Laurence Debray: La inteligencia colectiva frente a Trump 2.0
«Todo está diseñado para desestabilizar Europa, mientras EEUU parece dispuesto a dejar que Putin haga realidad su programa ‘Hacer Rusia Grande Otra Vez’»
Ilustración de Alejandra Svriz
Trump ha vuelto, más motivado y más amenazante, dispuesto a alterar el orden mundial establecido desde la Segunda Guerra Mundial. Entre sus prioridades: debilitar la OTAN, reducir la ayuda material a Kiev y pactar con Putin la paz en Ucrania. ¡Y eso no es todo! Desde la invasión rusa de su prima y vecina Ucrania, Europa se ha visto obligada a despertar tras casi 80 años de paz dentro de sus fronteras. Creíamos en «el fin de la historia», pero la historia nos ha alcanzado. Pensábamos ingenuamente que la economía prevalecía sobre la ideología y que la democracia estaba asegurada.
En estos dos años, hemos suministrado armas, apoyo logístico, acogido con los brazos abiertos a oleadas de emigrantes y soportado el incremento en el precio de la energía. Sin embargo, sin una política exterior y militar coordinada y sólida, con países miembros endeudados y debilitados políticamente, no estamos a la altura del desafío. ¿Qué podemos hacer? ¿Endurecer aún más las sanciones económicas contra Rusia? Estas ya son casi máximas y Rusia está lejos de colapsar. ¿Enviar tropas al terreno? Eso es inaceptable para la opinión pública. Hemos olvidado que el imperio ruso llegó un día hasta Berlín. Nos negamos a afrontar que la propaganda populista, alimentada desde el Kremlin, agita las redes sociales, hoy en día la principal fuente de información para los jóvenes.
Todo está diseñado para desestabilizar Europa, mientras nuestro aliado histórico, Estados Unidos, parece dispuesto a dejar que Putin haga realidad su programa «Hacer Rusia Grande Otra Vez» para que Trump pueda también «Hacer América Grande Otra Vez». Entonces, ¿qué nos queda? Durante la primera crisis del petróleo, el Gobierno francés lanzó un eslogan que quedó grabado en la memoria colectiva: «En Francia no tenemos petróleo, pero tenemos ideas». ¿Acaso en Europa nos queda hoy inteligencia e ingenio?
El Gobierno sueco nos lanza un desafío. Coincidiendo –¿de manera irónica?– con la toma de posesión de Trump, ha presentado el sitio de inteligencia colectiva glimt.nu (glimt significa «destello» en sueco), en colaboración con las autoridades de Kiev y la tecnología francesa de la empresa Hypermind. El objetivo es ofrecer a todos la posibilidad de ayudar a los ucranianos a prever diversos escenarios del conflicto en los ámbitos militar, político y económico.
Por ejemplo: ¿cuántos misiles impactarán en Ucrania en febrero? ¿Cuántos líderes europeos acudirán a Moscú a celebrar el 80.º aniversario de la victoria de los Aliados? ¿Cuándo recuperará Rusia sus reservas de divisas congeladas por las sanciones? Aunque los expertos tienen opiniones al respecto, esta vez se trata de movilizar nuestras propias interpretaciones mediante un método que consolida las previsiones de una multitud de personas en probabilidades fiables.
«La previsión es un arte complicado: algunos saben mejor que otros traducir sus certezas en cifras»
Esta «sabiduría de las multitudes» ya ha sido probada a gran escala durante una década por las agencias de inteligencia estadounidenses (IARPA – Intelligence Advanced Research Activity) y, posteriormente, por el Reino Unido con su programa de apelacion so british «Cosmic Bazaar». Estas iniciativas buscan mejorar el rigor de los análisis geopolíticos, combinando las previsiones de miles de funcionarios de decenas de ministerios y agencias gubernamentales. «La previsión colectiva de una multitud de aficionados suele ser más precisa que la de un analista experto», explica Ivar Ekman, responsable del proyecto en la Agencia Sueca de Investigación en Defensa, durante la presentación oficial al rey Carlos XVI Gustavo, frente a un auditorio lleno de ministros, dirigentes de la OTAN y altos mandos suecos.
Ekman añade: «Existen muchos conocimientos y habilidades aprovechables en personas que no son analistas profesionales pero que están apasionadas por un tema en particular». Ahora, todos los que estamos informados y preocupados por el conflicto en Ucrania podemos contribuir a informar a los responsables de la toma de decisiones, quienes a menudo se ven abrumados por la urgencia y necesitan una perspectiva más amplia y opiniones desde el terreno.
¿Cómo funciona esta herramienta de apoyo a la decisión? No importa tu opinión; se trata de previsión. Es lo opuesto a una red social, donde las creencias y el odio ahogan la información. Glimt te pide que estimes la probabilidad de que ocurra un evento, de forma similar a cómo un meteorólogo calcula las probabilidades de lluvia. Por ejemplo, ¿crees que el presidente Trump negociará la paz antes de que termine febrero? Quizá estimes que hay un 20% de probabilidades. Si Trump logra la paz rápidamente, no estarás del todo equivocado… pero si la guerra continúa, habrás estado más acertado que otros. Todo se basa en probabilidades.
La previsión es un arte complicado: algunos saben mejor que otros traducir sus certezas en cifras. Este método filtra las estimaciones más fiables, gracias a un juego de estadísticas y algoritmos que eliminan a los incompetentes y charlatanes.
La ciencia ya ha demostrado que la diversidad de puntos de vista agregados potencia nuestra inteligencia colectiva. Ahora queda que nuestros políticos lo asimilen. Un líder, aislado de la realidad, no siempre tiene la razón. ¿Y si, en lugar de dejarse cegar por el poder, nuestros gobernantes realmente se preocuparan por nuestro futuro y recurrieran a nuestra inteligencia? Tenemos los políticos que merecemos, pero no olvidemos nuestra soberanía, nuestra consciencia y nuestra inteligencia colectivas. ¡Ucrania espera tus previsiones!