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Los países del ALBA se aprestan a controlar aún más la información

Los días previos al referendo popular del Código de las Familias serán una muestra de cómo el castrismo implementa el plan comunicacional del ALBA

LA HABANA, Cuba.- Se ha podido conocer que la Alianza Bolivariana para los Pueblos de las Américas (ALBA-TCP) ha decidido implementar un plan comunicacional denominado Alianza para la Vida o ALBA digital, con el objetivo de hacer llegar lo que consideran “un mensaje emancipador” a los grandes grupos poblacionales receptores.

Según los tanques de pensamiento que tributan a esta izquierda radical, es urgente llevar adelante una batalla de ideas, tanto a escala nacional como internacional, en aras de luchar por el dominio de la información. Es decir, que ya no se contentan con el monopolio informativo que ejercen -o se esfuerzan por ejercer- hacia el interior de sus países los gobernantes de las naciones adscriptas a esa organización, sino que además pretenden a su conveniencia coartar el libre flujo de las ideas en el plano internacional.

Como es lógico suponer, esta izquierda castro-chavista cuenta con una especie de justificación para enarbolar su beligerante plan comunicacional. El filósofo y ensayista mexicano Fernando Buen Abad, asiduo colaborador del periódico Granma en artículos de pensamiento, y marxista-leninista de corte radical, “ha abogado por la creación de un frente comunicacional de los pueblos que salga al paso, en las nuevas condiciones históricas, a la ofensiva antipopular y antinacional que recorre América Latina y el Caribe, al servicio de los intereses imperiales inalterables de Estados Unidos, arreciando el silenciamiento, la invisibilización y la satanización de todo lo que se oponga a sus dictados”.

O sea, que para el señor Buen Abad, el ambiente de libertad y pluralidad informativa que se aprecia en buena parte de los países de nuestra región constituye “una ofensiva antipopular y antinacional al servicio de Estados Unidos”.

Este amigo de Maduro y Díaz-Canel pasa por alto que en las sociedades capitalistas que él denigra, por lo general, los partidos de izquierda tienen sus periódicos que circulan libremente, o sus emisoras de radio que transmiten su mensaje ideológico sin que nadie las moleste. A lo anterior se añade el hecho de que esa “ofensiva antipopular y antinacional” que él esgrime no es óbice para que los candidatos de la oposición -en este caso de izquierda- acudan a la televisión para argumentar acerca de sus planes de gobierno en caso de ser elegidos a la presidencia. E incluso, que puedan acceder al gobierno, como acaba de suceder en Colombia con el triunfo electoral de Gustavo Petro.

Mas, con independencia de la prontitud con que el ALBA instrumente su plan comunicacional, los cubanos vamos a ser testigos en las próximas semanas de una nueva maniobra de la maquinaria del poder con vistas a manipular a la opinión pública nacional.

El texto del Código de las Familias será llevado el próximo mes de julio a la Asamblea Nacional del Poder Popular, para que esta instancia redacte la versión definitiva de este documento. Y después, en el mes de septiembre, el Código se someterá a referendo popular para su aprobación final.

Ya la jerarquía castrista se pronuncia por “explicar mejor” a la población el contenido del Código para que los ciudadanos voten por aprobar el documento. Claro, los representantes del régimen y sus acólitos serán los únicos que puedan ir a la televisión para exponer sus argumentos. Aquellos que se oponen a algunos aspectos del Código, y por tanto no están dispuestos a aprobarlo, no tendrán ningún canal de televisión o emisora de radio para exteriorizar sus criterios. Esos son los verdaderos silenciados e invisibilizados de que hablaba el señor Buen Abad.

 

 

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