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Las rutas a la segunda vuelta

Superadas las elecciones al Congreso y las consultas de la derecha y la izquierda, comienza oficialmente la carrera para llegar a la segunda vuelta presidencial. Tras los resultados del domingo, y ya sin mujeres con opciones de llegar a la Casa de Nariño, las campañas vuelven a perfilar su ruta hacia la Presidencia. Estos parecen ser los caminos de los candidatos más opcionados después de hablar con miembros de las respectivas campañas y observadores externos, caminos que se decantarán en las próximas semanas cuando todos anuncien sus fórmulas vicepresidenciales y se hagan más evidentes las alianzas:

Escenario con el que arranca: Gustavo Petro consiguió el domingo en la consulta 2.849.331 votos y su rival Carlos Caicedo 514.978 votos. Su lista conjunta de la ‘Decencia’ obtuvo 523.286 votos y cuatro curules en el nuevo Congreso.  La votación de Petro es ligeramente superior a la votación que obtuvieron todos los partidos de centro-izquierda en el Congreso (Polo, Verde, Farc, Decentes) sumados: 2’629.620 votos en el Senado. La Silla Vacía supo de gente en la Costa que vendió su voto a caciques de partidos tradicionales, pero en la consulta votó por Petro, lo que puede explicar la diferencia.

A esos votos, se le puede sumar una porción significativa de los votos de Carlos Caicedo, que invitó a sus seguidores a votar por Petro. Pero no todos los 3’363.000 que votaron por Petro en la consulta del domingo necesariamente lo vuelvan a hacer en mayo. Sobre todo, porque de esos 2’6 millones de la izquierda parlamentaria, la mitad son de la Alianza Verde, que tiene candidato propio.

Por ejemplo, se puede asumir que los que votaron por el senador Jorge Enrique Robledo, del Polo, (226.099), por el santandereano Leonidas Gómez, símbolo de la anticorrupción en Bucaramanga (84.821), por Antanas Mockus (540.782), por Angélica Lozano (105.700) y por Iván Marulanda (26.169) se irán dónde Fajardo. Es decir, casi un millón.

Aún con estas sumas y restas, Gustavo Petro tiene un case importante para aspirar a llegar a la segunda vuelta pero no tiene cómo ganar en la primera ni en la segunda si no crece por fuera de la izquierda.

Su ruta: La estrategia de Petro en los próximos meses es mantener de su lado a las bases verdes y del Polo.  “Tenemos el pleno convencimiento de que esas bases no van a votar por Fajardo”, le dijo a La Silla Vacía el concejal petrista Hollman Morris.

Por otro lado, seguirán haciendo un llamado a una convergencia con los candidatos de centro Sergio Fajardo y Humberto de la Calle para que se unan a Petro (cosa que no va a ocurrir) y así poder sumar votos del centro.

Su discurso: Petro mantendrá el discurso que le ha dado réditos de darle voz a la indignación que existe entre muchos colombianos contra la clase dirigente. Y tratarán de contrarrestar el mensaje de que Petro quiere hacer de Colombia una nueva Venezuela. “La estrategia del ‘castrochavismo’ no tiene un solo argumento”, dice Morris. “Y la gente cada vez más se da cuenta que es una estrategia para crear miedo y por el contrario nos fortalece”.

Intentarán crecer en Antioquia, donde como contó La Silla Paisa les fue mejor de lo esperado, y en el Eje Cafetero, dos lugares donde Sergio Fajardo tiene fuerza.

Su mayor riesgo: No poder crecer por fuera de la izquierda y ser estigmatizado como el candidato de la Farc, ahora que Timochenko se salió de la carrera presidencial. Ya se vio que tienen pocos votos, pero le reforzaría el estigma del ‘castrochavismo’.

El escenario con el que arranca: Los dos partidos que apoyan a Fajardo, sumados, obtuvieron 2 millones de votos, y 15 curules. De esos votos, hay una porción que seguramente migrará hacia Petro. Por ejemplo los 184 mil personas que votaron por los senadores del Polo Iván Cepeda, Alberto Castilla y Alexander López difícilmente lo harán por Fajardo en mayo. Lo mismo los 22 mil del hijo de Piedad Córdoba. Aún restando los votos de la pura izquierda, que no estén con Robledo, Fajardo cuenta también con un case suficiente para mantenerse en la pelea, pero no para llegar a la segunda vuelta si no tiende puentes con otras fuerzas.

La Ruta: La estrategia de la Coalición Colombia será intentar adueñarse del centro del espectro político, seduciendo a los 8 millones de colombianos que no votaron ni por la izquierda ni por la derecha.

“Vamos a demostrar que la Tercera Vía es no solo posible sino deseable”, dijo a La Silla la senadora Claudia López, fórmula vicepresidencial de Sergio Fajardo. “Convencer a la gente que no está condenada votar por Duque-Uribe ni por Petro. Que el odio, la revancha y el autoritarismo es el camino a la destrucción”.

Para conquistar este centro, ya comenzaron los acercamientos con Humberto de la Calle para intentar construir con él y con los ciudadanos un camino intermedio entre Petro y Duque. Para lograrlo, tratarán de atraer a los que vencieron la abstención y fueron a votar el domingo porque creen que el que antes se abstenía y ahora votó es un voto de opinión.

Su discurso: Fajardo, López, Robledo y Mockus mantendrán el discurso de que lo que necesita el país no es más polarización sino reconciliación y creen que De la Calle también representa eso.  Además reforzarán el mensaje de que para lograr la meta de un país más igualitario toca reactivar la economía y que eso es imposible con alguien que espante la inversión o que espante con la corrupción.

Su mayor riesgo: Que la campaña se polarice hasta tal punto que a nadie le importe lo que digan.

 

El escenario con el que arranca: Su Partido Liberal sacó 1.901.933 votos y 14 curules en el Senado y 500 mil votos más en la Cámara y 35 curules. Aunque es una votación que le daría para estar vivo en la contienda, el Partido Liberal no salió victorioso de la contienda pues perdió 3 curules en el Senado. Y en todo caso, muchos de los grandes electores del Partido no están ciento por ciento con De la Calle, que no ha logrado remontar en las encuestas. Dada la votación que sacó Petro y el buen desempeño de la Alianza Verde el domingo, el jefe negociador del Acuerdo de Paz está en una situación complicada para crecer lo suficiente para llegar a la segunda vuelta. Máxime cuando ya se jugó la carta de la Vicepresidencia y cuando no tiene el respaldo de varios caciques rojos.

La Ruta:  Según supo La Silla, Claudia López lo visitó después de los comicios y ya están hablando sobre una posible convergencia con Fajardo, que sería la ruta para llegar a la segunda vuelta.  La consulta liberal lo facultó para ser el candidato rojo o para participar en una consulta interpartidista, lo que daría un espacio de interpretación para poder hacer una eventual coalición con Sergio Fajardo sin tener que devolverle al Estado la plata de los gastos en los que incurrió en la consulta de noviembre. Sin embargo, el martes temprano De la Calle parece haber descartado la convergencia, quizás porque el artículo 7 del la ley 1475 de 2011 dice que es obligatorio ir a elecciones cuando se ha pasado por consulta. De lo contrario, tendría que reembolsar los gastos de la misma (40 mil millones). En todo caso, como tantas cosas en Colombia, seguramente el Consejo de Estado puede tener otra interpretación jurídica.

Más allá de todo esto, gente que participó en las movilizaciones de la paz están intentando gestar una especie de movimiento ciudadano #nipetroniuribe, que promueva una opción de centro diferente a Petro y Uribe, y que de alguna manera cree el contexto para que Fajardo y De la Calle encuentren una fórmula para escoger entre los dos el candidato para llegar a la segunda vuelta. Esto crearía un hecho político en el centro que podría catapultar la alianza a la segunda vuelta.

Su discurso: Como artífice del Acuerdo que puso fin al conflicto armado con las Farc, De la Calle tiene toda la credibilidad para defender el discurso de la reconciliación, la implementación del Acuerdo y la doctrina liberal a favor de la igualdad y la aplicación de la Constitución del 91, de la cual también fue protagonista.

Su mayor riesgo: Que no pueda hacer la convergencia con Fajardo y termine repitiendo el escenario de Rafael Pardo en el 2010 cuando el Partido Liberal lo dejó solo y se fue con Santos y entre Mockus y Santos lo molieron.

El escenario con el que arranca: La lista de Cambio Radical al Senado sacó 2.155.487 votos y 16 curules, el segundo partido más votado. Esos votos son el ‘case’ de Vargas Lleras para arrancar la contienda. Pero no son los únicos votos de maquinaria con los que cuenta. Otros políticos muy votados el domingo también lo apoyan: solo los dos senadores de la U de la cuerda de la gobernadora Dilian Francisca Toro, que está con él, sacaron 190 mil votos, Maritza Martínez del Meta, también de la U, otros 64 mil votos y así tiene fácilmente otra decena entre los partidos tradicionales.

Si logra mantener amarrados esos votos de maquinaria, Vargas tiene con qué competir para pasar a la segunda vuelta.  Su problema es que si no comienza a subir en las encuestas, muchos de esos políticos podrían ‘trastear’ sus votos hacia donde Duque, con quien varios comparten curul en el Congreso y parece ya tener un puesto asegurado en la segunda vuelta.

La Ruta:  La estrategia de Vargas es sumar el máximo de apoyos en las próximas semanas. Como hay dos partidos con muchos votos de maquinaria y sin candidato, su primer esfuerzo será para ponerlos de su lado: el Partido Conservador (con 1.927.320 votos) y el de la U (1.853.054). También a los liberales que no le ven mucha salida a De la Calle y que tampoco confían en Fajardo.

Tras esos mismos partidos está Álvaro Uribe y seguramente César Gaviria, y según le dijo a La Silla una persona de la campaña de Vargas “todo el mundo se está haciendo el interesante”. Vargas tiene la ventaja frente a Iván Duque que los políticos lo conocen hace 30 años y saben qué esperar de él. También, eventualmente, podría contar con el apoyo de Santos para ‘incentivar’ (a través de puestos o contratos) a los políticos de la U a moverse a favor de Vargas y no de su archirrival Uribe.

En términos regionales, Cambio Radical ganó en la Costa Caribe pero les fue muy mal en Antioquia y en Bogotá, que fue durante décadas el gran fortín de Vargas Lleras, y donde intentarán recuperar el terreno perdido.

Su discurso: Vargas mantendrá el discurso contra Gustavo Petro, y el riesgo de que llegue al poder porque en su campaña están convencidos de que la trayectoria de Vargas le da más credenciales y credibilidad para su discurso de mano fuerte que las que tiene Duque.  Como están convencidos de que la campaña se polarizará no piensan moverse al centro, sino mantener el discurso de derecha y demostrar en los debates que él es el mejor preparado.

Su mayor riesgo: No crecer en las encuestas en las próximas semanas, algo que necesitan para evitar que la maquinaria que han conseguido a punta de alianzas con los caciques políticos migre hacia donde Uribe.

Escenario con el que arranca: Iván Duque sacó 4.038.101 votos en la consulta, el 67 por ciento de los votos que obtuvo la Coalición del No. Sumados los votos de Marta Lucía Ramírez (1.537.790) y de Alejandro Ordóñez (384.721), la coalición de derecha consiguió casi 6 millones de votos. El partido de Duque, el Centro Democrático, sacó 2.513.320 votos y 19 curules, la votación más grande del Senado.

Aunque toda la votación de la consulta es casi equivalente a los votos logrados por el No en el plebiscito, 6.424.385 votos, no necesariamente todos los votos que obtuvo la consulta serán para Duque. Por ejemplo, una parte de los de Marta Lucía Ramírez posiblemente fueron en contra de Uribe y no necesariamente transferibles a Duque. Aún así por lo menos los 2,5 millones de votos del Centro Democrático son el mínimo con los que arranca Duque, y eso lo convierte en el candidato a derrotar en segunda vuelta.

La ruta: La estrategia de Duque es consolidar su posición como el candidato de la derecha, asegurando la mayor parte de los votos de Marta Lucía Ramírez y Alejandro Ordóñez, y tratar de  ir más allá del uribismo.

Aunque uno de los asesores de su campaña le dijo a La Silla Vacía que la estrategia es diseminar las propuestas del candidato “entre los 36 millones de votantes, incluso los que no tienen afinidad política con nosotros”, muy probablemente el primer paso es seducir al Partido Conservador.

Marta Lucía ya tiene seguidores entre los azules, y Uribe también, con lo cual conseguir votos azules no es tan difícil. Para ello, la campaña de Duque seguramente comenzará a focalizar territorios conservadores como Nariño, Tolima, y Huila, que son fortines azules. 

La otra ruta es entre los votantes de la U, un partido que en sus principios era uribista, que no tiene candidato presidencial, y que se terminará yendo con el candidato que parezca tener más chances de ganar. Por ahora, ese es Duque.

Su discurso: Iván Duque, con un tono diferente al de Uribe, ha mantenido el discurso de su jefe en torno a la seguridad, y en contra de la impunidad de las Farc y del ‘castrochavismo’, ahora rebautizado por ellos ‘petrochavismo’.  La amenaza ya no es tanto la guerrilla (que sacó una votación ínfima dejando por el suelo la tesis de los millones encaletados para comprar su llegada al poder) sino el populismo chavista de Petro.

Duque también ha comenzado a criticar a Vargas Lleras, de quien ha dicho que es como si Robin negara a Batman (en referencia a su relación con Santos), dado que fue solidario en la paz, en la venta de Isagen y en el aumento de impuestos.

Su mayor riesgo: Ser caricaturizado como el títere de Uribe lo que le dificultaría crecer hacia el centro. Y no haber enfrentado críticas serias ni haber estado bajo mucha presión lo que no permite saber cómo reaccionará cuando tenga a las demás campañas atacándolo.

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