus raíces. Pero hay otros, que enriquecen la cultura del país que los acoge, mientras preservan la suya. Ese es Iván Acosta. La vida de este hombre es su mejor obra. Con admirable paciencia y persistencia, ha esperado al momento correcto, en el lugar apropiado y con la compañía perfecta para hacer realidad sus ideas. En la actualidad escribe su primera novela y quien sabe, su tan esperada autobiografía.

En sí, la vida de Iván Acosta es su mejor libreto teatral o guión cinematográfico. Como líder cultural, desde Nueva York ha llevado la batuta todos estos años para sentar precedentes no solo en la gran manzana sino en el resto del país que le dio asilo a él y a su familia.

 

https://hypermediamagazine.com/arte/musica/ivan-acosta-entrevista-musica-cine/

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Gloria Chávez Vásquez: escritora, periodista y educadora reside en Estados Unidos. Es autora de, entre otros, Depredadores de AlmasCrónicas del Juicio Final y El Conde del Jazmín.

 

 

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