Las imágenes de centros de votación vacíos en Cuba desmienten la participación oficial del 76%
Colaboradores de '14ymedio' y observadores de ONG constataron la poca asistencia en los colegios para la elección del nuevo Parlamento
La afluencia fue escasa tanto en los colegios electorales de la capital como en otras provincias. (14ymedio)
La falta de entusiasmo marcó las elecciones parlamentarias desde este domingo 26 de marzo, que incluso con los datos oficiales disponibles hasta el momento ya apuntan a ser las de menor participación desde 1959. El equipo de 14ymedio pudo comprobar en distintos colegios electorales de La Habana que no fueron muchos quienes se acercaron a depositar su voto, pero tampoco en las provincias, donde resulta más complejo señalarse a través de la abstención, se notó mayor ánimo.
La baja concurrencia la confirman colaboradores de este diario en distintas provincias y la sugiere también la cobertura de la prensa oficial, que no ha podido mostrar colas de electores en las imágenes de sus medios , mientras el diario del Partido Comunista de Cuba, Granma, lleva inaccesible desde el cierre de urnas.
Según los datos oficiales, anunciados este lunes por Alina Balseiro, la presidenta del Consejo Electoral Nacional (CEN), el 75.92% del padrón electoral acudió a los colegios electorales. Del total de boletas depositadas en urnas, el 90,28% fueron válidas. En blanco fueron un 6,22% del total, y anuladas, un 3,50%, según estos datos.
Desde la hora del cierre inicial, las 17 horas, los colegios permanecieron abiertos dos más, hasta las 19, ya que el CEN amplió el plazo una hora sin más explicaciones
Desde la hora del cierre inicial, las 17 horas, los colegios permanecieron abiertos dos más, hasta las 19, ya que el CEN amplió el plazo una hora sin más explicaciones. Manuel Cuesta Morúa fue uno de los opositores que denunció esa extensión «sin causas de fuerza mayor», como sí ocurrió en el referendo por el Código de las Familias, celebrado pocos días después del paso del huracán Ian.
El opositor también puso en cuestión el crecimiento de la participación entre las 9:00 y las 11:00, cuando el salto fue del 18,15% al 41,66%. Los datos oficiales de las elecciones de 2018 reflejan la misma tendencia, pero no fue el caso en las municipales de 2022, cuando votaron menos personas en la franja horaria de 9:00 a 11:00 que en la de 7:00 a 9:00. En 2018 la campaña a favor de la abstención no fue tan intensa como en esta última elección y, sin embargo, el régimen presenta ahora datos de asistencia más altos.
La falta de misiones internacionales de observación fue una de las mayores críticas de la oposición y distintas ONG, como Transparencia Electoral. «Los resultados emitidos por el Consejo Electoral Nacional son incontrastables» y van en sentido contrario «de la tendencia abstencionista que el mismo CEN reflejaba» en comicios pasados, lamentó la organización en declaraciones a la agencia española EFE. Transparencia Electoral pidió «una auditoría independiente para que los resultados anunciados sean confiables».
Otras organizaciones son aún más duras. «Las elecciones del 26 de marzo correspondientes a la X Legislatura de la Asamblea Nacional han sido las más irregulares de su historia desde que estas se iniciaron en 1976», aseveran Cuba Próxima, Observadores de Derechos Electorales, Ciudadanos Observadores de Procesos Electorales y la Comisión Cubana de Defensa Electoral en un comunicado conjunto hecho público este lunes.
«En muchos colegios electorales se le negó la entrada a cualquier ciudadano, y muchos de ellos, también activistas, fueron detenidos»
Para argumentarlo, dan cuatro razones. La primera, que cometieron irregularidades según marca la propia ley, como no publicar los padrones electorales con el tiempo de antelación requerido. La segunda, que llevaron las boletas a las casas de los electores, «una forma de coacción del voto a través de un procedimiento concebido para las personas con discapacidad o que por circunstancias específicas no pueden acudir a los centros de votación».
La tercera, que se convocaron concursos y ventas para los ciudadanos a cambio de acudir a las urnas, violando ese acto de «compromiso social». Y la última, que desataron represión contra activistas y observadores que querían monitorear la jornada de manera independiente: «En muchos colegios electorales se le negó la entrada a cualquier ciudadano, y muchos de ellos, también activistas, fueron detenidos, sus casas sitiadas, amenazados con fuertes represalias y hasta golpeados por el ejercicio de sus derechos constitucionales».
Pese a todo, incluso los datos oficiales no apuntan en una buena dirección para el oficialismo, que se ha volcado más que nunca en intentar activar el voto. La participación en las elecciones parlamentarias en la Isla ha sido históricamente alta. Entre 1976 y 2013 quedó siempre por encima del 90% y sólo en 2018 cayó por primera vez por debajo de esa barrera, hasta el 85,65%, aun cuando la campaña por la abstención no era como en esta ocasión, tan activa y movilizada.
En comparación, la abstención en las citas con las urnas del año pasado en Cuba fue mayor de la que ya a las 17:00 horas ofrecía el CEN. En las elecciones municipales de noviembre pasado alcanzó el 31% y en el referendo sobre el Código de las Familias celebrado en septiembre se situó en el 26%.
Las autoridades han subrayado ante estos datos que la participación en la Isla es mucho mayor que la de infinidad de elecciones en democracias occidentales, empezando por el propio EE UU. Sin embargo, la Plaza de la Revolución conoce las peculiaridades de su propio sistema y sabe que solo puede compararse consigo misma, por lo que la caída de los electores que acuden a las urnas es una mala noticia que difícilmente podrá opacar.
El pasado jueves, en el programa propagandístico Con Filo, de Televisión Cubana, el propio presentador lo explicaba así: «El sufragio en Cuba cuenta con una doble significación: no solo se elige a los futuros diputados a la Asamblea Nacional sino que, como en cada elección, nuestro sistema político se somete a un tácito referendo. Así lo vemos nosotros y así lo ven nuestros enemigos». La abstención y los votos nulos o blancos serán fundamentales para analizar la pérdida de apoyo a la Revolución de parte de los cubanos.
La ONG Cubalex, además, señaló este domingo distintos actos de represión contra periodistas independientes y opositores que trataban de ejercer tareas de observación en los comicios. Hasta las 21:00 horas había identificado 27 casos, con una treintena de afectados.
En los comicios de este domingo se presentaron 470 candidatos para el mismo número de escaños, casi todos ellos militantes del PCC, sus juventudes o sus organizaciones afines. Las autoridades instaron a votar en bloque por todos los candidatos propuestos por cada distrito en mensajes reproducidos en bucle en los medios estatales y difundida con la etiqueta #YoVotoXTodos.
En la boleta, los votantes tuvieron la posibilidad de poner la «x» en la casilla de todos los candidatos (siguiendo el llamado oficial), sólo junto a algunos nombres o, incluso, dejarla en blanco.
Este llamamiento al «voto unido» llevó a los más fervientes seguidores del Ejecutivo a votar por candidatos desconocidos de su circunscripción.
«No conocemos a todos los candidatos, pero votamos por la revolución», contó a EFE Rafaela, una cubana de 67 años a las afueras de un colegio electoral de La Habana.
«No conocemos a todos los candidatos, pero votamos por la revolución», contó a EFE Rafaela, una cubana de 67 años a las afueras de un colegio electoral de La Habana
Esa franja de edad era una de las pocas aún relativamente movilizadas, según la información recogida por 14ymedio en los días previos. Los jóvenes son, nuevamente, los que manifestaron más desinterés, bien por la percepción de que la Revolución ya no va con ellos, bien porque su único pensamiento es el de salir de una Isla en peores condiciones que nunca.
La caída progresiva de la participación desde 2018 ha sido leída por el Gobierno como una respuesta a la crisis económica. El propio presidente, Miguel Díaz-Canel, llegó a hablar de un «voto de castigo» durante el referendo del Código de las Familias.
Tras votar, el presidente desestimó la posibilidad de que el abstencionismo siguiera ganando terreno en las parlamentarias: «No creo que sean los más porque no ha sido (éste) el único momento con dificultades, con complejidades económicas».
En los mismos términos se expresó el canciller, Bruno Rodríguez, en declaraciones a la prensa en un colegio de La Habana: «Las elecciones cubanas seguirán siendo distintas en el sentido de mayor participación y democracia que la mayoría que uno ve en el planeta».