Los mercados atraen más público que los colegios electorales
Llegaron a las tiendas varios productos que habían desaparecido últimamente
Un inusual desfile de ómnibus recorre desde la mañana de este domingo la céntrica calle G en La Habana. Los transeúntes que pasan por la también llamada Avenida de los Presidentes no pueden dejar de asociar el volumen de guaguas con el proceso electoral que este domingo convoca a más de 8 millones de cubanos al referendo sobre la Constitución.
Como en una calculada puesta en escena, el oficialismo cubano ha preparado cada detalle de un proceso que tiene un carácter simbólico que trasciende a la Carta Magna. “Esto es un referendo por la Patria, por la Revolución y por Cuba”, han repetido hasta el cansancio en los medios nacionales, en los que han presentado a los votantes del No prácticamente como enemigos del país.
Junto a la intensa propaganda, el Gobierno ha comenzado la venta de algunos productos que llevaban semanas desaparecidos. En varios mercados llegaron inesperados suministros de pollo y jamonada horas antes de que comenzara la votación. Mientras que los asombrados vecinos de algunos municipios habaneros vieron aterrizar el aceite vegetal en los anaqueles de las tiendas tras un mes de ausencia.
“Vamos a tener que hacer un referendo cada semana a ver si el transporte público funciona y hay comida en las tiendas”, ironiza Claudia, una enfermera de un hospital materno en la capital. En el centro de salud donde trabaja “hicieron una reunión esta semana para advertir que había que estar preparados para cualquier provocación que quisiera hacer la contrarrevolución” durante la jornada electoral.
“Nos dijeron que nosotros mismos debemos velar por que todo salga bien”, cuenta Claudia, madre de una pionera de nueve años que está hoy cuidando una urna en uno de los más de 25.000 colegios instalados en todo el país. “Le van a dar un refresco de lata y un bocadito”, cuenta la mujer a 14ymedio. “Con eso ya no tengo que hacer almuerzo ”, agrega.
No se ve largas colas en los colegios electorales pero sí en los mercados. En los kioscos gestionados por el Ejército Juvenil del Trabajo, en la calle 17, los compradores llegaron temprano para conseguir carne de cerdo. En cambio, se ve poca gente en el cercano centro de votaciones.
Varios activistas, entre ellos el disidente Julio Aleaga, reportaron el corte de su servicio de telefonía móvil. La conexión a internet desde los celulares también está sufriendo interrupciones frecuentes este domingo. El Gobierno también cortó el acceso a sitios informativos independientes, entre ellos a 14ymedio, Cibercuba, Diario de Cuba yTremenda Nota.
Al gobernante Miguel Díaz-Canel, los medios oficiales lo mostraron, de manga corta, haciendo una pequeña fila junto a su esposa para votar en el colegio número 3, Tecnosuma, ubicado en la calle 140, entre 25 y 31.
“Los cubanos estamos votando por nuestra Constitución, estamos votando por América Latina y el Caribe, estamos votando también por Venezuela, estamos defendiendo a Venezuela, porque en Venezuela se está jugando la dignidad del continente”, dijo Díaz-Canel en declaraciones a los medios tras depositar su voto.
El gobernante aprovechó para fustigar a los mandatarios latinoamericanos que acompañaron la ayuda humanitaria a Venezuela junto al presidente interino Juan Guaidó. “Parecían payasos un grupo de presidentes en la frontera colombiana. ¿A quién estaban apoyando esos presidentes?, si todos esos presidentes tienen más problemas que los que tiene Venezuela”, aseguró.
En las redes sociales varias personas denunciaron la presencia de propaganda por el Sí dentro de los centros de votación y algunos también se quejaban de la falta de privacidad para votar. “Tenía pensado marcar el No pero me dio miedo que me vieran porque el cubículo no tenía cortina ni puerta, así que terminé marcando el Sí”, contó un elector en Sagua La Grande, en el centro de la Isla.
En Camagüey el culto religioso del templo que lidera el pastor evangélico Bernardo de Quesada fue interrumpido por un policía y un representante de Salud Pública porque “generan mucho ruido” en una jornada electoral donde todo debe estar “tranquilo y en función del voto”, denunció la esposa del pastor a este diario.
El ruido de una pulidora eléctrica llena un tramo de la calle Ayestarán, en La Habana. Osvaldo, de 42 años, repara un viejo auto a pocos metros del colegio electoral donde algunos vecinos hacen una breve fila para votar. “No voy a ir porque eso no va a cambiar nada”, dice categórico el mecánico mientras hace una pausa en el trabajo.
Osvaldo nació el mismo año en que se sometió a votación la actual Carta Magna y esta sería su primera oportunidad de participar en un referendo, pero tiene varias razones para no asistir. “No creo que un texto vaya a mejorar la situación que estamos viviendo en Cuba, eso va a quedar como letra sobre el papel pero la realidad seguirá su propia dirección”. Ni siquiera el reconocimiento de la propiedad privada, incluido en la nueva Constitución, parece motivarlo.
“Propiedad privada no es exactamente porque cuando el Gobierno te quiere confiscar algo lo hace y se acabó”, opina. “Esa bodega de la esquina era de mis abuelos y se la quitaron poco tiempo después que triunfó la Revolución. Ahora que se reconoce la propiedad privada ¿me van a devolver lo que era de mi familia, o no?”, pregunta mientras enciende de nuevo la pulidora.
Desde Las Tunas, en el oriente de la isla, un pastor de la Liga Evangélica de Cuba denunció que acababan de llamarlo desde el Comité Central del Partido Comunista para que invitara a sus fieles a votar Sí.
“Les dejé claro que nuestra lucha no es política, que es a favor de nuestros principios bíblicos y que no cuenten con nuestro voto a favor si esa Constitución no nos representa”, denunció el religioso, que prefiere mantener el anonimato. Las autoridades han encerrado y amenazado en los últimos días a varios pastores para presionarlos a cambiar su postura ante la nueva Constitución. Las iglesias evangélicas, cristianas y católica han sido especialmente críticas con el texto, llamando a sus fieles a votar en conciencia.
“Nos han asediado e intimidado solo por defender nuestros derechos y nuestros principios. No cuenten con nosotros”, contestó el pastor a la funcionaria, que terminó abruptamente la llamada.