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Las pérdidas colosales en tanques rusos se deben a un fallo de diseño fatal que Occidente conocía

Los vehículos tiene un problema técnico llamado «efecto sorpresa» que les hace muy vulnerables

Las imágenes que muestran los tanques rusos abandonados, destruidos y dañados en las calles de ciudades y caminos de Ucrania han proliferado desde el comienzo de la invasión rusa el 24 de febrero.

Más de dos meses después, informes de inteligencia occidental y observadores independientes estiman que Rusia ha perdido cientos de tanques en Ucrania, números que, incluso redondeados, sugieren que tendría dificultades para reponer rápidamente su inventario original.

Si bien parte de la responsabilidad ciertamente recae en las muchas armas antitanque proporcionadas por los países que apoyan a los ucranianos, ahora ha surgido que la razón detrás la pérdida de tantos tanques rusos podría ser un problema técnico en los vehículos.

CNN informó el jueves pasado que los militares occidentales han sabido durante años sobre un fallo de diseño llamado «efecto sorpresa» en los tanques rusos, que hace que los vehículos sean altamente susceptibles de incendiarse y explotar.

Los tanques rusos almacenan sus municiones en la torreta, donde se encuentra la mayoría de la tripulación, generalmente dos hombres. Si el tanque es alcanzado por un bombardeo durante la acción, almacenar la munición en la torreta hace que sea muy probable que explote, lanzando la torreta y los que están dentro por los aires.

«Lo que estamos presenciando con los tanques rusos es un fallo de diseño», cuenta Sam Bendett, asesor del Programa de Estudios de Rusia en CNA y miembro adjunto del Centro para una Nueva Seguridad Estadounidense. «Cualquier golpe exitoso enciende rápidamente la munición causando una explosión masiva, y la torreta literalmente vuela».

Nicholas Drummond, un analista de la industria de defensa que se especializa en la guerra terrestre y exoficial del ejército británico, le dijo a CNN que si un miembro de la tripulación no sale en el primer segundo en que se alcanza el tanque, está «tostado».

Drummond indicó que las municiones explosivas están causando problemas a casi todos los vehículos blindados que Rusia usa en Ucrania. Dio el ejemplo del vehículo de combate de infantería BMD-4, típicamente tripulado por hasta tres hombres y capaz de transportar otros cinco soldados. Dijo que el BMD-4 era un «ataúd móvil» que «simplemente quedaba destruido».

Lo que es particularmente sorprendente es que Moscú aparentemente era muy consciente del fallo de diseño en sus tanques que, según CNN, especialmente en los T-72 llamó la atención de los militares occidentales durante las Guerras del Golfo de 1991 y 2003, cuando el mismo «efecto sorpresa» se observó entre las tropas iraquíes que usaban tanques construidos en Rusia.

Drummond explica que los países occidentales aprendieron de esa horrible experiencia a compartimentar las municiones en sus tanques. Rusia, está claro ahora, no lo hizo.

Cuando la serie T-90, la sucesora del T-72, entró en servicio en 1992, se mejoró su blindaje, pero su sistema de carga de municiones siguió siendo similar al de su predecesor, dejándolo igual de vulnerable. El T-80, otro tanque ruso que entró en acción en la invasión de Ucrania, tiene un sistema de carga de municiones parecido.

En su último informe sobre pérdidas rusas, las fuerzas armadas de Ucrania afirmaron que Rusia ha perdido 970 tanques. Se supone que los números ucranianos son mucho más altos que los números reales.

Oryx, una web que ha estado documentando las pérdidas de equipos en Ucrania, estima que Rusia ha perdido 570 tanques, destruidos, dañados o abandonados, sobre la base de fotos y vídeos que surgen del país.

El secretario de Defensa británico, Ben Wallace, sugirió un número similar el lunes, diciendo que Reino Unido estimó que Rusia había perdido unos 580 tanques desde el comienzo de la guerra en Ucrania.

Cientos de tanques representan una pérdida significativa para el ejército ruso, que había comenzado la guerra en Ucrania con aproximadamente 2700 tanques, según el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS) con sede en Londres y el grupo de expertos políticos RAND con sede en Santa Mónica.

Mark Cancian, asesor principal del centro de estudios estratégicos e internacionales de Washington, dijo a ‘The Times’ el miércoles pasado que es posible que Rusia ya haya perdido el equivalente a dos años de producción de tanques.

 

 

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