Los objetivos espurios de la salud y la educación «gratuitas»
El Gobierno de los hermanos Castro ha sostenido siempre que sus logros sociales fundamentales han sido la salud y la educación “gratuitas”, al alcance de todo el pueblo, los cuales convirtió en carta de presentación internacional, para tratar de contrarrestar las críticas por sus masivas, flagrantes y sistemáticas violaciones de los derechos políticos, civiles y económicos del pueblo cubano y, de paso, buscar influencia externa y obtener beneficios económicos.
Que no han sido “gratuitas” está más que demostrado porque el régimen nunca ha podido ocultar que se apropia de los resultados de la producción de todas las empresas estatales, la mayoría del país, y despoja la mayor parte del salario a sus empleados. Todo el mundo sabe que Cuba, junto a Venezuela, tiene los más bajos salarios mínimo (10 dólares) y medio (23 dólares) de América Latina.
Hoy, si bien Cuba tiene más médicos por habitantes que cualquier otro país de la región, lo cierto es que más de 50.000, particularmente especialistas, están cumpliendo “misiones” en el extranjero; que las condiciones y los recursos técnicos de los consultorios de barrios, policlínicos y hospitales, que atienden a la población, no mantienen un servicio con buena calidad estable y que los turnos para exámenes, ingresos y operaciones quirúrgicas pueden llegar cuando la persona ya está desahuciada.
Situación bien distinta presentan las clínicas y hospitales especiales para los máximos dirigentes y para el resto de la alta burocracia político militar que es atendida en unidades exclusivas, como la clínica de Seguridad Personal, el Hospital CIMEQ y algunos pisos del Hospital Nacional Hermanos Ameijeiras. Otro segmento privilegiado es el de los extranjeros que pagan con divisa, atendidos en la Clínica Cira García, todos en La Habana.
La situación material de las escuelas primarias y centros docentes medios y superiores es de regular a deplorable y no disponen de los materiales necesarios para una educación de calidad media internacional
En cuanto a la educación, la situación material de las escuelas primarias y centros docentes medios y superiores es de regular a deplorable y no disponen de los materiales necesarios para una educación de calidad media internacional. Por los bajos salarios en el magisterio, muchas instituciones educativas a todos los niveles nunca tienen completo su equipo de profesores. Y lo peor de todo: al no haber internet amplio, la enseñanza moderna, que en la mayoría de los países de América Latina se sustenta en este medio, está prácticamente ausente, solo con incidencia limitada en las universidades.
Pero lo más importante, los objetivos fundamentales, no declarados, de estas salud y educación “gratuitas” no son mantener una población sana y culta, capaz de enfrentar sus necesidades de vida; sino, primero, tratar de garantizar una población trabajadora con alto nivel técnico y profesional y en buen estado de salud para poder explotarla en las empresas estatales y prestar servicios internacionales, particularmente médicos, que ingresen divisas para el gobierno cubano; y, segundo, garantizar por esta vía un chantaje clientelar que comprometa a las personas a mantener agradecimiento al “Gobierno revolucionario” por esos beneficios.
El estatalismo asalariado, hoy predominante, hasta hace poco tiempo controlaba todas las fuentes de trabajo e ingreso, salvo la explotación de un 20%, aproximadamente, de la tierra en manos de privados. Esa situación ha ido cambiando, pero todavía hoy la mayor parte de la fuerza de trabajo está ocupada en empresas estatales, militares y para-estatales.
Sin embargo, el deterioro sistemático de los servicios de salud y educación, consecuencia de la incapacidad del sistema para producir y administrar los recursos, acrecentado desde la caída de la URSS y el “campo socialista”, que la ayuda venezolana no compensa, ha generado corrupción en los mismos y descontento generalizado en la población.
Otro resultado importante de este deterioro es que los sectores más vulnerables como los ancianos, las madres solteras y los discapacitados han recibido grandes recortes en el sistema de asistencia social
Otro resultado importante de este deterioro es que los sectores más vulnerables como los ancianos, las madres solteras y los discapacitados han recibido grandes recortes en el sistema de asistencia social, precisamente por ser quienes menos aportan al Estado.
De manera que en la actualidad ya ni siquiera le es posible al sistema garantizar el control de una fuerza de trabajo preparada y sana, para híper-explotar en los marcos de esclavitud generalizada del estatal-socialismo, ni endosarse el respaldo clientelar de la mayoría de la población por estas “gratuidades”. Y sus objetivos internacionales también están afectados puesto que los países receptores de médicos cubanos disminuyen con la baja de la ola populista-estatalista en América Latina y porque, a medida que se va conociendo la realidad cubana en el exterior, más rechazo concita en todas partes.
Si así andan los «logros fundamentales», ya podemos imaginar cómo anda el resto.