Democracia y PolíticaElecciones

Le Pen humilla a Macron y se cita con la extrema izquierda: «Necesitamos la mayoría absoluta»

La extrema izquierda, reunida en el Nuevo Frente Popular, queda en segunda posición (28,5%); el campo presidencial, en tercera (22%), según los sondeos de BFM TV

Según las primera estimaciones oficiosas, por vez primera en la historia de la V República, la extrema derecha tradicionalAgrupación Nacional (AN), el partido de Marine Le Pen, se ha convertido en la primera fuerza política nacional, parlamentaria, pudiendo aspirar a cohabitar con Emmanuel Macron, jefe del Estado, a partir del domingo que viene, cuando se vote en la segunda vuelta de las elecciones anticipadas.

Según las estimaciones de BFMTV, primera cadena de televisión nacional, privada, Agrupación Nacional (AN), que reúne a la extrema derecha y a los disidentes de la derecha histórica, habría conseguido entre el 33% y el 34% de los votos en la primera vuelta. En la segunda, AN podría conseguir entre 260 y 310 escaños, mayoría relativa o mayoría absoluta. La extrema derecha de la familia Le Pen contará con una mayoría parlamentaria excepcional.

Se trata de la culminación de un proceso político que comenzó en 2002, cuando Jean-Marie Le Pen, el padre de Marine, eliminó en la primera vuelta presidencial al candidato socialista, Lionel Jospin.

Desde entonces, la extrema derecha de la familia Le Pen ha continuado creciendo. Es la fuerza política más votada por los obreros desde hace treinta años. Es hoy la primera fuerza política de Francia, con el voto de todas las clases sociales.

Le Pen saca pecho

Marine Le Pen fue la primera personalidad política en reaccionar: «Hemos escrito una página en la historia de Francia. Es el primer paso de un cambio radical. La semana que viene tendremos mayoría absoluta. Y pondremos fin al macronismo y su poder nefasto para Francia». «La batalla no ha terminado», continuó Le Pen. Y agregó: «Para poder gobernar con eficacia debemos tener una mayoría absoluta la semana que viene».

Jordan Bardella, posible primer ministro a partir de la semana que viene, reaccionó de este modo: «Francia está en peligro existencial. Debemos reconstruirla. El pueblo ha votado: de un lado la alianza de lo peor, que conduciría a la ruina; del otro la unión nacional, para defender la seguridad y el trabajo». «Ese es nuestro proyecto», continuó Bardella. Y agregó: «Seré respetuoso con la presidencia de la República, pero también seré inflexible en nuestro proyecto. Respetaremos las reglas democráticas. Seré el garante de las libertades del pueblo de Francia».

El Nuevo Frente Popular (NFP) agrupa a todos los partidos de izquierdas -La Francia Insumisa (LFI, extrema izquierda), el PS, el PCF y los Verdes- y habría conseguido entre un 28,50% y un 29,50% de los votos. Es decir, entre 115 y 145 escaños. Un fracaso significativo: todas las izquierdas, juntas, tienen menos votos y menos escaños que la extrema derecha.

Tras conocer esas primeras estimaciones, Jean-Luc Mélenchon, líder de LFI, reaccionó en términos apocalípticos: «Debemos conseguir que la extrema derecha no tenga ni un voto ni un escaño más». Mucho más moderado, Raphael Glucksmann, estrella ascendente del socialismo francés, se mostró ecuménico: «En la segunda vuelta votaremos al candidato capaz de ganar a la extrema derecha, a pesar de nuestras divergencias».

Renacimiento, el partido de Emmanuel Macron, y Juntos por la República, que agrupa a todos los amigos políticos del presidente, habría conseguido el 22% de los votos y podría conseguir unos 90 o 120 escaños. Un resultado insuficiente para un presidente que los humoristas presentan como «el primer perro abandonado» antes de las vacaciones.

Reacción presidencial

Eclipsado por un resultado sencillamente excepcional, el jefe del Estado reaccionó con una modestia sin precedentes: «La participación muy elevada es un testimonio de la importancia de esta elección para nuestros compatriotas y su deseo de clarificar la situación política. Ante la extrema derecha debemos proponer una unión claramente democrática y republicana en la segunda vuelta».

Édouard Philippe, ex primer ministro de Macron, lanzó un mensaje de «unión» hacia este arcoíris político: «Ante la segunda vuelta, socialistas europeístas, socialdemócratas, centristas, conservadores moderados, podemos formar un frente común contra los extremos. Debemos construir un nuevo paisaje político nacional».

Los Republicanos (LR, derecha histórica), el partido de Nicolas Sarkozy, habría conseguido entre el 6% y el 8% de los votos. Pero no está claro que ese modestísimo resultado la permita conseguir ninguna representación parlamentaria. Una tragedia histórica.

Reconquista, el partido de Éric Zemmour, líder ultraderechista, ha sufrido un fracaso estrepitoso, sin poder tener representación parlamentaria.

La segunda y definitiva vuelta puede matizar el resultado de la primera vuelta, dando a la extrema derecha una mayoría absoluta o relativa. En cualquier caso, Francia está viviendo un cambio radical de su arquitectura política tradicional. Cambio muy profundo que debe matizarse el domingo que viene, 7 de julio, y que afectará directamente a la construcción política de Europa y a las relaciones trasatlánticas.

 

 

Botón volver arriba