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Los afines a López Obrador arremeten contra Aznar por su defensa del 12 de octubre «frente al indigenismo»

En el coloquio dado este jueves por José María Aznar a once días del Día de la Hispanidad, el expresidente ha defendido la conmemoración «frente al indigenismo» que concuerda con las declaraciones de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso que lo tildó de «nuevo comunismo». El vídeo de TikTok de la agencia Europa Press es compartido entre los diferentes grupos de diversos afiliados del PP en la convención nacional del partido unida en Sevilla: «¿Y dice usted que España tiene que pedir perdón? ¿Dígame usted como se llama? Yo me llamo Andrés Manuel López Obrador. (Asiente con la cabeza) O sea, Andrés por parte de los aztecas, Manuel por parte de los mayas, ¡López! Eso es una mezcla de los aztecas con los incas y Obrador, de Santander para mayor esplendor –haciendo referencia a los orígenes de la bisabuela del presidente de México, oriunda de Ampuero (Cantabria)–. Hombre, es que si no hubiesen pasado algunas cosas usted no estaría ahí. Ni se podría llamar como se llama, ni podría haber sido bautizado. Digo, ni podría haberse producido la evangelización de América», quiso aclarar Aznar.

«Por defender la importancia histórica de la nación española, la historia de España –con sus claros y con sus oscuros, con sus aciertos y con sus errores– estoy dispuesto a sentirme muy orgulloso, pero no voy a pedir perdón. En esta época en la que se pide perdón por todo yo no voy a engrosar las filas de los que piden perdón, no lo voy a hacer», prosiguió el que fuera presidente de 1996 a 2004. La prensa mexicana ha reaccionado al unísono ante la cita plasmando cuantiosos titulares que aseguran que Aznar «se mofa» de López Obrador.

El partido presidencial injuria a Aznar

La respuesta del encargado de Morena, el partido presidencial, en la Cámara de los Diputados no se hizo esperar y se dirigió a Aznar en redes sociales para destacar que el apellido del ex presidente «viene del latín ‘asinarius’ y significa ‘el que cría asnos’». «Así que origen es destino, se convirtió en uno de ellos. Qué duda cabe», sentenció.

La gobernadora de la Ciudad de México, y considerada mano derecha del presidente AMLO, Claudia Sheinbaum, se unió a los agravios: «Aquí está Sr. Aznar la diferencia entre un gobernante humanista con visión y un racista. Es el Estado Español quien pierde una oportunidad histórica al no reconocer las atrocidades cometidas contra los pueblos indígenas. De hacerlo avanzarían hacia un mundo sin discriminación». Mientras compartía un vídeo de su jefe en el relataba el perdón a los indígenas.

Anteriormente, el presidente mexicano tildaba a España de soberbia por no entrar a presentar disculpas a los pueblos indígenas «por los abusos cometidos durante la Conquista» española. Se espera que el dirigente tabasqueño, de 67 años, se dirija a la nación mexicana en su habitual Mañanera, la arenga de dos horas de duración de media en la que suele intervenir cada mañana y en la que se cree citará al ex presidente.

Recientemente, López Obrador en una gira por Sonora prosiguió con su petición de perdón a los pueblos originarios y criticó la «concepción racista que se padece desde la llegada de los invasores españoles», consciente de que más de un 10 % de la población mexicana (más de diez millones de ciudadanos) es indígena. Hace menos de un mes, informó que pedirá que el cargo de agregada cultural en la embajada de Madrid sea para una mujer indígena y poeta.

A pesar de las continuas indirectas, sea como fuere, nuestro país protagoniza la mejor entrada y presentación de la nación hermana a Europa con la que guarda un tratado bilateral en un aumento de un 243%, desde su entrada en vigor en el 2000, gracias a que es el único tratado en el que se tiene en cuenta el nivel de desarrollo por lo que México posee un trato preferencial. Cosa que no ocurre con Estados y China. Situando a Europa como tercer socio de México por detrás de estas dos megapotencias. «Sólo puede ir contra España, no contra Estados Unidos», llegó a declarar Aznar.

Curiosamente, a pesar de los mensajes lanzados desde La Mañanera, las actuales administraciones mexicanas y españolas conservan una cierta sintonía como demostró la reunión de González Laya, la entonces ministra de Asuntos Exteriores en noviembre pasado y que se volvió a ver las caras con su homólogo mexicano, Marcelo Ebrard, en Madrid. Previamente a la deferencia de devolver la visita, el ministro mexicano, declaró: «La relación con España es más grande que la carta al Rey».

Aunque, si nos atenemos a lo expresado por el propio Andrés Manuel, la diplomacia entre el país mesoamericano y España no pasa por su mejor momento. A finales de agosto, el mandatario admitió que su Ejecutivo posee un «diferendo» con la Monarquía española invocando la carta que envió a Felipe VI para que pidiera disculpas por la Conquista y «que ni siquiera tuvo la amabilidad de contestar». «La filtraron en los medios de ese país para lanzarse en contra de nosotros», observó el presidente. Tal y como destacó ABC, si nos atenemos a los hechos, en 1990 el Rey Juan Carlos I y la Reina Sofía tuvieron un cordial encuentro en Oaxaca con representantes de las siete principales etnias para que conmemoraran con «sentido constructivo» el V Centenario del «encuentro entre dos mundos», que tuvo lugar dos años más tarde.

El monarca expresó que la Corona defendió la dignidad del indígena admitiendo que «se cometieron abusos a menudo». Agregó a su discurso la promulgación de las Leyes Nuevas de Indias que brindaron en 1542 derechos a los indígenas que mejoraron sus condiciones. Así Carlos I encomendó a Hernán Cortés en México que los «indios fueran libres y no sujetos, no podremos mandarlos, encomendar, ni hacer repartimiento de ellos a los cristianos».

 

 

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