Leonardo Padura: «Aunque aparentemente Cuba no ha cambiado, sí lo ha hecho»
(EFE).- Inmerso en lo que él mismo denomina el «tour europeo«, que le ha llevado por varios países, el escritor cubano Leonardo Padura reflexiona en una entrevista sobre la situación de su país y asevera que, aunque «Cuba es una sociedad que aparentemente no ha cambiado, realmente sí lo ha hecho».
El Premio Princesa de Asturias de las Letras 2015 y creador del policía Mario Conde, explica que, cuando estos días se les pregunta a él y a su esposa, Lucía López Coll, por la situación de la Isla tras los últimos acontecimientos, como la visita de Barack Obama, y si esto supone alguna señal, ellos responden: «Sí, pero no».
A su juicio, «hoy en Cuba no puedes entender nada en blanco o en negro, y cuando se dice que es el infierno comunista o el paraíso socialista se pierden matices».
Sostiene que en los últimos seis o siete años, desde que Fidel Castro abandonó la primera línea de la política, «se acumulan pequeños cambios, que suman un cambio significativo», y lo ejemplifica comentando que ahora se puede contratar una línea de teléfono móvil «algo muy elemental y prohibido hasta hace muy poco» o que crece el número de microempresas privadas.
«Hoy en Cuba no puedes entender nada en blanco o en negro, y cuando se dice que es el infierno comunista o el paraíso socialista se pierden matices»
También ve significativo que se haya «eliminado el dichoso permiso de salida en el pasaporte y que te lo habiliten dos años, con lo que, si tienes dinero para comprar el pasaje, te puedes ir a Burundi si quieres«.
Leonardo Padura, que tiene nuevo libro en los anaqueles, Regreso a Ítaca (Tusquets), escrito a cuatro manos con el cineasta francés Laurent Canet, sobre el guion de la película del mismo nombre, ironiza que, hasta los años noventa del siglo pasado, la sociedad cubana fue muy homogénea.
«Todos éramos igual de pobres, pero ahora ese tejido social se va dilatando y no vive igual un empleado público con un salario de 500 pesos al mes (unos 25 euros), que el dueño de un restaurante que factura unos mil euros diarios. Viven en condiciones materiales y en realidades diferentes», apostilla.
Asimismo, dice que los cubanos se encuentran en medio de un proceso que los tiene conmovidos, como es el restablecimiento de las relaciones con Estados Unidos, aunque todavía se mantenga el embargo. «La desaparición del embargo será lo que pueda acelerar las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, propiciando grandes cambios«, augura el escritor.
«La desaparición del embargo será lo que pueda acelerar las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, propiciando grandes cambios», augura el escritor
Padura cree que otro hecho determinante habrá que buscarlo en el horizonte del año 2018, «cuando la generación histórica deje el poder».
En su opinión, «a pesar de que la gente que viene pertenece a la misma estructura, es mucho más joven y eso va a provocar diferencias en las cosas más elementales» y pregunta: «¿Verdad que tu mamá no organiza la casa como tú lo haces? ¿Verdad que tu hija no lo hará igual que tú, aunque seáis todas de la misma familia?».
De todas maneras, el autor no esconde que «uno de los ejercicios más difíciles que hay es realizar predicciones de futuro para Cuba» y añade: «Nos falta información para poder llegar a establecer hipótesis y crear teorías».
Sin embargo, sí constata que, en un «proceso de cambio«, los mejor posicionados política y económicamente «pueden ser los más beneficiados en el futuro».
Ahondado en algunos aspectos de su nuevo título, Regreso a Ítaca, en el que hay una reflexión sobre lo que supone vivir con miedo en sociedades como la cubana, Padura considera que los «espacios de expresión» han crecido en su país.
«El miedo ha disminuido, lo que no quiere decir que hayan desaparecido los mecanismos de control y de censura», advierte Padura
«El miedo ha disminuido, lo que no quiere decir que hayan desaparecido los mecanismos de control y de censura», advierte Padura, y rememora que a punto estuvo de aplicarse a la película de Cantet, «aunque acabamos llenando la Cinemateca de Cuba con 1.400 personas».
De lo que en ese filme y en el libro acontece -en principio, un simple encuentro entre un grupo de amigos en una azotea de La Habana- dice que si provocó «reacciones de censura» fue porque «los cinco amigos que aparecen están hablando de verdades que nadie puede rebatir».
Sobre los jóvenes cubanos, afirma que «hoy se parecen mucho más a la juventud del mundo que mi juventud se parecía a la del mundo de mi época», y apostilla en este sentido que «todos quieren el último modelo de teléfono móvil o la camiseta de moda de Dolce & Gabbana».
Preguntado por si estos cambios influirán en su escritura, Leonardo Padura señala que, en la medida en que es «un escritor muy social, si la sociedad está en movimiento es evidente que te alimenta, te da argumentos e historias para aprovechar».
La tentación es interesarse, asimismo, por las andanzas de su Mario Conde. «Está trabajando -concluye- en un nuevo caso, en el robo de una supuesta virgen de Regla, heredera de la virgen de Regla de Chipiona, pero, en realidad, descubrirá que está buscando una virgen negra medieval, que vale mucho dinero».