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Los gobernadores Newsom y Whitmer, los favoritos de los demócratas para sustituir a Biden

Estos movimientos, que se podrían decidir en el congreso del Partido Demócrata en agosto, no están exentos de riesgos. Saltarse a Kamala Harris significa quitar de en medio a la primera mujer negra que podría encabezar una candidatura

Democrats preparing 'just-in-case scenarios' to 'succeed Biden' in 2024, Newsom and Whitmer among contenders | Fox News

                                       Gavin Newsom, Joe Biden, Gretchen Whitmer

 

Especialmente amargo fue el trago de Gavin Newsom en la aciaga noche del debate presidencial, el jueves en Atlanta. Hizo el apuesto gobernador de California horas y horas de rondas por los pasillos del estadio donde se habían instalado los platós para el cara a cara entre Joe Biden y Donald Trump, dando por ganador al presidente de forma preventiva, negando problemas de salud, prometiendo de antemano una paliza a un candidato republicano «desquiciado».

Acabado el debate, cuando Biden y su campaña yacían malheridos, y poco había que defender, Newsom, rictus grave, dio la cara ante una masa de cámaras y grabadoras en una situación doblemente incómoda: la inmensa mayoría de su partido cree imposible la continuidad de Biden, y ven en su posible salvador al propio gobernador, que tiene 56 años y acumula una victoria tras otra desde sus primeros años de alcalde de San Francisco, hace ya dos décadas.

Por mucho que con su exagerada sonrisa y su medio guiño de ojo derecho Newsom niegue una vez tras otra que su futuro inmediato pase por ir a Washington, su partido parece tener otra opinión. En grupos de WhatsApp, mensajes en redes sociales, entradas en blogs demócratas y columnas de opinión, se le ve como opción segura tras el bochorno del presidente este jueves. Lo más importante es su juventud. También, su popularidad: ganó en 2022 por casi un 60% del voto tras sobrevivir con gran holgura un intento de recusarle en referendo en 2021.

Newsom, además, tiene algún que otro lazo con los Trump. Su exmujer, Kimberly Guilfoyle, con quien estuvo casado de 2001 a 2006, ha sido en años recientes novia de Donald Trump junior, el hijo del expresidente, y ha sido parte crucial de la campaña de este. Habló incluso en el mitin que tuvo lugar en la Casa Blanca el 6 de enero de 2021 ante una multitud que luego descendió sobre el Capitolio para saquearlo.

La campaña para reclutar a Newsom abre un problema: el de la vicepresidenta Kamala Harris. La Constitución es muy clara. Los candidatos a presidente y vicepresidente en una misma papeleta no pueden ser del mismo estado, y tanto Newsom como Harris lo son, esta última fue senadora de California entre 2017 y 2021. Tampoco es que su partido parezca muy enamorado de Harris. Las encuestas le son adversas. Su papel se ha diluido. Aqueja del mal de algunos vicepresidentes que quedan en una esquina, condenados a la impopularidad o a perder: Mike Pence, Al Gore, Dan Quayle, Walter Mondale.

Del secuestro al estrellato

Otra es la mujer en la que están puestas las miras de la clase política en Washington desde este viernes: la gobernadora de Michigan, Gretchen Whitmer. Tiene 52 años, lleva en el cargo desde 2019, antes se abrió camino en la política de su estado. Esto significa que se lleva muy bien con los sindicatos, que allí son muy fuertes, y con toda probabilidad ganaría con holgura en Michigan y otros estados decisivos del Medio Oeste, necesarios para entrar en la Casa Blanca. (California ya se da por descontada para los demócratas).

Pronto presenta libro de memorias, lo que suele ser la antesala para una campaña electoral a nivel nacional. En su biografía hay un incidente sin duda inusual, que la dio a conocer a todo el país: en octubre de 2020, el FBI frustró el complot de una milicia armada para secuestrarla en protesta contra el aislamiento ordenado por la pandemia. Del secuestro al estrellato: en enero de 2021 asumió la vicepresidencia del Partido Demócrata y un año después ganó con holgura sus últimas elecciones a gobernadora con el 54% de los votos.

Hay alguna opción adicional, como el gobernador de Illinois, J.B. Pritzker. Estos movimientos, que se podrían decidir en el congreso del Partido Demócrata en agosto, no están exentos de riesgos. Saltarse a Kamala Harris significa quitar de en medio a la primera mujer negra que podría encabezar una candidatura y eso puede tener un precio entre una minoría, la afroamericana, de la que los demócratas dependen sobremanera para ganar en estados necesarios como Georgia, que es donde tuvo lugar el debate del jueves.

 

 

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