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Las francesas que pueden evitar que Macron repita en Francia

Los sondeos respaldan a las candidatas a las presidenciales francesas Pécresse, Le Pen, Hidalgo y Taubira. A excepción del presidente, los rostros masculinos de la política se han quedado rezagados, fuera de la maratón

Por vez primera en la historia política de Francia, los hombres son minoritarios en la carrera maratón de la elección del jefe del Estado, dominada por mujeres, con un solo adversario, Emmanuel Macron, que tendrá que hacer muchos gestos feministas para poder ser reelegido, si lo consigue.

Entre los nueve principales candidatos presentes en la primera vuelta de las elecciones presidenciales del próximo mes de abril, cinco son hombres; y cuatro mujeres. Con la excepción de Macron, los otro cuatro señores que aspiran a la presidencia ocupan puestos muy secundarios en las intenciones de voto, cuando las mujeres copan todos los primeros puestos, como únicas rivales de peso contra el presidente saliente.

A la derecha, Valérie Pécresse (54 años) es la candidata oficial de Los Republicanos (LR, el partido de la derecha histórica). Por vez primera en su historia, la familia política heredera de Charles de Gaulle, Jacques Chirac y Nicolas Sarkozy, eligió a una mujer para intentar renovarse y ser su candidata a la jefatura del Estado. ‘Revolución cultural’ de fondo: una familia política dominada históricamente por hombres con mucha y enérgica personalidad, decide apostar por una mujer.

 

 

Marine le Pen, candidata de la Agrupación Nacional (antiguo Frente Nacional, FN)
Marine le Pen, candidata de la Agrupación Nacional (antiguo Frente Nacional, FN) – AFP

 

A la extrema derecha, Marine Le Pen (53 años) hace años que sustituyó a su padre, Jean-Marie, al frente de su partido Agrupación Nacional (antiguo Frente Nacional, FN). El noviembre pasado llegó a pensarse que Éric Zemmour, candidato de ultraderecha, podría desbancar y sustituir a Marine como figura dominante del extremismo conservador. Los sondeos sugieren que las mujeres conservadoras y obreras se reconocen en Marine y piensan que el extremismo de Zemmour es peligroso para las mujeres.

Como alternativa a un gestor masculino y tecnócrata, las mujeres representan un modelo femenino conservador

 

Anne Hidalgo, candidata a la presidencia de la República del PS
                Anne Hidalgo, candidata a la presidencia de la República del PSAFP

 

 

A la izquierda socialista, el PS eligió en su día a Anne Hidalgo (62 años), nacida en la provincia de Cádiz, como candidata a la presidencia de la República y la renovación empantanada del socialismo francés. Hidalgo está defraudando profundamente. Pero… para sustituirla o dar otro impulso al socialismo francés no ha aparecido ningún hombre. Ha aparecido otra mujer, Christiane Taubira (70 años). Cuestión altamente simbólica: los hombres han desaparecido en el horizonte inmediato, electoral, del PS, sustituidos por dos mujeres, en busca de nuevos electorados…

 

 

Christiane Taubira, una mujer de armas tomar, se presenta como una alternativa de renovación del socialismo francés
Christiane Taubira, una mujer de armas tomar, se presenta como una alternativa de renovación del socialismo francés – AFP

 

 

Con la excepción de Emmanuel Macron, los tres hombres presentes en la recta final de la campaña presidencial están mal o muy mal situados en los sondeos. Jean-Luc Mélenchon (70 años), extrema izquierda, solo tiene un 8 por ciento de intenciones de voto, 7 u 8 puntos menos que Valérie Pécresse y Marine Le Pen. Yannick Jadot (54 años), ecologista, solo tiene un modesto 7 por ciento de intenciones de voto: menos de la mitad que las candidatas de la derecha o la extrema derecha. Fabien Roussel, comunista, encarna sin gloria el hundimiento del comunismo francés, con un 2,5 por ciento de intenciones de voto. A la cabeza, con Macron en la maratón de la elección presidencial, las mujeres también encarnan una suerte de ‘revolución cultural’ de cierto calado.

Ninguna es feminista

Pécresse, derecha, Le Pen, extrema derecha, Hidalgo y Taubira, socialistas, son mujeres políticas con mucha experiencia. Ninguna es feminista. Pero todas aportan un tono de voz femenino, muy alejado de la retórica ‘machista’ de sus predecesores al frente de sus respectivas familias políticas.

Presidenta de la región Isla de Francia, la más rica de la nación, con mucho, Valérie Pécresse, está muy alejada del canon de la mujer feminista. Toda su carrera política, como ministra de Jacques Chirac y Nicolas Sarkozy, reposa, sin embargo, en el modelo ‘tranquilizante’ del ama de casa firme y buena gestora, capaz de controlar un presupuesto, capaz de hacer economías y hacer reformas ‘razonables’. Con un 15 o un 16 por ciento de intenciones de voto, en la primera vuelta del próximo 10 de abril, Pécresse puede ser una rival temible para Emmanuel Macron, el favorito en todos los sondeos.

Presidenta de Agrupación Nacional (AN, extrema derecha), Marine Le Pen ha fundado toda su carrera política personal en la ruptura y recentraje de su familia política, enfrentándose de muy mala manera a su propio padre, el patriarca, Jean-Marie Le Pen. Marine comenzó rodeándose de jóvenes homosexuales de extrema derecha, provocando una ‘revolución tranquila’. Su padre la acusó de construir un partido ‘gay friendly’. Pero… con un 15 o 16 por ciento de intenciones de voto (como Pécresse), en la primera vuelta, Marine ha conseguido lo que nunca consiguió su padre: que la extrema derecha sea el partido más votado entre las mujeres obreras y las familias menos favorecidas de Francia.

Con un alarmante 2 o 3 por ciento de intenciones de voto, en la primera vuelta, Anne Hidalgo está muy lejos del objetivo esperado por su partido, el PS, que había puesto en ella todas sus esperanzas de renovación. Queda la evidencia. A día de hoy, tampoco hay un hombre, socialista, capaz de sustituirlas.

El desgaste de Macron

Como rival, al frente de otra alternativa de renovación del socialismo francés, solo hay otra mujer, Christiane Taubira, antigua ministra de Justicia, que llegó a entenderse políticamente con Alberto Ruiz-Gallardón, en sus años ministeriales.

Taubira es una mujer de armas tomar, de un trapío excepcional. Con un 3 o un 4 por ciento de intenciones de voto, tampoco parece capaz de consumar la renovación esperada. Ningún hombre le hace sombra. Las mujeres políticas que están ocupando el terreno electoral de manera espectacular solo tienen un rival, hombre, temible, Emmanuel Macron (44 años), muy consciente de esa nueva realidad, política, social y cultural, al mismo tiempo.

Un 63 por ciento de los franceses piensan que Macron ha sido un mal presidente ante el problema trágico de la violencia contra las mujeres, el feminicidio. El 2020, 102 mujeres fueron víctimas de la violencia de sus amigos, compañeros y esposos. El 2021, esa cifra creció hasta las 113 mujeres asesinadas o víctimas de feminicidios. Gérald Darmanin, ministro del Interior, ha reconocido que la violencia contra las mujeres es una «plaga inquietante», en Francia.

La República En Marcha (LREM), el partido de Emmanuel Macron, ha creado un equipo de trabajo para intentar aportar ideas al presidente y previsible candidato. «A Macron se le reprocha, injustamente, que no defiende una mejor integración de las mujeres en la vida social. Esta campaña probará lo contrario», comenta a ABC un portavoz de LREM. Roland Lescure, diputado ‘macronista’, es mucho más explícito: «Hemos dado pasos de gigante desde el 2017.

Quizá debemos ir más lejos. Macron solo tiene dos rivales de peso, dos mujeres, Valérie Pécresse y Marine Le Pen. El presidente y candidato deberá probar que él es el más feminista de los tres». Sin embargo, no está claro que la mujer francesa sea muy feminista. Y es una evidencia que Pécresse, Le Pen, Hidalgo y Taubira no son nada feministas. Más bien lo contrario, quizá.

La nueva Francia

A la izquierda, Hidalgo y Taubira han hecho muy pocas proposiciones estrictamente feministas. A la derecha, Pécresse y Le Pen están alejadísimas del feminismo, haciendo valer, por el contrario, su activo de mujeres amas de casa, capaces de actuar con energía y humanidad, al mismo tiempo. En Francia (67 millones habitantes), las mujeres representan el 51,6 por ciento de la población. El 64 por ciento de los funcionarios franceses son mujeres, cuyo salario es un 13 por ciento inferior al de los hombres. En términos globales, las mujeres francesas tienen más diplomas que los hombres, pero cobran peores salarios

La elección presidencial del próximo mes de abril no resolverá ese problema de inmenso calado histórico, social, cultural, político. Pero comienzan por imponerse varias evidencias: los hombres son minoritarios en la recta final de la campaña presidencial que culminará el mes de abril. Y Macron solo tiene dos rivales reales, dos mujeres, Pécresse y Le Pen.

Macron sigue cotizándose como previsible ganador. Pero… las mujeres y el voto femenino se han convertido en un revelador de fondo de la nueva Francia. Como alternativas a un gestor masculino y tecnocrático, las mujeres políticas ofrecen la alternativa de un modelo femenino conservador, el ama de casa que aspira a dirigir Francia con la sensatez de una madre de familia. Del patriarcado al matriarcado político solo hay un paso.

Más allá del resultado final de la elección presidencial de abril, también se trata de una metamorfosis histórica: durante todo el siglo XX, los hombres dominaron el ejercicio del poder supremo y la gestión de los negocios de Estado. A primeros del siglo XXI, una primera generación de mujeres políticas se presenta como posible alternativa. Veremos.

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