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Los socialistas se hunden en Andalucía y la ultraderecha irrumpe en España

La candidata del PSOE y presidenta de la Junta, Susana Díaz, ha cosechado el peor resultado histórico para los socialistas andaluces desde que se instauró la autonomía. Ciudadanos, que dobla escaños, y el PP, que baja, no suman mayoría suficiente para gobernar. La ultraderecha de Vox cosecha 12 diputados y tiene la llave para un Gobierno de derechas

 Andalucía ha sufrido un vuelco histórico en su mapa político, dominado ininterrumpidamente desde hace 36 años por el PSOE. Aunque los socialistas han ganado las elecciones, la pérdida de 14 escaños respecto de 2015, convierte esa victoria en la más amarga de la formación liderada por Susana Díaz y ponen en el aire la posibilidad de repetir gobierno. Sus 33 escaños, unidos a los 17 de Adelante Andalucía o a los 21 de Ciudadanos, son claramente insuficientes para superar la suma del bloque de derechas formado por PP (26), el partido naranja y Vox (12), si deciden coaligarse para llegar al poder.

La dirigente socialista adelantó las elecciones para garantizar la estabilidad confiada en unas encuestas que le otorgaban una victoria fácil. El resultado tras el 2 de diciembre supone un terremoto político, donde la escasa participación (58,65 %, cuatro puntos menos que en 2015), la irrupción de Vox y la subida de Ciudadanos han acabado con la hegemonía del socialismo y de la izquierda en general en esta comunidad. Un tiempo nuevo se abre en Andalucía, donde el PSOE ya no tiene las llaves de San Telmo y un partido de extrema derecha penetra con fuerza por primera vez en España.

En la que ha sido probablemente la noche más triste de su trayectoria política, Díaz ha reconocido el retroceso de la izquierda y de su propio partido, pero ha hecho valer sus resultados, echando un órdago a los partidos constitucionalistas para que demuestren si estarían dispuestos a pactar con la extrema derecha. “Sabiendo que entra la extrema derecha hago un llamamiento a las fuerzas constitucionalistas que lo demostremos parando a la extrema derecha en Andalucía. Yo, al menos, lo voy a intentar”.

Las elecciones andaluzas abren el intenso ciclo electoral y para muchos son la primera encuesta previa a las generales. Lo que suceda en los próximos días arrojará pistas sobre la futura correlación de fuerzas y estrategias a nivel nacional. El candidato del PP, Juan Manuel Moreno, y el de Ciudadanos, Juan Marín, se han postulado esta noche para presidir la Junta. Los populares han cosechado los peores resultados de su historia, pasando de 33 a 26 escaños. Con todo, el hecho de no haber sido sobrepasados por Ciudadanos y de poder incluso gobernar en la comunidad por primera vez, permiten a Moreno, apuntalar su cuestionado futuro, después de su errática campaña.

El candidato de Ciudadanos, el partido que más ha crecido (12 diputados, como Vox), pasando de 9 a 21, ha deslizado durante su comparecencia que se sumaría a PP y a la extrema derecha: «Hay diputados para ese cambio, el cambio ha llegado a Andalucía». Unas palabras que ratificó después su líder nacional, Albert Rivera: “Vamos a echar al PSOE de la Junta”, ha asegurado. 

La baja participación, 58,65, casi 4 puntos menos que en 2015, especialmente acusada en feudos tradicionalmente socialistas, como las provincias de Sevilla o Jaén, o los municipios de Alcalá de Guadaíra o Dos Hermanas, también han trastocado las expectativas del PSOE. Díaz ha perdido diputados en todas las circunscripciones que han ido a parar a Ciudadanos y no a Adelante Andalucía. Sintomático de que los socialistas no son inmarcesibles a la erosión del poder, es que han perdido dos disputados respectivamente en tres feudos que siempre han votado al PSOE en todas las elecciones en democracia: Sevilla, Jaén y Cádiz -que en 2012 sí se decantó por el PP-.

El guante de Díaz para excluir del Gobierno a Vox está lanzado especialmente hacia Ciudadanos. El partido de Albert Rivera era el que partía con más expectativas. Sus aspiraciones pasaban por superar al PP y convertirse en la segunda fuerza en Andalucía. El sorpasso no se ha consumado, pero sus buenos resultados y el hecho de no quedar en cuarta posición otorgan al partido una atalaya protagonista en el Parlamento de Andalucía que, parece que hará valer pare sacar al PSOE del poder, desoyendo la llamada de la dirigente socialista.

Quien tampoco ha superado las expectativas ha sido la coalición de Adelante Andalucía, que con 18 escaños, ni siquiera completa la suma que por separado obtuvieron en 2015 (20). Su candidata, Teresa Rodríguez, ganó el pulso con la formación matriz, Podemos, para ganar autonomía. La confluencia, como a nivel nacional, no ha dado los resultados que esperaban. Ni siquiera se han beneficiado de los votos perdidos por el PSOE, que se han ido a parar a Ciudadanos. El resultado no les permite no ya convertirse en alternativa del PSOE, sino frenar a la derecha, como afirmó Rodríguez.

La entrada de Vox en la ecuación -ha pasado de tener el 0,45% de los votos a un 10,79%, un aumento vertiginoso que se traduce en diputados en todas las provincias- con 12 diputados ha descolocado el tablero político andaluz y nacional. El partido del juez Francisco Serrano se ha nutrido de los votos del PP a través de una campaña en la que sabían perfectamente qué tecla tocar para mover al electorado desencantado y desideologizado que se decantaba por la abstención.

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