Lenín Moreno, presidente de Ecuador: «Julian Assange violó reiteradamente las convenciones de asilo»
El presidente de Ecuador asegura que el fundador de WikiLeaks quiso convertir la Embajada en Londres en un centro de operaciones para interferir en otros países
A Lenín Moreno se le nota que hace ya tiempo que se le acabó la paciencia con Julian Assange. De visita en Washington apenas unos días después de haberle retirado el asilo al fundador de WikiLeaks, el presidente de Ecuador se reafirma en su decisión, a pesar de que su Gobierno ha padecido una oleada de ciberataques sin precedentes después del arresto de Assange por la Policía metropolitana de Londres. Recibido esta semana en el Banco Interamericano de Desarrollo y la Organización de Estados Americanos, Moreno ha explicado que no tenía más remedio que dejar que Assange rinda cuentas ante la Justicia por sus constantes injerencias en crisis políticas en todo el mundo, incluida España. Tras siete años de encierro, por fin un presidente de Ecuador revela con detalles las condiciones en las que el famoso activista australiano vivía en la Embajada de ese país en Londres, y el retrato es el de un huésped ingrato que había comenzado a agredir a su anfitrión.
-¿La decisión de retirar el asilo al señor Assange se vio motivada por sus injerencias en la crisis independentista catalana en España, además de otros problemas de Europa?
-Ecuador es un país respetuoso con los principios que rigen en democracia, por ello somos cuidadosos de no intervenir en asuntos internos de otros países. En el caso del señor Assange, hemos sido testigos de la permanente intromisión en los temas de política nacional e internacional, en los casos de Estados Unidos, El Vaticano, Francia y España. Fuimos excesivamente tolerantes con Assange, pero él no tuvo la voluntad de mantener silencio ante temas políticos ni aceptó la normativa sobre el asilo. Fue una decisión soberana tomada en estricto apego al derecho internacional y en el marco del respeto a los derechos humanos.
-Entonces, ¿las campañas políticas de Assange fueron decisivas?
-El asilo diplomático es una figura del derecho internacional y en Latinoamérica es una institución basada en diferentes principios, entre los que se encuentra la no intervención en la política de otros estados.
-¿Mejorará ahora la relación de Ecuador con países en cuya vida política el señor Assange ha interferido, como España o EE.UU.?
-Nosotros siempre hemos procurado tener la mejor relación con ellos. El tema del señor Assange no lo generamos nosotros…, lo generó el gobierno anterior [de Rafael Correa]. Precisamente para lesionar la libertad de expresión que tanto decía defender.
-¿Qué normas incumplió el señor Assange en sus siete años de asilo?
-Julian Assange violó reiteradamente disposiciones expresas de las convenciones sobre asilo diplomático de La Habana y Caracas, así como del protocolo especial de convivencia aceptado y firmado entre la Embajada ecuatoriana y el propio señor Assange.
-¿Puede dar algún ejemplo?
-No puedes llegar a una casa que te acoge con afecto, que te da de comer y que te cuida para finalmente denunciar al dueño de la casa. Fuimos testigos de una conducta inapropiada permanente. En ese sentido, en octubre de 2018 establecimos un protocolo de convivencia que buscaba prevenir actos de mala conducta por parte del asilado; sin embargo, Assange violó este protocolo continuando con varios incidentes. Assange mantuvo conductas higiénicas inadecuadas que afectaron su propia salud, además del ambiente interno de la misión diplomática. Pero lo más grave fue su permanente intromisión política en asuntos internos de otros países. Somos un gobierno tolerante, pero la situación del asilo se volvió insostenible por voluntad misma del señor Assange.
-¿Teme que esta decisión sea controvertida en Ecuador?
-Una inmensa mayoría del país ha dicho ya en las encuestas que está de acuerdo con la decisión, por una razón muy sencilla: violó las convenciones de asilo, flagrante y tajantemente. Ofendió al país, a su gente y a su gobierno. Dijo que era un país insignificante. No quiero repetir la palabra exacta que usaba, pero lo manifestó en la práctica al untar con sus heces fecales las paredes de la Embajada, lo cual daba la medida del poco respeto que tenía por el país que le acogía.
-Habla de un protocolo firmado entre la Embajada y el señor Assange a finales de 2017, tras su intromisión en la crisis independentista catalana. ¿A qué se comprometía concretamente?
-Mi gobierno estableció un protocolo especial de convivencia con el objetivo de prevenir actos de mala conducta. Se aceptó y ambas partes suscribieron este protocolo. Assange posteriormente no lo acató y los incidentes se mantuvieron e incluso agravaron.
-¿Dice que empeoró la conducta en los meses recientes?
-Es cierto que en los últimos meses el señor Assange desarrolló una campaña muy agresiva y hasta presentó denuncias legales en contra del país que lo asiló, atendió y ayudó. Una demanda fue ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). La corte rechazó la demanda porque carecía de fundamentos y dio la razón a nuestro país.
-El fiscal especial norteamericano Robert Mueller ha calificado al señor Assange y a WikiLeaks de ser un instrumento al servicio de campañas de injerencia radicadas, entre otros sitios, en Rusia. ¿Les consta?
-Lo que está claro es que no podíamos permitir que nuestro país se convirtiera en un centro de operación de grupos que buscan afectar la institucionalidad de otros países y afectar el derecho a la privacidad de los ciudadanos. Hoy tenemos una investigación en firme sobre la presencia de hackers que operaban también en territorio ecuatoriano. No quisiera emitir un juicio de valor en un proceso de investigación que se lleva adelante.
-¿Informó previamente a EE.UU. de que iba a proceder a retirar el asilo al señor Assange?
-No, no era con Estados Unidos con quien debíamos tratar este asunto. Todo lo contrario, lo hicimos soberanamente, porque llegamos a un límite. El señor Assange violó todas las convenciones, los convencionalismos, todas las normas que habíamos dispuesto de acuerdo mutuamente.
-Con Reino Unido entiendo que sí hablaron, dado que la Policía metropolitana de Londres supo cuando entrar en la Embajada ecuatoriana…
-Solicitamos a Reino Unido la garantía de que Assange no sería entregado en extradición a un país en el que pueda sufrir torturas o pena de muerte. En tres notas diplomáticas que se han hecho públicas, en marzo de 2018, agosto de 2018 y la más reciente del 3 de abril de 2019, el Gobierno británico nos confirmó que Julian Assange no sería entregado en extradición a un país en el que pueda sufrir pena de muerte.
-Ya se ha pedido su extradición a EE.UU. por incitar al robo electrónico de información clasificada. Una demandante sueca le requiere por agresión sexual. Ambos son delitos graves.
-Sabemos de la fortaleza del sistema judicial británico, y confiamos en que los derechos del señor Assange serán respetados. En las relaciones internacionales se trabaja con la presunción de buena fe; por tanto, tenemos la certeza de que los compromisos van a ser tomados en cuenta.
-¿Qué recepción ha tenido en EE.UU.? ¿Cómo están las relaciones?
-Buenas, como siempre. Al igual que en otros países del mundo, hay muchos ecuatorianos residiendo acá, muchas familias emigradas. Tenemos además mucho aprecio por este país, ejemplo de desarrollo de ciencia y tecnología.
-Su país ha acogido a muchos españoles durante la crisis económica.
-A muchos, sí. Es algo de ida y vuelta, como debe ser. Hubo mucha emigración de Ecuador a España y los ecuatorianos siempre acogemos con cariño a los españoles que vienen a nuestro país.