Las barras y estrellas desplazan a Che Guevara
La bandera norteamericana gana terreno en la Isla según recoge ‘The New York Times’ en un reportaje hecho en La Habana
Un hombre se come con los ojos a una joven que lleva estampada una bandera estadounidense en sus apretadísimos pantalones y confiesa a un reportero de The New York Times: «Estoy viendo cosas en Cuba que pensé que nunca llegaría a ver.»
El diario constata en un reportaje hecho en La Habana cómo las nuevas relaciones entre Estados Unidos y Cuba han venido acompañadas de un despliegue de banderas por toda la Isla, algo imposible de imaginar hasta hace unos años.
«La enseña de las barras y las estrellas se puede ver en edificios de apartamentos y bicitaxis, se despliega en camisetas y pañuelos, en pantalones apretados de licra, e Incluso en ambientadores para autos», señala el periódico, que recuerda cómo hace unos años, con motivo de los Juegos Olímpicos de Londres, en 2012, la Isla ya se llenó de banderas de otro país ajeno: «La Union Jack apareció de manera similar en camisetas, pañuelos y pantalones, en lo que algunos medios llamaron ‘la segunda toma de La Habana por los ingleses‘, en referencia a la ocupación británica de 1762-1763. Pero la reciente proliferación de «la bandera del enemigo» ha consternado a algunos en las esferas oficiales».
Atrás quedan los tiempos en que los únicos iconos permitidos en la Isla eran la bandera cubana y los rostros de los líderes de la Revolución. Una enseña puede llegar a costar hasta 15 dólares, un precio que solo se puede pagar si se tiene acceso a moneda convertible o remesas, pero la moda parece imparable.
El New York Times señala que para acceder a una bandera (o prenda que la luzca) de Estados Unidos sea como moda, guiño a las nuevas relaciones entre ambos vecinos o símbolo de libertad, hay que adentrarse también en el mundo del contrabando. Los consumidores dicen que muchas de las prendas son importadas a escondidas desde la Florida o Panamá y que en la Isla no se permite a los cuentapropistas revender ese tipo de ropa.
«Así son ahora nuestros dos países», dijo al diario la dependienta de una tienda en la antigua villa de Trinidad, que ha registrado un aumento significativo de visitantes de Estados Unidos tras el reciente relajamiento en las restricciones de viaje. «Ahora somos amistosos», dice enfundada en el popular símbolo de barras y estrellas.
El reportaje cita el artículo publicado el pasado año por José Martí Luis Toledo Sande en el periódico oficial Cubadebate en el que afirmaba que «aunque en profunda crisis sistémica, el capitalismo conserva fuerza para sobornar y confundir. No es casual que por todas partes pululen las banderas de países poderosos, señaladamente la británica y la estadounidense», y llamaba a aumentar la producción de banderas cubanas para contrarrestarlo.
La única bandera que aún no ondea, recuerda el New York Times, es la que volverá a la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana cuando, quizá en muy poco tiempo, después de los últimos movimientos diplomáticos, se abra la esperada embajada.