Los partidos árabes de Israel impulsan al centrista Gantz como primer ministro frente a Netanyahu
“Queremos poner fin a la era de (Benjamín) Netanyahu”, anunció este domingo al presidente de Israel, Reuven Rivlin, el líder de la Lista Conjunta de partidos árabes, Ayman Odeh, apenas cinco días después de celebración de las elecciones legislativas. “Por eso proponemos que se encargue la formación del Gobierno a (el dirigente centrista) Benny Gantz,”. Por primera vez desde 1992, cuando los diputados de la Kneset (Parlamento) de origen palestino auparon al laborista Isaac Rabin para que impulsara los Acuerdos de Oslo, un candidato judío recibe el respaldo de la minoría árabe, que representa un 20% de la población del Estado hebreo.
Como Rabin, asesinado por un extremista judío en 1995, es otro antiguo general jefe de las Fuerzas Armadas que ha combatido a los palestinos quien recibe el apoyo político de los árabes de Israel. Gantz dirigió en el verano de 2014 una guerra en la franja de Gaza que se saldó con 2.200 muertos (dos tercios de ellos civiles) frente a 73 israelíes (en su mayoría militares), que acabó devastando el enclave costero.
Su partido, la alianza centrista Azul y Blanco, obtuvo 33 escaños en los comicios del pasado martes y aventaja al conservador Likud de Netanyahu, que suma 31 diputados. El bloque de centroizquierda (57 parlamentarios) también supera al de la derecha (con 55). El resto de los 120 escaños la Kneset están controlados por conservador laico Avigdor Lieberman, el exministro de Defensa enfrentado al jefe de Gobierno en funciones, y su partido Israel Nuestra Casa.
El jefe del Estado israelí ha emprendido este domingo las consultas con los partidos antes de tomar la decisión –previsiblemente el lunes, cuando concluya la ronda con todas las formaciones políticas– de encargar Gobierno a uno de los cabezas de lista en las legislativas. El líder del Likud y Gantz se postularon a sí mismos para liderar el próximo Gabinete con una gran coalición. El exgeneral centrista, sin embargo, descarta un pacto con Netanyahu –aunque si acepta negociar con su partido–, ya que a comienzos de octubre puede ser imputado por corrupción por el fiscal general.
Lieberman, el dirigente más votado entre el millón de judíos israelíes de habla rusa, declinó pronunciarse ante el presidente Rivlin. “Netanyahu quiere formar Gobierno con los ultraortodoxos, que son nuestros rivales políticos”, advirtió en una reunión interna de su partido, “y Gantz pretende pactar con la Lista Conjunta, que son nuestros enemigos”. Lieberman –colono que habita en un asentamiento judío próximo a Belén, en la Cisjordania ocupada por Israel desde 1967– mantiene una profunda actitud antiárabe desde hace décadas.
A pesar de contar en principio con más apoyo parlamentario que Netanyahu, a Gantz le resulta difícil conformar una coalición en la fragmentada Cámara. El impulso procedente de los partidos árabes (13 escaños) y el previsible apoyo que recibirá este lunes del laborismo (seis) y de la izquierda pacifista (cinco), no suman la mayoría suficiente –61 diputados– exigida para la investidura.
Azul y Blanco tal vez precise consensuar un Gobierno de unidad con el Likud sin Netanyahu. Esta es la fórmula que parece preferir el presidente de Israel a la vista de resultados de las generales, que fueron convocadas apenas cinco meses después de las anteriores legislativas. Los comicios de abril se saldaron de forma no concluyente sin que Netanyahu pudiera formar Gobierno ante la situación de bloqueo.
“Los dos principales partidos tiene una representación similar y deberían unir sus fuerzas para conseguir un Ejecutivo estable”, argumentó Rivlin el domingo ante un grupo de dirigentes del Likud, formación en la que militó en el pasado dentro de una corriente enfrentada a Netanyahu. “Eso es lo que quiere la gente”, advirtió, “y no podemos ignorarlo”.
«Este será el paso más importante para ayudar a crear la mayoría necesaria para evitar otro Gobierno del Netanyahu. Y debería ser el final de su carrera política«, ha explicado Ayman Odeh, líder de la Lista Conjunta, en un artículo publicado en el New York Times. La formación de Odeh fue la tercera más votada. Odeh ha aclarado que su decisión no supone un apoyo a Gantz o a sus políticas, sino una oposición a Netanyahu porque «ha declarado ciudadanos de segunda clase a los árabes de Israel, una quinta parte de la población».