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Los suecos se preparan para un ataque ruso

Los dirigentes políticos y militares del país pidieron a la población que se prepare para esta eventualidad. Los jóvenes son los más preocupados y cerca de 28.000 serán llamados a filas durante este año

                                                     Soldados del Ejército sueco patrullando EFE

 

Por supuesto, la noticia de que Suecia puede acabar en guerra también llega a los niños, que han vivido siempre en paz y han visto imágenes de guerras en otros países… Ahora, de repente, todo es aterrador y extraño«, dice Anne-Marie Körling, profesora en la Universidad de Uppsala, que aconseja a los maestros responder desde ya a las preguntas de los alumnos en la escuela. ¿Cuándo vendrá la guerra? ¿Irán mis padres a la guerra? ¿Puedes protegerte en algún lugar? Los niños suecos se hacen muchas preguntas como estas, sobre todo desde de que los dirigentes políticos y militares del país, el pasado fin de semana, comenzaron a pedir a la población que se prepare para tal eventualidad.

El ministro de Defensa Civil advirtió a sus compatriotas que no se dejen llevar por una falsa sensación de seguridad. «Sí, podría haber una guerra aquí», dijo Carl-Oskar Bohlin en la conferencia de seguridad ‘Folk och Försvars’, en la que llamó a prepararse para un posible conflicto militar. «Quiero abrir una puerta: una puerta que a menudo está bloqueada y obstruida por las exigencias y desafíos de la vida cotidiana. Una puerta que muchos suecos quizá hayan mantenido cerrada toda su vida. Una puerta a una sala en la que nos enfrentamos a una pregunta importante: ¿Quién eres cuando llegue la guerra?», dijo Bohlin, «y la respuesta es que esta sociedad afrontará una guerra total con una resistencia total».

Este discurso fue suscrito por Micael Bydén, comandante en jefe de las Fuerzas Armadas suecas, en la televisión SVT: «Mire las noticias de Ucrania y hágase preguntas sencillas: si esto sucede aquí, ¿estaré preparado? ¿qué tengo que hacer? Cuanta más gente haya pensado, considerado y preparado, más fuerte será nuestra sociedad», justificó, «la guerra de Rusia contra Ucrania es sólo una etapa, no un objetivo final: la meta es establecer una esfera de influencia, y destruir un orden mundial basado en normas».

La población sueca reaccionó a estas consignas con serenidad nórdica. Las cadenas de supermercados informan que se están vendiendo más productos no perecederos y en las ferreterías desaparecen bombonas de butano y estufas de leña, pero no hay crisis de suministros. De repente ha ascendido al puesto de libro más vendido el ‘Manual de crisis’ de Niklas Kämpargård, de 2018, una guía sobre cómo prepararse para una gran disrupción social.

Los psicólogos informan en los medios de comunicación sobre cómo lidiar con la nueva ansiedad y en muchas localidades se establecen redes de apoyo. Los primeros en movilizarse han sido los grupos de voluntarios RFG, presentes en más de 150 municipios y destinados a apoyar a la población en diferentes crisis. «He participado en rescates tras grandes nevadas y en programas de formación en primeros auxilios para escolares, no creo estar preparada para apoyar en medio de una guerra, pero la formación lo es todo y estoy dispuesta a prepararme», cuenta Karina, del RFG del condado de Uppsala.

Teología de la paz

Lowisa Thor, que tiene 36 años y vive en Hjältaryd, describe cómo afronta la situación. «Intento no caer en pensamientos negativos y, cuando llegue lo malo, lo único que pido es que mi familia esté reunida». Incluso las iglesias suecas han comenzado a prepararse. Sofia Camnerin, secretaria General del Consejo Cristiano de Suecia, admite que «necesitamos con urgencia una teología de la paz en tiempos de guerra» y rechaza el término «dañado por la paz», acuñado para las generaciones que, por no haber estado en guerra desde Napoleón, son supuestamente más débiles.

A escala administrativa han surgido las primeras disputas sobre cómo se reparten los fondos públicos destinados al zafarrancho. Meit Fohlin, desde el Consejo Regional de Gotland, declaró que «es razonable hablar de guerra, pero se necesita dinero» y criticó la distribución de los subsidios estatales. Al constituir Gotland un punto estratégico en la potencial guerra, considera que debería ser dotada con más presupuesto.

Los municipios suecos se disponen a reforzar las capacidades sanitarias y energéticas. Para Suecia, un estallido de guerra en el Báltico significa que los depósitos de combustible, desde Luleå en el norte hasta Ystad en el sur, no puedan reponerse. Las farmacias se surten ordenadamente de antibióticos, insulina, medicamentos para el corazón y preparados psicofarmacológicos para quienes los necesiten, siguiendo el orden en el que se agotaron en las boticas ucranianas tras el inicio de la invasión. Muchas empresas compran generadores y baterías adicionales, trasladando la imagen de actividad continuada incluso en guerra.

Los municipios suecos se disponen a reforzar las capacidades sanitarias y energéticas con la compra de generadores y baterías

Pero donde sin duda se percibe mayor inquietud es entre los jóvenes. «Trato de no hablar demasiado sobre la guerra porque me asusta la idea», reconoce Amanda Lundberg, de 18 años. Sabe que 28.000 chicos de su edad serán llamados a filas este año, el mayor número de reclutas desde que se reactivó el servicio en 2017, según el portavoz de la Agencia Nacional del Deber, Andersen Helseth. «Si me llaman, iré. He visto la llamada del Gobierno en TikTok, pero no me siento tan preocupado como para alistarme voluntario», dice Ivar Sjöstrom, que espera su notificación de alistamiento en marzo.

La retórica gubernamental de concienciación para la guerra ha sido recibida con bastante aceptación, aunque los críticos con el Gobierno conservador de Ulf Kristersson no dejan de expresar sus reticencias.

El comentarista Goran Greider, de izquierda, denunció que las advertencias de las fuerzas armadas apuntan más bien «a un deseo secreto de poner a prueba las fuerzas de combate suecas» y, en su editorial para el periódico ‘Dagens Nyheter’, advirtió que el mensaje del Ejército podría ir destinado únicamente a «obtener más dinero». «Si queremos mantenernos firmes, no podemos tener un liderazgo que divida. Los millones de suecos de origen inmigrante son una parte tan importante de nuestra defensa como los que nacieron aquí. Los musulmanes suecos son tan patriotas como los cristianos o los ateos y Kristersson debe reconocerlo», dijo por su parte Johan Sjölander, de Tankesmedjan Tiden, en referencia a anteriores palabras del primer ministro («La guerra está aquí ahora y no se puede confiar en los inmigrantes, solo están aquí por nuestros buenos pasaportes»).

Pero también hay quienes se abstienen del debate político y se centran en la aportación de lucrativas soluciones.

La empresa de Kalle Zackari Wahlström despegó cuando Rusia invadió Ucrania. «Estar preparado conviene, se trata de adquirir conocimientos y nuevas rutinas, y no tiene por qué ser difícil en absoluto», explica.

 

 

                                      Militares suecos en unos ejercicios militares EFE

Kits de crisis

Junto con su esposa Brita Zackari, es popular en la televisión sueca por programas como ‘Help, we have bought a farm!’ y en 2021 se lanzó a fundar la empresa Katastrofen AB, que ha desarrollado productos domésticos para la guerra: «Las autoridades dicen que todos los residentes de Suecia deben tener comida y agua para al menos una semana en casa. Pero solo alrededor de una quinta parte de la población de Suecia lo tiene y es un problema, no solo para el individuo, sino para todo el país. Así que queremos tratar de cambiar eso».

Entre sus productos destacan ‘Preppbox’, una caja con comida específica para situaciones de crisis y el podcast ‘Waiting for the disaster’, que Kalle Zackari Wahlström realiza junto con Patrick Sellman, con unos 30.000 oyentes. En 2022 facturó casi 4,5 millones de coronas suecas y esta año espera rebasar esa marca.

Siguiendo su estela, dos jóvenes de Svenstavik han abierto también la empresa de AJ Krisprepared UF, para vender kits de crisis que contienen todo lo que necesitas en caso de guerra. Algunos expertos acotan que «la posibilidad de que haya una guerra entre Rusia y Suecia existe, pero es muy pequeña», como Marco Nilsson, profesor de Ciencias políticas de la Jönköring University escandinava, que cuando escuchó al Comandante en Jefe describir la situación, se sorprendió por «las palabras fuertes utilizadas».

 

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