¿Las venas abiertas de América Latina?
Allá comenzando la década de los 70 del siglo pasado, el pensador izquierdista uruguayo Eduardo Galeano lanzó el reto a la izquierda regional, eran otros tiempos. Hoy la izquierda se adormece entre el populismo vacío de López Obrador, el hambre persistente y represora de Díaz-Canel, el fracaso de Chávez y Maduro, el estupor de Pedro Castillo, el desconcierto de Boric, la desvergüenza de Fernández y Kirchner, el regreso envejecido y poco innovador de Da Silva.
Las venas de América se cierran presionadas por las carnes expandidas sobre el esqueleto frágil de un continente rico que produce hambre con retrasos y sueños que se esfuman. Las venas de América ya no están abiertas, han cicatrizado con populismos fracasados, con guerras lejanas, con nuevos polos de poder -ninguno por acá-, con inflación mundial y precios cada día más altos.
Las venas de América ya no están abiertas y nos están ahogando, cerradas al fuego intenso del populismo y los políticos de miras cortas y mediocridades encendidas.