Los votantes de Vox y Cs aprueban a Feijóo como líder nacional

Alberto Núñez Feijóo repite en la primera posición como líder nacional mejor valorado, según el último barómetro de GAD3 para ABC. Pero su resultado ha empeorado de manera considerable respecto al pasado mes de julio. Esa caída en su valoración puede explicarse por un efecto amortiguador del éxito que tuvo su partido en las elecciones autonómicas andaluzas del 19 de junio, pero también por la campaña de descalificaciones y desgaste personal que los ministros de Sánchez y el PSOE pusieron en marcha contra él este verano.

Feijóo se mantiene en primera posición, con una calificación media de 4,5. En julio llegó a 5,3 y fue el único líder nacional que aprobó en su calificación media en toda España. En apenas dos meses ha caído ocho décimas. El presidente del PP consigue el aprobado de todo el centro-derecha, incluidos Vox y Ciudadanos. Los votantes de su propio partido le puntúan con un 6,6, un dato muy parecido al que consigue entre los electores de Ciudadanos, que le otorgan un 6,5. Por su parte, los encuestados que votaron a Vox en las últimas elecciones también salvan a Feijóo con un aprobado: un 5.

Feijóo, además, es el dirigente político preferido para ser el próximo presidente del Gobierno, aunque en esta cuestión también pierde apoyo si se compara el dato con el barómetro anterior. El 23,7 por ciento de los encuestados subrayan su nombre para ser el próximo inquilino del Palacio de La Moncloa. Así lo prefieren el 65 por ciento de los votantes del PP, el 71 por ciento de los electores de Ciudadanos, el 18 por ciento de los que votaron a Vox, el 7 por ciento de los que lo hicieron al PSOE e incluso el 8 por ciento de los que apoyaron a partidos nacionalistas en las últimas elecciones generales.

En la lista de valoración de líderes nacionales, la segunda posición, por detrás de Feijóo, no la ocupa Pedro Sánchez, como pudiera pensarse a priori, sino Yolanda Díaz, inmersa en ese proceso de ‘sumar’ para crear un espacio electoral y tratar de encabezar una candidatura electoral, de la que por ahora se sigue sabiendo muy poco. La vicepresidenta consigue una calificación media de 4,4, después de subir cinco décimas desde el mes de julio.