Lecciones de Pablo Iglesias a los obispos
No pocos obispos andan mosqueados con la pretensión de Pablo Iglesias, y los suyos, de darles lecciones sobre la potestad y las ideas del Papa Bergoglio, con las moralinas desde el púlpito de La Moncloa sobre la doctrina social cristiana. No todos, por cierto, porque también hay quien está encantado con la devoción interesada de los neocomunistas por el Papa.
Ha pasado demasiado inadvertido extramuros el artículo que el Secretario general de la Conferencia para todos los incendios, monseñor Luis Argüello, escribió en «Ecclesia» con el título 1º de mayo, renta básica y doctrina social de la Iglesia. Alguien puede pensar que fue la contestación del obispo secretario a las andanadas que le lanzó Iglesias en diversos foros. Un texto que cada día tiene mayor vigencia. Después de analizar la fase actual del capitalismo financiero, monseñor Argüello hace un minucioso discernimiento moral sobre la renta básica como Renta de Garantía de Ingresos (RGI), llamada por otros Ingreso Mínimo Vital o Renta Básica Universal (RBU). Para concluir, entre otras ideas, que «si las llamadas rentas básicas, ya RGI o RBU, no promocionan el trabajo, el riesgo de que el capital que las genera, estatal o privado, explote a muchos y arranque el protagonismo histórico a la mayoría es muy grande. Generar dependencias es un instrumento habitual de dominadores».
También el obispo de Lugo, monseñor Alfonso Carrasco, escribió hace unos días una carta a sus fieles en la que explica la relación entre trabajo y dignidad de la persona. Escrito que ya ni se atreven a firmar algunos defensores de los parias de la tierra. Lo que Pablo Iglesias, y los suyos, no pueden negar es que quienes se ocupan de los necesitados no son las nutridas agrupaciones y círculos de la izquierda, los sindicatos de clase, las aguerridas asociaciones feministas o las heroicas juventudes antifascistas. Son los curas y las religiosas y los religiosos. Por cierto, que las residencias de ancianos regentadas por religiosas también son Iglesia, por si al líder de la revolución social se le había olvidado. Y no todas las congregaciones dedicadas a esta misión son el padre Ángel.
José Francisco Serrano Oceja /ABC de España