La violencia se apodera de Haití ante la mirada impasible de la comunidad internacional
Se estima que unas 300 bandas actúan dentro de Haití y que un 80% del territorio de la capital haitiana está en manos de grupos delictivos fuertemente armados.
Ecuadorcerró el año 2023 con la siguiente cifra trágica: una tasa de 45 homicidios por cada 100.000 habitantes, y esto fue una noticia internacional de impacto. Haití concluyó 2023 con un índice de casi 41 homicidios por cada 100.000 habitantes y esto pasa totalmente desapercibido. Si bien las comparaciones son odiosas a veces resultan el recurso útil para llamar la atención.
Haití, como Ecuador, es un país asolado por la violencia criminal que literalmente ha tomado las calles y controla territorios dentro de la nación caribeña. Se estima que unas 300 bandas actúan dentro de Haití y que un 80% del territorio de Puerto Príncipe, la capital haitiana, está en manos de grupos delictivos fuertemente armados.
A diferencia de Haití, donde a la violencia se suma el naufragio de la clase política, en Ecuador un presidente recién electo y con amplia legitimidad emanada de las urnas tiene un mandato popular para tratar de frenar la crisis de inseguridad. Los haitianos están, como lo señala el refrán popular, a la buena de Dios.
«Es vital redoblar los esfuerzos para que Haití sea un lugar seguro y estable, tenga bases sólidas para el desarrollo sostenible y sea un país donde se protejan los derechos humanos de todos», sostuvo este 23 de enero el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, al difundir un informe de Naciones Unidas que deja al desnudo un crecimiento desaforado de la violencia en el país caribeño de 11 millones de habitantes.
En 2023 se registraron casi 5.000 víctimas de homicidios, lo cual representó un aumento del 119,4% en comparación con 2022. Los secuestros, por otro lado, se elevaron un 83% entre 2022 y 2023, según la ONU.
Haití registró el año pasado una proporción de 40,9 homicidios por cada 100.000 habitantes, frente a 18,1 homicidios por cada 100.000 habitantes en 2022.
«Estoy consternado por el asombroso y cada vez mayor nivel de violencia de las pandillas«, sostuvo Guterres, quien ha terminado por ser la única voz de peso en la escena internacional que se ha manifestado en relación a la deriva de violencia que asola a Haití.
Para comprender lo ocurrido en Haití es conveniente mirar lo que sucedió en similar lapso con Ecuador y que ha sido un tema de gran impacto mediático y político internacional.
Ecuador cerró el año 2023 con el trágico balance de 7.200 muertes violentas, lo que supone una tasa de 45 homicidios por cada 100.000 habitantes y coloca al país como el más violento de América Latina, según datos del Observatorio Ecuatoriano del Crimen Organizado.
Volviendo a Haití, en una suerte de cruzada que ha mantenido Guterres, este señaló que «los asesinatos por bandas, los secuestros y la violencia sexual, especialmente contra mujeres y niñas, entre otros abusos, continúan con impunidad generalizada».
En medio de la violencia generalizada, y una crisis económica endémica, la emigración ha terminado siendo una ruta de escape para los haitianos. Según las cifras de las autoridades migratorias de Panamá, un total de 46.558 haitianos atravesaron la peligrosa selva del Darién en 2023, siendo la tercera nacional más numerosa detrás de venezolanos y ecuatorianos, tal como reportó DIARIO DE CUBA.
La situación en Puerto Príncipe, reconoce la propia ONU, donde las pandillas criminales se disputan el control de barrios, ha obligado «a cientos de miles de personas a abandonar su hogar».
Haití es el país más pobre de América Latina y el Caribe, según coinciden diversos organismos internacionales. Además, ha sido afectado por diversos desastres naturales que han tenido un alto impacto social.
El Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) estima que más del 60% de la población es pobre y un 45% sufre inseguridad alimentaria aguda, por lo que se necesita la cooperación internacional humanitaria. La pobreza haitiana se concentra en las zonas rurales y desde allí tiene lugar un continuo éxodo, queafecta de manera directa a República Dominicana. Ambos países comparten la isla La Española.
Tal como ha señalado el think tank Crisis Group en un reporte a fines de 2023, la situación de seguridad en el país caribeño, que es de larga data, parece haberse salido de control tras el asesinato del presidente Jovenel Moïse en 2021.
Se calcula que unos 200.000 haitianos son desplazados internos, debido a la violencia generalizada. Además de la crisis humanitaria y de seguridad generada por las pandillas, el país también se encuentra en una especie de limbo político.
En Haití no se celebran elecciones desde 2016, y el primer ministro interino Ariel Henry, quien fue escogido a dedo por Moïse poco antes de ser asesinado, es considerado ilegítimo por gran parte de la oposición política. Tanto en 2022 como 2023, Henry se había comprometido a dejar el cargo y convocar elecciones presidenciales y legislativas (no existe Parlamento en la actualidad), pero tal cosa no ocurrió.