Los 70 años del reinado de Isabel II llenan de júbilo las calles y los comercios británicos
Las siete décadas en el trono de la Reina de Inglaterra se celebran desde ayer hasta el domingo. Los británicos viven con estusiasmo este Jubileo de Platino que podría suponer un impulso para la economía del país de hasta dos mil millones de libras
El Reino Unido amaneció este jueves inundado de banderas y alusiones en todos los comercios y sitios de ocio a la gran celebración de este año: el Jubileo de Platino de la Reina Isabel II, que desde ayer y hasta el domingo festejará de forma oficial las siete décadas que han pasado desde que ascendió al trono, al que estaba llamada desde que su tío el Rey Eduardo VII abdicó y su padre fue coronado.
Aquel acontecimiento que le cambió la vida se ha convertido ya en un reinado más largo que los de sus cuatro predecesores juntos, y es la tercera de la historia con el período más largo como Monarca, solo detrás de Luis XIV de Francia, que reinó durante 72 años y 110 días (cabe recordar que ascendió al trono con solo cuatro años), y de Bhumibol de Tailandia, que fue Rey durante 70 años y 126 días, hasta su muerte en 2016.
Isabel II superará al tailandés el próximo 12 de junio, pero tendrá que esperar al 21 de mayo de 2024 para batir el récord de Luis XIV.
En estos 70 años, que superan a los 63 de su tatarabuela la Reina Victoria, ha visto pasar a catorce primeros ministros, el primero de ellos Winston Churchill. Ha viajado más que cualquier Monarca británico, con más de 150 visitas sólo dentro de la Commonwealth, y en 1945 se convirtió en la primera mujer miembro de la Familia Real en unirse a las Fuerzas Armadas como miembro activo a tiempo completo. Detalles curiosos al margen, es innegable que Isabel II es uno de los grandes personajes de nuestro tiempo y los británicos no pueden sentirse más que orgullosos de que todos los focos estén puestos estos días en su país por una noticia que no sea el Brexit, la pandemia de Covid-19 o los escándalos de Boris Johnson.
Un momento histórico
Incluso quienes se declaran no monárquicos reconocen el hito que este Jubileo de Platino supone, como explica en la calle a ABC uno de los miles de asistentes al desfile ‘Trooping the colour’. «Vine por acompañar a mi mujer y a mis hijos, no soy monárquico, pero estaría ciego si no reconociera que la Reina está haciendo historia».
«Vine a acompañar a mi mujer y a mis hijos, no soy monárquico, pero estaría ciego si no reconociera que la Reina está haciendo historia», afirma un asistente al desfile ‘Trooping the colour’
Precisamente este fue el primero de los grandes eventos de este fin de semana festivo, que continuará hoy con un servicio religioso de Acción de Gracias en la catedral londinense de San Pablo durante la cual se tañirá Great Paul, la campana de iglesia más grande del país, mientras que mañana varias estrellas del mundo del espectáculo, como Diana Ross, Alicia Keys y Elton John, participarán en la Fiesta de Platino en el Palacio.
Las celebraciones concluirán el domingo con el desfile del Jubileo de Platino, en el que miles de artistas de todo el Reino Unido y de la Commonwealth contarán a través de su arte en The Mall, la larga calle que lleva hasta el Palacio de Buckingham, la historia del reinado de 70 años de la Reina en una procesión que se prevé espectacular.
Toda esta fiesta cobra aún más sentido precisamente tras dos años duros para la Reina, tanto por la pandemia como por el fallecimiento del Príncipe Felipe de Edimburgo en abril del año pasado. Inolvidable es aquella escena de la Monarca, triste y con los ojos llorosos, sentada sola, debido al riesgo de contagiarse de coronavirus, en el funeral del que fue su esposo durante 73 años. Ayer, sin embargo, aparecía sonriente, consciente, a sus 96 años, del papel que ha cumplido.
En un mensaje al país, manifestó que espera «que los próximos días brinden la oportunidad de reflexionar sobre todo lo que se ha logrado durante los últimos 70 años, mientras miramos hacia el futuro con confianza y entusiasmo», un entusiasmo que es patente en las calles de un país, por otro lado sumido en el preocupante aumento del coste de la vida y que recibe como agua de mayo los beneficios económicos de la celebración.
Un gran negocio
Dos señoras que rondan los 70 años charlan en el metro de Londres. Ambas llevan en la cabeza unas estrambóticas diademas con pequeñas banderas del Reino Unido y las palabras ‘Platinum Jubilee’ en letras plateadas.
El souvenir es solo uno más de los millones que inundan las tiendas británicas, desde los comercios de Oxford Street donde entran sólo los turistas hasta locales más exclusivos, como los almacenes Harrods. Bolsas de la compra, bisutería, tazas, bolígrafos, peluches, latas de galletas, bufandas, camisetas, relojes, vajillas, bebidas alcohólicas… La lista de artículos del ‘Royal Memorabilia’, es decir, los recuerdos reales, es infinita.
El único requisito es que hagan alusión a la celebración de los 70 años en el trono de Isabel II, que esta semana ha tirado la casa por la ventana con diversos actos festivos. El completo programa de eventos públicos, como no podía ser de otra manera, no solo supone una fiesta para los asistentes, sino también una plataforma ideal para gastar dinero. O para ganarlo.
El furor empezó hace semanas. Por ejemplo, cuando la empresa Mattel anunció a finales de abril la salida al mercado de una Barbie de Isabel II, una edición limitada solo para coleccionistas, la muñeca se agotó en cuestión de días. Su precio oficial eran de 94.99 libras, unos 110 euros, aunque ya supera los 500 en las páginas web de segunda mano.
Las empresas británicas están encantadas. Tras los duros años de la pandemia, el gasto de la gente es un regalo. «Los turistas se han vuelto locos», explicó a ABC Mohammed Aslami, que regenta una tienda en una concurrida calle de la capital británica. «Se lo llevan todo», manifestó, visiblemente contento. No es para menos. En solo quince minutos en su tienda, esta periodista fue testigo de la compra compulsiva de ‘merchandising’ específico por parte de varios clientes.
Demanda sin precedentes
Tras una emergencia sanitaria devastadora en lo emocional, y en lo económico, también los mayoristas agradecen la oportunidad que el Jubileo les está dando de recomponer sus finanzas. Es el caso de los fabricantes de banderas y banderines Flying Colors, una empresa familiar cuya mitad de las ventas ahora mismo es gracias al jubileo, aunque confiesan que no dan abasto. No son los únicos. Otros incluso han tenido que echar la persiana. «Debido a una demanda sin precedentes, hemos tenido que suspender los pedidos temporalmente. Acepte nuestras disculpas por cualquier inconveniente que esto pueda causar», reza un escueto comunicado en la web de The Royal Collection Shop.
Una encuesta de la plataforma de marketing Emarsys concluyó que el 41% de los británicos está «entusiasmado» con el Jubileo y calculó que al menos nueve millones están dispuestos a hacerse con una «compra conmemorativa» este año. En el baile de cifras, todas positivas, también participa el Centre for Retail Research (centro de investigaciones en ventas minoristas), que durante los últimos diez años ha llevado a cabo estudios sobre cómo los eventos reales significativos, como bodas y nacimientos, afectan al consumo.
Sólo entre abril y junio de este año, estiman que ese gasto ascenderá a un total de 408,29 millones de libras. «El gasto en souvenirs, de 281,55 millones de libras esterlinas, será más de la mitad de este total», puntualizaron, e incluye «la compra de seis millones de tazas y diez millones de banderas y condecoraciones».
Por si fuera poco, «esperamos que siete millones de personas se unan a ‘The Big Jubilee Lunch’, una comida pública este domingo, cuyo gasto estiman en «21,90 millones de libras esterlinas en comida y 25,22 millones en bebidas». Pero podrían quedarse cortos. El pronóstico del analista Clive Black, de la firma de inversión Shore Capital, es aún más halagüeño: el impulso del Jubileo a la economía podría alcanzar los dos mil millones de libras.