Lenín Moreno y los dirigentes indígenas encuentran una salida conjunta para la crisis de Ecuador
Ambas partes se comprometen para redactar un nuevo decreto y también para restablecer de forma conjunta la paz.
El callejón ecuatoriano no tenía otra salida. Lenín Moreno y los dirigentes indígenas han alcanzado esta noche (madrugada en España) un acuerdo para acabar con las protestas y restablecer la paz tras 11 días de caos y parálisis. El polémico decreto 883, con el que pretendía eliminar las subvenciones al diésel y la gasolina extra, queda sin efecto de inmediato para pactar posteriormente entre ambas partes un nuevo decreto, para lo que se creará una comisión bipartita con la mediación de Naciones Unidad y la Conferencia Episcopal Ecuatoriana.
De esta forma los indígenas abandonaron su «territorio» en el centro de Quito y levantarán los bloqueos y protestas que han paralizado al país. Ambas partes se comprometen desde esta misma noche en redactar un nuevo decreto y también en restablecer de forma conjunta la paz, con lo que también se pondrá fin al estado de excepción y al toque de queda en la capital.
«Significa un sacrificio de ambas partes. Qué bueno que la palabra más repetida sea la paz. También agradezco a los hermanos policías y militares, en gran cantidad de origen indígena. Muchos de ellos también están ahora lesionados», concluyó Lenín Moreno, emocionado por el acuerdo. En el mismo momento de conocerse el final del conflicto, Quito comenzó a celebrar la buena nueva, incluso con fuegos artificiales sustituyendo a los disparos de bombas lacrimógenas de las últimas horas.
«El movimiento indígena es Ecuador. Veníamos pidiendo hace tiempo conversar estos procesos. Nos hemos levantado en defensa de nuestros derechos, salimos a nuestras calles. Ya no queremos más represión», destacó Jaime Vargas, presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie), ataviado con un tradicional penacho de plumas de búho y papagayo y pintura negra en su cara. El líder amazónico denunció 10 muertes violentas, más de 2.000 heridos y mil detenidos como balance provisional de las protestas.
La resistencia indígena le ganó el pulso a un presidente debilitado por 11 días de violencia, que incluso amenazaba con acabar con su mandato. «Las heridas que no se cierran son las heridas que matan. Nunca más una situación como la actual», subrayó Juan Sebastián Roldán, secretario de la Presidencia.
No obstante, se trata de un acuerdo donde ambas partes ganan, ya que a la derogación del famoso 883 le sigue de inmediato la redacción de un nuevo decreto, cuando al principio los dirigentes de la Conaie sólo querían arrancar una victoria con la eliminación del paquetazo.
Para los dirigentes indígenas se había convertido en una cuestión de prestigio ante sus seguidores: había que derogar el decreto sí o sí. Moreno explicó qué le llevó a la confección del decreto: que los traficantes de diesel y gasolina no sigan siendo los grandes beneficiados de las subvenciones. Según cálculos gubernamentales, de los 1.400 millones de $ que se destinan a estos pagos, en torno a 500 millones caen en manos de los mafias del contrabando y del narcotráfico.
«Una gran victoria», según Arnaud Peral, representante de la ONU, que medió junto a la Conferencia Episcopal.