Los negros y mestizos cubanos han quedado marginados en las reformas económicas
Los negros y mestizos cubanos han quedado marginados en las reformas económicas puestas en marcha por el gobierno de Raúl Castro y su situación en un eventual escenario de transición podría ser, una vez más, la menos favorecida.
Estas fueron dos de las alertas lanzadas por los participantes en la cuarta edición del “Foro Raza y Cubanidad. Cuba, pasado, presente y futuro”, auspiciado por el independiente Comité Ciudadanos por la Integración Racial (CIR) y celebrado en La Habana entre el 11 y el 13 de diciembre.
El evento estuvo dedicado a analizar la “realidad y desigualdad de los afrodescendientes en Cuba ante el proceso de reformas y ajustes económicos”.
Los cambios en la situación desventajosa de los afrodescendientes en Cuba han sido más aparentes que reales a lo largo de décadas, y el futuro parece deparar mayores tropiezos económicos y falta de acceso a los círculos de poder e influencia en la toma de decisiones, advirtieron en sus intervenciones Fidel Guillermo González Duarte y Manuel Cuesta Morúa, coordinador de la plataforma disidente Nuevo País y miembro del CIR.
En su ponencia “Los afrodescendientes en las reformas económicas actuales. Historia, retos y perspectiva”, González Duarte citó datos que, dijo, forman parte de una folleto elaborado para el Partido Comunista, y según los cuales en el 2012 el 86% de negros y mestizos estaba ubicado en sectores no emergentes de la economía (servicios comunales, trabajo directo en la construcción, agricultura y gastronomía).
Cuesta Morúa señaló que la población afrodescendiente vive principalmente entre la economía de la supervivencia y la economía de la marginalidad.
Opinó que trabajar por empoderar a negros y mestizos es hacerlo también por la modernización y el desarrollo del país.
Fernando Palacio Mogar, presidente del Partido Liberal Cubano, consideró la falta de autoreconocimiento como uno de los principales problemas de la población afrodescendiente.
Los participantes indicaron que hay una “falta de conciencia cultural” entre los afrodescendientes cubanos y compararon la situación con la de los afronorteamericanos, que no han resuelto sus problemas de discriminación, pero son capaces de movilizarse y protestar en las calles, dijeron.
“No existe el atrincheramiento en la identidad que en Estados Unidos fue arma fundamental para la emancipación”, expresó Leonardo Calvo Cárdenas, vice coordinador del CIR.
Algunos asistentes resaltaron que, por añadidura, los pocos afrodescendientes cubanos en posiciones de poder muestran una mentalidad de “autosegregación”.
En su ponencia “Retos externos e internos de una sociedad en cambio. ¿Y los afrodescendientes qué?”, Calvo llamó la atención sobre la visión del exilio, que a su juicio es también discriminatoria en cuanto a los negros y mestizos.
Asimismo, hizo un análisis crítico de iniciativas como el capítulo cubano de la Articulación Regional Afrodescendiente de América Latina y el Caribe (ARAAC), integrado por intelectuales afrocubanos oficialistas. Para Calvo, éstos han evadido responsabilizar al gobierno de la situación de negros y mestizos, y han subordinado la denuncia del racismo y la lucha contra la discriminación a preferencias ideológicas y fidelidad al régimen.
En su turno, Eleanor Calvo Martínez, directora del Observatorio Ciudadano contra la Discriminación (OCD), fustigó la incapacidad del gobierno para generar riqueza y garantizar justicia, denunció la represión racista contra líderes negros de proyectos independientes y llamó a los demócratas del continente a comprometerse con quienes enfrentan obstáculos y castigos.
Juan Antonio Madrazo Luna, coordinador nacional del CIR, criticó el inmovilismo político del gobierno ante las necesidades acumuladas por la sociedad, la falta de libertad de expresión y prensa, de oportunidades para la juventud, la agudización de las diferencias provocada por los ajustes económicos y la feminización de la pobreza.
No obstante, consideró que existe un proceso de maduración relacionado con la información que circula al margen del control del gobierno, a través de memorias flash, teléfonos celulares, e incluso del limitadísimo acceso a internet.
Consultados por el Diario de Cuba sobre la influencia que pueden tener foros como el organizado por el CIR en la vida de los afrodescendientes y cubanos en general, atenazados por la supervivencia diaria y con deficiente información, los participantes respondieron que la conexión con la sociedad es “fundamental”.
“Hemos ido construyendo puentes y conectando con las comunidades en más desventaja; creamos cultura por demostración”, dijo Leonardo Calvo. “Ayudamos a las personas a reconocer sus derechos y defenderlos”, aunque “es difícil, sin contar con medios de comunicación y difusión”, reconoció.
Madrazo dijo que el CIR ha trabajado “en la elevación de la autoestima de niños afrodescendientes”, a través de un proyecto denominado “Creando sonrisas”, que comenzó en La Habana y se ha extendido a Pinar del Río, Cienfuegos y Matanzas.
«Es un proceso lento porque las personas se frenan cuando te presentas como activista de los derechos humanos”, lamentó Madrazo. Añadió que existe otra iniciativa de “formación de mujeres líderes, ya que la mujer es la más afectada por la pobreza”.