Lo que Trump debería hacer sobre Venezuela
El presidente Trump ha generado titulares con su amenaza de ordenar “acciones económicas fuertes y rápidas” contra Venezuela, que un alto funcionario de su gobierno dijo podrían incluir un embargo petrolero. Sin embargo, hay otras medidas de Estados Unidos que serían mucho más inteligentes que esa.
Trump amenazó con sanciones económicas en una declaración escrita emitida por la Casa Blanca el 17 de julio, un día después de que más de 7 millones de venezolanos votaran en un referéndum organizado por la oposición para oponerse al plan del presidente Nicolás Maduro de reemplazar la Constitución por una nueva, semejante a la de Cuba. El 18 de julio, un alto funcionario estadunidense dijo que “todas las opciones están sobre la mesa”, incluyendo recortes a las compras de petróleo venezolano.
Venezuela depende del petróleo para el 95 por ciento de sus ingresos de exportación. Y el grueso de las exportaciones petroleras venezolanas –unos 700,000 barriles diarios– van a Estados Unidos.
Pero fuentes de oposición venezolanas me dicen que un embargo petrolero tendría un impacto devastador en el pueblo venezolano, que ya sufre de una escasez generalizada de alimentos y medicinas.
Además, daría a Maduro y a su élite narcomilitar una enorme victoria política, porque les permitiría escudarse –como lo viene haciendo Cuba desde hace cinco décadas– tras la excusa de que su crisis económica ha sido causada por la “agresión yanqui”. Y un embargo unilateral de Estados Unidos haría mucho más difícil imponer sanciones diplomáticas internacionales contra el régimen de Maduro.
“Un embargo petrolero le daría a Maduro el argumento de que el imperio es el causante de una guerra económica”, me dijo Carlos Vecchio, coordinador político del partido Voluntad Popular, liderado por Leopoldo López. “Y además, rompería la creciente alianza internacional contra la dictadura de Maduro”.
En lugar de imponer un embargo unilateral de petróleo, Trump debería tomar las siguientes medidas incrementales:
▪ Ordenar a la Casa Blanca y al Departamento de Estado que se involucren activamente en los esfuerzos regionales e internacionales para imponer sanciones diplomáticas colectivas al régimen de Maduro.
Eso significaría evitar errores del gobierno de Estados Unidos como la vergonzosa ausencia del secretario de Estado Rex Tillerson de la reciente reunión de cancilleres de países de la Organización de Estados Americanos para discutir la crisis venezolana. A pesar del apoyo de 20 países, la reunión no emitió una condena a Venezuela por la oposición de tres pequeñas islas del Caribe, que podrían haber sido persuadidas por Tillerson si hubiera estado allí, dicen diplomáticos latinoamericanos.
▪ Imponer sanciones personales adicionales dirigidas contra los altos funcionarios del régimen de Maduro. Trump, al igual que el ex presidente Obama antes que él, impuso sanciones de viaje y congeló los activos estadounidenses de varios altos funcionarios, incluido el vicepresidente Tareck El Aissami. Pero Trump podría aplicar sanciones personales contra otros, entre ellos el ministro de Defensa Vladimir Padrino López y el poderoso congresista Diosdado Cabello.
▪ Exponer la corrupción masiva del régimen venezolano, divulgando información del Departamento de Justicia de Estados Unidos sobre los cientos de millones de dólares que según funcionarios estadounidenses son propiedad de altos funcionarios venezolanos en cuentas inmobiliarias y bancarias de Estados Unidos. ¿Por qué no dar a conocer toda esa información lo antes posible?
▪ Más importante aún, Trump debería condicionar futuros contratos petroleros de Estados Unidos con Venezuela a la aprobación de la Asamblea Nacional de Venezuela, de mayoría opositora desde que la oposición ganó abrumadoramente las elecciones legislativas de 2015.