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Los dos grandes temas que nos preocupan

El bloqueo de nuestro poder judicial se trata del viejo pulso entre los poderes ejecutivo y legislativo por quién controla el tercer poder

Dos cuestiones nos preocupan: ¿usará Vladímir Putin armas nucleares si se ve perdido en el frente de guerra?, y ¿seguiremos los españoles politizando la Justicia y judicializando la política? Nadie lo sabe, pero nos van la vida y la democracia en ello. Así que vale la pena analizarlo y meditarlo.

Lo de Vladímir Putin es el clásico error del autócrata que, tras unos triunfos personales y varias derrotas del país, se cree llamado a recuperar su brillante pasado, sin haber medido bien sus fuerzas ni las de sus rivales. La invasión de Ucrania iba a ser un paseo triunfal hasta Kiev, donde instalaría un gobierno títere, a las órdenes directas del Kremlin. En vez de eso, las tropas rusas retroceden desde hace varias semanas en las provincias fronterizas y los ucranianos disponen de más tanques que los rusos, al aprovechar los que abandonan en su retirada. Aparte de la humillación de que la semana pasada le volaran el puente que une Crimea y Rusia, inaugurado por él. ¿Cómo va a reaccionar el presidente ruso en esta nueva fase de la guerra?

Los halcones que lo rodean –el presidente checheno sobre todo– insisten en que use armas nucleares de baja intensidad. De momento, ha preferido bombardear las principales ciudades ucranianas, Kiev especialmente, con misiles de largo alcance y máxima potencia, Es decir, una bomba atómica a plazo para arrasar Ucrania e intimidar a sus habitantes. Habiendo llegado a un acuerdo con el presidente de Bielorrusia, otro de sus conmilitones, para disponer el despliegue de 100.000 hombres en la frontera con Ucrania, por si la situación lo requiere. La pregunta entonces sería la siguiente: ¿qué harían, o haremos, el resto de los europeos?

En cuanto a nuestro problema más acuciante, el bloqueo de nuestro poder judicial, al no haber acuerdo para cubrir las bajas en el Consejo General del Poder Judicial, se trata del viejo pulso entre los poderes ejecutivo y legislativo por quién controla el tercer poder, el de los jueces, que nombra dicho organismo. Pero las Cámaras, es decir, los políticos, han metido la mano en el asunto, y Pedro Sánchez, que viene arramplando con cuantas instituciones estatales puede, incluidas Radiotelevisión Española y el Centro de Investigaciones Sociológicas, insiste en mantener tan turbia costumbre, para cambiarlo luego. Pero unos jueces, conscientes de con quién se juegan los cargos, han puesto los pies en la puerta y han dicho que no. Se ha pedido a Bruselas mediación, y las autoridades comunitarias han dictado una sentencia salomónica: que deben elegirse jueces y magistrados de la máxima ecuanimidad. Pero, un pero que lo cambia todo, que los jueces deben de ser elegidos por los jueces, y no por los políticos. Y es que a nuestro presi, como a Vladímir Putin, últimamente todo le sale mal.

 

 

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