Liderazgos efímeros
El efecto Podemos sigue fragmentándose y desperdigándose ideológica y territorialmente
Yolanda Díaz no ha sido invitada a las jornadas universitarias de Podemos y cada vez resulta más evidente que la hipotética candidatura electoral de la vicepresidenta va a morir incluso antes de nacer, un parto frustrado producto de estas burbujas mediáticas tan propias de nuestra época. El efecto Podemos sigue fragmentándose y desperdigándose ideológica y territorialmente, por esa pulsión de menear el árbol de la izquierda pura para que luego acuda Pedro Sánchez con objeto de barrer las hojas y llevarse las nueces; el sanchismo recupera por ahí parte de lo que pierde del centro político. Aquella nueva política ha resultado ser un concurso de vanidades adolescentes, efímeras, quebradizas. Terminando por Yolanda Díaz y emparejando tanto liderazgo disgregado y menor (Belarra, Montero) que no ha logrado superar a los fundadores del movimiento: los Iglesias, Errejón, Bescansa y Monedero. Todos ya material arrasado, polvo inerte, como le pasó por el otro lado del espectro a Albert Rivera.