Liz Truss, la muy probable próxima primer ministro británica
Si Rishi Sunak se convierte en líder del Partido Conservador el 5 de septiembre, será la mayor sorpresa para la industria de las encuestas políticas desde que Donald Trump venció a Hillary Clinton para ganar la presidencia estadounidense en 2016. En la actualidad, Liz Truss parece tener una probabilidad abrumadora de ganar la encuesta entre los militantes conservadores y suceder a Boris Johnson como líder del partido, y con ello convertirse en primera ministra de Gran Bretaña. Los mercados de apuestas indican que tiene un 95% de posibilidades de imponerse. ¿Quién es ella?
La Sra. Truss es uno de los miembros más experimentados del gobierno británico. Elegida por primera vez en 2010, se incorporó al gabinete como secretaria de Agricultura en 2014 con David Cameron. Continuó en la cúpula del gobierno con los sucesores de Cameron, ocupando los puestos de secretaria de Justicia, secretaria principal del Tesoro, secretaria de Comercio y, más recientemente, secretaria de Asuntos Exteriores.
Ha adoptado el manto de su héroe, Margaret Thatcher. Su principal prioridad es mejorar la baja productividad de Gran Bretaña mediante una combinación de recortes fiscales y reformas normativas. Tiene previsto reducir los impuestos sobre las nóminas y anular la subida prevista del impuesto de sociedades. La Sra. Truss hace caso omiso de las advertencias de que la relajación fiscal podría ser inflacionaria.
Gran parte de su atractivo para los miembros tories es un optimismo implacable. Y también la lealtad al Sr. Johnson, quien, a pesar de haber sido destituido por sus colegas en julio tras dos años plagados de escándalos, conserva el afecto de los miembros de base del partido, sobre todo por haber logrado el Brexit. Es una firme defensora de una nueva doctrina de conservadurismo cultural muscular en el partido tory moderno: a favor de la libertad de expresión, contra los historiadores revisionistas y las nuevas teorías de género.
Los críticos de Truss la consideran una rareza y un peso ligero, sobre todo por sus invocaciones al legado de Thatcher. Es más conocida fuera de Westminster por un torpe discurso pronunciado como secretaria de Agricultura, en el que prometía abrir los «mercados del cerdo». Sin embargo, ha sido subestimada en repetidas ocasiones, incluso por el Sr. Sunak.
Traducción: Marcos Villasmil
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NOTA ORIGINAL:
The Economist
Liz Truss, Britain’s likely next prime minister
If Rishi Sunak becomes leader of the Conservative Party on September 5th, it will be the greatest upset for the political polling industry since Donald Trump beat Hillary Clinton to win the American presidency in 2016. At present Liz Truss appears overwhelmingly likely to win the poll of Conservative members and succeed Boris Johnson as the party’s leader—and with it become Britain’s prime minister. Betting markets imply she has a 95% chance of prevailing. Who is she?
Ms Truss is one of the most experienced members of the British government. First elected in 2010, she joined the cabinet as agriculture secretary in 2014 under David Cameron. She continued at the top table under Mr Cameron’s successors, holding the posts of justice secretary, chief secretary to the Treasury, trade secretary and most recently foreign secretary.
She has adopted the mantle of her hero, Margaret Thatcher. Her overriding priority is improving Britain’s low productivity through a combination of tax cuts and regulatory reform. She plans to cut payroll taxes and cancel a planned raise in corporation tax. Ms Truss brushes aside warnings that fiscal loosening would be inflationary.
A large part of her appeal to Tory members is a relentless optimism. And also a loyalty to Mr Johnson who, despite being ousted by his colleagues in July after two scandal-plagued years, retains the affection of rank-and-file party members—not least for delivering Brexit. She is a forceful advocate of a new doctrine of muscular cultural conservatism in the modern Tory party: pro free speech, against revisionist historians and new gender theories.
Ms Truss’s critics regard her as an oddity and a lightweight, not least for her invocations of Thatcher’s legacy. She is best known outside of Westminster for a gawky speech delivered as agricultural secretary, pledging to open up “pork markets”. Yet she has been repeatedly underestimated—including by Mr Sunak.