Los dólares en ‘el colchón’ de los argentinos superan los 230.000 millones
Este dinero oculto se debe «al miedo a las confiscaciones de depósitos, a las devaluaciones y a la inestabilidad inflacionaria»
A finales del 2001, los argentinos competían en atesorar dólares en sus hogares. El rumor persistente de que la Ley de Convertibilidad, que establecía la equivalencia entre el dólar y el peso, iba camino de ser la crónica de una muerte anunciada de ese cambio forzado, que se mantuvo por una década larga, se hizo realidad. Veinte años después, el peso comienza a parecerse a esas cuasi monedas de provincias, de escaso valor, que en su día el ministro de Economía, Roberto Lavagna, logró enterrar aunque algunas resucitaron. Hoy, como ayer, la única moneda en la que tienen fe los argentinos, el billete verde, sigue siendo el bien más preciado y la desconfianza en los bancos se sigue plasmando de puertas adentro de las casas donde, según el Indec (Instituto Nacional de Estadísticas y Censos) almacenan más de 230.000 millones.
La tradición de guardar los dólares bajo el colchón pasó a la historia. El escondite es demasiado obvio y los argentinos, famosos por su creatividad, inventaron o recurrrieron a otros espacios secretos a primera vista. Algunos ejemplos, ilustran esta tendencia; los dobladillos de cortillas, la tablita móvil del suelo de parqué, el doble fondo de las bolsas de basura, el ancho de las puertas que no son macizas y el más comercial, el bote de detergente que puedes comprar en un una tienda y que en realidad, es una hucha bien disimulada. En estos espacios y otros desconocidos, la población oculta, según el Indec, más de cinco veces la deuda que Argentina mantiene con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Si saliera a la luz, semejante capital, según declara a Efe, Marcos Buscaglia, fundador de Alberdi Partners, estaríamos hablando de una suma equivalente al 55 por ciento de PIB argentino. «Son dólares –asegura– que pueden estar en una caja fuerte en un banco argentino… escondido en las casas de la gente o en cuentas ‘offshore’» de «Uruguay, Estados Unidos o algún paraíso fiscal». De acuerdo a sus estimaciones, «es mucha más plata (dinero) de la que hay en el sistema financiero argentino», puesto que los depósitos bancarios, calcula, suman unos 67.000 millones de dólares al cambio paralelo o ‘blue’, como se conoce coloquialmente a la compra venta en ‘arbolitos’ (cambistas callejeros) o casas de cambio particulares.
Según el Indec, en el segundo trimestre de este año, la cifra redonda de millones de dólares ocultos sería de 233.323. La razón de este hábito de décadas se explica en un dicho local, «el que se quemó con leche, ve una vaca y llora». Dicho en palabras de Buscaglia, se debe «al miedo a las confiscaciones de depósitos, a las devaluaciones y a la inestabilidad inflacionaria». Sólo en agosto del pasado año la inflación superó el 51% y hoy la brecha entre el cambio oficial y el ‘blue’ es del 88%. El otro, no merece la pena ni mencionarlo.
Estos datos se producen en un momento de turbulencia política. El Gobierno está debilitado por la derrota de las primarias donde perdió 16 de las 24 provincias argentinas, equivalente a cuatro millones de votos que eran suyos y se le fueron por el desagüe del descontento.
Elecciones en noviembre
El pulso entre el presidente, Alberto Fernández, y su vicepresidente, Cristina Fernández, tras el batacazo se hizo más patente que nunca y parece no tener fin. La autoridad del primero está cuestionada junto con el desempeño del ministro de Economía, Martín Guzmán, y el cambio de media docena de ministros impuesto por CFK, siglas por las que se conoce a la viuda de Néstor Kirchner, no parece que vaya a tener el efecto deseado. De cara a las elecciones del 14 de noviembre, donde renuevan parcialmente el Congreso y el Senado, se han aliviado las restricciones por el covid pero el malestar de la población persiste. Mariel Fornoni, directora de Managment & Fit señaló que «los sondeos indican que 7 de cada 10 argentinos creen que el enfrentamiento entre el presidente y la vicepresidenta debiló a la coalición de Gobierno y más de 6 de cada 10 cree que los cambios en el Gabinete no generarán cambios positivos. Es más, un 35% cree que lo hará peor». En resumen, «es difícil suponer que se pueda revertir el resultado en noviembre».
Más del 40% de la población vive bajo el umbral de la pobreza y los ánimos, en el confinamiento más largo que se recuerden, no parece que sean susceptibles de modificación por mucho que se intente regar con subvenciones y dádivas. Argentina necesita urgente inversiones para crecer de forma sostenible pero el capital no está dispuesto a asumir riesgos que no se pueden ocultar. «Entre que hay poco ahorro (dentro del sistema financiero) y ese ahorro está destinado a financiar al Gobierno hay muy poco para financiar al sector privado», desarrolló Buscaglia. Eso explica que quien puede siga guardo los billetes verdes en lugar seguro.
En el Council of the Americas del año pasado Miguel Pesce, presidente del Banco Central, consideraba entonces: «Nuestra estimación es que hay cien mil millones de dólares en billetes en nuestro territorio, una liquidez mayor que la que manejan algunas regiones de la Reserva Federal de Estados Unidos». Con ese cifra multiplicándose día a día y la memoria no tan lejana del ‘corralito’ que ponía límite a la retirada de efectivo, está visto que los argentinos, de vacas, lo único que quieren es verlas en la parrilla y de ahí, directas al plato.