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Los polacos se preparan para ir a la guerra: «Es lo más razonable»

La mayoría de los polacos cree que Rusia podría atacar a la OTAN en los próximos años

Soldados polacos participan en un ejercicio militar en Lituania AFP

 

Tomek ha trabajado como comercial, habla varios idiomas y está ampliando sus estudios, pero en medio de lo que podría considerarse la vida normal de un joven polaco, ha tenido tiempo para entrenarse para la guerra. «Con todo lo que está pasando, me parece lo más razonable», responde sobre su motivación. Es uno de los muchos jóvenes voluntarios instruidos el pasado invierno en el cuartel de la calle Saperska de Olsztyn, en el noreste de Polonia, donde el 9º Batallón de Mando de la 16ª División de Infantería lleva a cabo la instrucción del servicio militar básico voluntario. Allí se toca diana a las cinco y media de la mañana, hay instrucción física y en las aulas para, después de comer, pasar al entrenamiento de tiro en Morag o al de táctica.

El Ejército polaco ofrece sesiones de entrenamiento militar a todos los civiles de entre 18 y 65 años que lo deseen; 17 unidades de las Fuerzas Armadas polacas instruyen a civiles en el manejo de armas de fuego, combate cuerpo a cuerpo, lectura de mapas y primeros auxilios. La única contrapartida que reciben los voluntarios es una comida caliente y el estar asegurados contra posibles accidentes, aunque muchos jóvenes optan por ir más allá e inscribirse en el servicio militar voluntario, por el que reciben un sueldo mensual de mil euros, además de ciertas ventajas fiscales, becas de estudios y préstamos preferenciales.

Para potenciar la participación civil en la defensa en caso de guerra, muchos servicios públicos están proporcionando también a sus empleados formación militar básica. «Si se diese una emergencia nacional, Correos sería responsable de ciertas tareas logística, como la distribución de tarjetas de movilización a los civiles, y para cumplir con nuestro trabajo en un entorno de guerra hay que estar preparados», ha justificado, por ejemplo, el portavoz de Correos, Daniel Witowski.

Las universidades polacas que quieran proporcionar como formación adicional entrenamiento militar a sus estudiantes, pueden solicitar el programa Legión Académica, implementado conjuntamente por los ministerios de Ciencia y Defensa Nacional. Unos 5.000 estudiantes pasan anualmente y de forma voluntaria por este programa. Si bien la formación de civiles está orientada a la defensa, cada día cobra mayor nitidez la posibilidad de que soldados polacos sean enviados al frente ucraniano. El ministro de Exteriores Radoslaw Sikorski se ha sumado a Francia y a la República Checa, que llaman a considerar como no descartable el envío de tropas de la OTAN. «Considero que este tipo de formación es muy necesaria para cualquiera en las actuales circunstancias, me parece obvio», explica Tomek sobre la conveniencia de pasar por uno de estos programas de formación militar, «tarde o temprano tendremos que hacer uso de estos conocimientos y cuanto mejor preparados estemos mejor».

La amenaza rusa

El 83 por ciento de los polacos cree que la guerra en Ucrania amenaza la seguridad de su propio país, según la última encuesta de CBOS, publicada en marzo. Dentro de este grupo, el 40% responde «definitivamente sí» y el 43% indica la respuesta «más bien sí». Sólo el 13% de los encuestados eligió la respuesta «no» y el 4% dijo que era difícil saberlo. Esa amenaza sobre la propia seguridad es percibida con mayor frecuencia por los encuestados de mayor edad (88% entre los de más edad en comparación con el 72% entre los más jóvenes) y por los mejor educados (87% entre las personas con educación superior en comparación con el 74% con educación primaria o secundaria). CBOS preguntó también a los polacos sobre su opinión acerca de un posible ataque armado de Rusia contra los países de la OTAN en los próximos 3 a 8 años y el 57% respondió que era probable (el 14% dijo que era «definitivamente probable» y el 43% que era «algo probable»). Sólo el 32% considera que un ataque de este tipo es poco probable.

Para Damian Duda, la guerra dejó de ser hace meses un porcentaje de posibilidades para convertirse en una realidad. Como profesor en la Universidad Maria Curie-Skłodowska de Lublin y jefe del equipo médico voluntario de este centro, ha instalado una base médica en Bajmut, en el frente sur ucraniano, desde la que se desplaza a rescatar soldados ucranianos heridos y proporcionar los primeros cuidados in situ. Se ocupa también de la capacitación para periodistas y voluntarios que van a la zona de guerra. Para la financiación de este esfuerzo médico, que su país no puede aportar oficialmente para no entrar en guerra, creó la fundación ‘Mientras tanto’, que soporta la compra de medicinas y un centro para preparar médicos militares. «Todo el esfuerzo es poco», dice, «vemos caer a hombres que están luchando por nosotros y eso nos lleva a hacer lo mismo por ellos».

 

 

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